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No sin mis aretes

Gabriel Arana Fuentes
28 de enero, 2018

Priscilla León es la autora del blog de moda: Curvas de estilo

Creo que mi amor por los aretes se remonta a unas horas después de mi nacimiento. Mi papá iba a llegar tarde (como a todo en mi vida), así que Liliana, la mejor amiga de mi mamá, se le adelantó con un par de broqueles. Alguien en el hospital, espero que un doctor o una enfermera, me perforó y usé esas “bolitas” celestes hasta los 15 años.

Los aros fueron un regalo de una amiga y los mini ear cuff son de Forever 21. Foto: Mariano Macz

Mis primeros aretes eran tan pequeños que no me molestaba nadar o dormir con ellos. Por eso, más que accesorios, se convirtieron en una parte de mí. En mí muy light rebeldía adolescente decidí quitármelos: necesitaba algo nuevo. Primero los reemplacé por los que me había comprado mi papá y luego por muchísimos otros: desde unas perlas de imitación hasta unas largas plumas cafés.

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Algunos, como los aros que me regaló mi amiga Ana Karen, los guardo con recelo; y otros, tristemente, se han quedado perdidos en carros y casas a las que no planeo volver. Perdón, es que siempre llevo aretes. No puedo salir sin ellos, es como si estuviera desnuda, es como si no fuera yo.

Creo que lo más importante a la hora de comprar unos aretes es asegurarse que, más allá de lo bonitos que puedan verse, sean de un material que no dañe nuestras orejas o nos provoque una infección. Si ya encontraste los tuyos, cuídalos; pero si como a mí, te gusta cambiar para cada ocasión, estos son los pendientes esenciales de toda chica:

Perlas/brillantes

La mayor ventaja de los aretes de perla y brillantes (sean reales o imitaciones) es que son atemporales y combinan con casi todo. Efectivamente, pueden completar desde un outfit casual hasta un vestido de terciopelo negro.

Aros

También conocidos como argollas, las vemos un día sí y otro también. Te recomiendo los dorados medianos, que resaltarán tu look sin hacerlo de mal gusto. Tip: los aros de plástico de colores NUNCA han estado bien.

Largos

Los aretes largos varían mucho: desde esos XL y muy delgados que caen ligeramente sobre la clavícula hasta esos que vienen acompañados de piedras semipreciosas y dan un aire realmente extravagante. Ambos son preciosos y resaltan cualquier atuendo; por eso, úsalos en ocasiones especiales y no para diario.

Divertidos

Para el día a día nunca viene mal un poco de humor. Si no lo puedes llevar en la ropa, llévalo en las orejas. La variedad es infinita, pues hay pares de aretes con forma de tacos, panqueques, rebanadas de pastel, frutas, sacapuntas o papel higiénico. Prometo que no pasarás desapercibida.

Ear cuff

Los ear cuff, joyas destinadas para adornar nuestros cartílagos, circulan en la moda desde hace tiempo. Los hay de todos los tamaños, pero mis favoritos son aquellos que cubren prácticamente toda la oreja. Sea cual sea tu elección, estas piezas de bisutería van muy bien para darle un toque atrevido o fuera de lo común a un atuendo, pues llaman la atención de inmediato.

Oro

De niña creía que solo “las señoras” llevaban oro. Ahora, el diseño de joyería nos ha dado creaciones tan maravillosas que hasta las veinteañeras debemos tener un par. Elije modelos atemporales como unos pequeños aros, unos que tengan algún detalle de brillantes, pero sobre todo ¡asegúrate que realmente sea oro!

Artesanales

En Guatemala hay muchos aretes que se venden como artesanales y bueno debo decir que: en gustos se rompen géneros. Debe ser que yo siempre he preferido las cosas minimal, pero hay algunos que tienen tantos detalles que agobian. En lo personal recomiendo aquellos que solo tengan un par de “bolitas” o piedras especiales y llamativas.

Este ear cuff es uno de mis favoritos y es de Forever 21. Foto: Mariano Macz

En fin, que espero que, al igual que yo, no tengan excusa para salir de casa sin aretes. Dudas, comentarios o sugerencias son bienvenidos a [email protected].   

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Gabriel Arana Fuentes
28 de enero, 2018

Priscilla León es la autora del blog de moda: Curvas de estilo

Creo que mi amor por los aretes se remonta a unas horas después de mi nacimiento. Mi papá iba a llegar tarde (como a todo en mi vida), así que Liliana, la mejor amiga de mi mamá, se le adelantó con un par de broqueles. Alguien en el hospital, espero que un doctor o una enfermera, me perforó y usé esas “bolitas” celestes hasta los 15 años.

Los aros fueron un regalo de una amiga y los mini ear cuff son de Forever 21. Foto: Mariano Macz

Mis primeros aretes eran tan pequeños que no me molestaba nadar o dormir con ellos. Por eso, más que accesorios, se convirtieron en una parte de mí. En mí muy light rebeldía adolescente decidí quitármelos: necesitaba algo nuevo. Primero los reemplacé por los que me había comprado mi papá y luego por muchísimos otros: desde unas perlas de imitación hasta unas largas plumas cafés.

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Algunos, como los aros que me regaló mi amiga Ana Karen, los guardo con recelo; y otros, tristemente, se han quedado perdidos en carros y casas a las que no planeo volver. Perdón, es que siempre llevo aretes. No puedo salir sin ellos, es como si estuviera desnuda, es como si no fuera yo.

Creo que lo más importante a la hora de comprar unos aretes es asegurarse que, más allá de lo bonitos que puedan verse, sean de un material que no dañe nuestras orejas o nos provoque una infección. Si ya encontraste los tuyos, cuídalos; pero si como a mí, te gusta cambiar para cada ocasión, estos son los pendientes esenciales de toda chica:

Perlas/brillantes

La mayor ventaja de los aretes de perla y brillantes (sean reales o imitaciones) es que son atemporales y combinan con casi todo. Efectivamente, pueden completar desde un outfit casual hasta un vestido de terciopelo negro.

Aros

También conocidos como argollas, las vemos un día sí y otro también. Te recomiendo los dorados medianos, que resaltarán tu look sin hacerlo de mal gusto. Tip: los aros de plástico de colores NUNCA han estado bien.

Largos

Los aretes largos varían mucho: desde esos XL y muy delgados que caen ligeramente sobre la clavícula hasta esos que vienen acompañados de piedras semipreciosas y dan un aire realmente extravagante. Ambos son preciosos y resaltan cualquier atuendo; por eso, úsalos en ocasiones especiales y no para diario.

Divertidos

Para el día a día nunca viene mal un poco de humor. Si no lo puedes llevar en la ropa, llévalo en las orejas. La variedad es infinita, pues hay pares de aretes con forma de tacos, panqueques, rebanadas de pastel, frutas, sacapuntas o papel higiénico. Prometo que no pasarás desapercibida.

Ear cuff

Los ear cuff, joyas destinadas para adornar nuestros cartílagos, circulan en la moda desde hace tiempo. Los hay de todos los tamaños, pero mis favoritos son aquellos que cubren prácticamente toda la oreja. Sea cual sea tu elección, estas piezas de bisutería van muy bien para darle un toque atrevido o fuera de lo común a un atuendo, pues llaman la atención de inmediato.

Oro

De niña creía que solo “las señoras” llevaban oro. Ahora, el diseño de joyería nos ha dado creaciones tan maravillosas que hasta las veinteañeras debemos tener un par. Elije modelos atemporales como unos pequeños aros, unos que tengan algún detalle de brillantes, pero sobre todo ¡asegúrate que realmente sea oro!

Artesanales

En Guatemala hay muchos aretes que se venden como artesanales y bueno debo decir que: en gustos se rompen géneros. Debe ser que yo siempre he preferido las cosas minimal, pero hay algunos que tienen tantos detalles que agobian. En lo personal recomiendo aquellos que solo tengan un par de “bolitas” o piedras especiales y llamativas.

Este ear cuff es uno de mis favoritos y es de Forever 21. Foto: Mariano Macz

En fin, que espero que, al igual que yo, no tengan excusa para salir de casa sin aretes. Dudas, comentarios o sugerencias son bienvenidos a [email protected].   

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