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¿Se aburre en lista de espera? Lea Primeros Auxilios

Gabriel Arana Fuentes
28 de enero, 2018

En el blog de historias urbanas escribe José Vicente Solórzano Aguilar.

No recuerdo cómo vino a dar a mis manos una copia del número 2 de la revista de cuentos Primeros Auxilios. Al principio eché de menos una mejor definición de los colores de la portada; luego me dije que la letra tan pequeña formaba parte del plan armado por cierto siniestro oculista para agravar la miopía del lector. Accidentes de impresión, supongo.

Objeciones aparte, agradecí la inclusión de relatos de variada temática y extensión, cuyos autores oscilaban entre los sesenta y tantos y los veintipocos años. No recuerdo los títulos, pero se me grabaron la historia de un pobre diablo embarcado en crímenes políticos cometidos en un pueblo de la costa suroccidental; la atracción que un joven poeta siente por la trabajadora de una barra show que sueña con irse a Montevideo; el regreso de un cubano al país que lo expulsó por no ajustarse al sistema, y el retrato entrañable de una ciudad de Guatemala donde los jóvenes en edad de tener novio coincidían en las fiestas de quince años amenizadas con marimba orquesta, y los muchachos se entretenían leyendo las aventuras de Batman mientras las patojas se divertían con la pequeña Lulú.

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Llevé la revista cuando hice el trámite en la cooperativa para reabrir mi cuenta; ayudó a aligerarme la hora cuarenta y cinco minutos que permanecí en lista de espera. Como tantos lectores me pregunté por qué las editoriales no le apuestan a la publicación de libros de cuentos: son el equivalente de una plática entretenida, con sus muchos senderos y ramificaciones; cuando sentís pasó el tiempo y algo aprendiste.

Hice memoria de las revistas literarias aparecidas entre nosotros, desde las que conocemos de oídas como Juan Chapín y Acento, hasta referencias más o menos cercanas como Revista de Guatemala, Alero, La gran flauta, Abrapalabra, Pedernal, La Ermita, Magna Terra y Revista de la Universidad; publicaciones más o menos subterráneas como Anomia y El Supositorio; revistas de veinte años atrás como Intemperie y Tayer; materiales que duraron lo que alcanzó el dinero para imprimirlas, apenas un par de ediciones, o llegaron a rebasar la década de existencia. A ellas se suma Primeros Auxilios, que está por presentar su tercer número, y he aquí las respuestas de los escritores Marilinda Guerrero Valenzuela (M) y Alberto Arzú (A), dos de los cirujanos a cargo.

¿Qué emergencias pretenden resolver con la lectura de Primeros Auxilios?

M.- El estar en una cola de banco superlarga y poder pasar un rato ameno leyendo buenos cuentos; el evitar caer en la lectura de grupos de whatsapp molestos mientras se espera a alguien que no llega puntual a su cita; el tener un regalo sorpresa además de original para cumpleaños, bodas, quince años o para quedar bien con alguien.

También, se cubre la emergencia de ser un medio de publicación para aquel autor que no encuentra dónde publicar el cuento que ha tenido guardado en un archivo o que lo cuenta siempre a los nietos, amigos, conocidos, y que todos le dicen que debería publicarlo.

A.- Queremos acercar el cuento a los que no leen mucho o no leen, para que vayan adquiriendo el hábito de la lectura, y la publicación busca acercarse a nuestros lectores como un amigo muy cordial, que le hace fluir la lectura. Como tiene ilustraciones, eso ayuda mucho a que la gente conecte con el proyecto.

Ya lo han explicado, pero no está de más repasar: ¿por qué publicar una revista dedicada al cuento?

M.- Porque creemos que el cuento, así como la microficción, se trabajan mucho y se publican poco. A pesar de que existen editoriales para la publicación, por diversas razones hay autores que nunca llegan a publicar cuentos de buena calidad. A la vez, es necesario reconocer el trabajo de autores publicados cuyas obras ya no se mencionan pero no por ello deben ser olvidados, y es interesante conocer las diversas visiones del mundo de cada autor publicado en la revista y las tendencias actuales en cuanto a narrativa corta.

A.- Hace veinte años quería escribir cuento y poesía. Terminé haciendo más lo segundo, viendo como la poesía acaparó todo el panorama de Guatemala, y cuando Marilinda me invitó a ser parte de la aventura, retomé el cuento como el reto que me faltaba por llevar a cabo. A partir del primer número hemos visto que otras editoriales también le empezaron a apostar a la narrativa.

Coméntenme acerca de las historias que incluyen.

M.- Encontramos cuentos escritos por autores de diversas edades y de distintos puntos del país, que nos hacen leer un cuento urbano, en la siguiente página cuento fantástico, uno de suspenso…

A.- Hay variedad de narraciones. Una habla de esos amores enfermos y por tanto frustrados, otro que habla de una chica en un bar o aquel que nos remite a la situación actual en Guatemala con la corrupción, sin ser un relato político.

La revista abrió sus páginas a escritores extranjeros en el número anterior. ¿Se mantuvo esto en el tercero?

A.- No hubo mucha participación, pero logramos pescar a un argentino (Matías Cravero) y un mexicano (Oscar Escofié Padilla). Sentimos que el guatemalteco tiene que conocer otras realidades, o ver que otros países hispanohablantes tienen problemas en común con Guatemala.

¿Por qué apostar por el papel impreso? ¿Por qué no abrir un blog y difundir la revista en Internet?

M.- Preferimos leer lo impreso que digital porque hay una mejor cercanía con el lector.

A.- Abrir un blog fue una buena idea en 2004, su época dorada. La gente empezó a leer en pantalla, pero con el tiempo se cansó pues no podía sentir el olor a tinta, tocar, sentir el libro o revista en sus manos. Entonces hay un volver al papel en todas partes. Nosotros probamos con el primer número y vimos que a la gente le gustó. El escritor se siente importante al ver que su cuento sale impreso, lo mismo el ilustrador o el que hace la portada. El estar en papel sigue siendo más importante que estar en una página web.

Sé que tienen planeado presentarla en Quetzaltenango. ¿Dónde será y qué día?

M. y A.- Será el viernes 2 de febrero, en Ciudad Imaginación, 2a. calle 14 A-32, zona 1 de Quetzaltenango. Ahí adentro funciona una cafetería llamada Básico Café. También se tendrá la exposición de las ilustraciones originales de Karin Eli, quien retrató cada cuento.

¿Tomarán en cuenta a la capital?

M. y A.- Sí, pero aún no tenemos fecha definida. Para saber sobre el proyecto y la presentación en Ciudad de Guatemala, nos pueden seguir en nuestras redes:

facebook.com/primeros.auxilios.gt y twitter.com/primeros_aux

Si quiero publicar mi cuento con ustedes, ¿qué debo hacer?

M.- Seleccionar uno o dos cuentos de buena calidad que no pasen de tres páginas word (editados, corregidos, listos para enviar) y esperar la convocatoria que saldrá después de la presentación.

A.- También pueden escribir a [email protected] y preguntar.

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¿Se aburre en lista de espera? Lea Primeros Auxilios

Gabriel Arana Fuentes
28 de enero, 2018

En el blog de historias urbanas escribe José Vicente Solórzano Aguilar.

No recuerdo cómo vino a dar a mis manos una copia del número 2 de la revista de cuentos Primeros Auxilios. Al principio eché de menos una mejor definición de los colores de la portada; luego me dije que la letra tan pequeña formaba parte del plan armado por cierto siniestro oculista para agravar la miopía del lector. Accidentes de impresión, supongo.

Objeciones aparte, agradecí la inclusión de relatos de variada temática y extensión, cuyos autores oscilaban entre los sesenta y tantos y los veintipocos años. No recuerdo los títulos, pero se me grabaron la historia de un pobre diablo embarcado en crímenes políticos cometidos en un pueblo de la costa suroccidental; la atracción que un joven poeta siente por la trabajadora de una barra show que sueña con irse a Montevideo; el regreso de un cubano al país que lo expulsó por no ajustarse al sistema, y el retrato entrañable de una ciudad de Guatemala donde los jóvenes en edad de tener novio coincidían en las fiestas de quince años amenizadas con marimba orquesta, y los muchachos se entretenían leyendo las aventuras de Batman mientras las patojas se divertían con la pequeña Lulú.

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Llevé la revista cuando hice el trámite en la cooperativa para reabrir mi cuenta; ayudó a aligerarme la hora cuarenta y cinco minutos que permanecí en lista de espera. Como tantos lectores me pregunté por qué las editoriales no le apuestan a la publicación de libros de cuentos: son el equivalente de una plática entretenida, con sus muchos senderos y ramificaciones; cuando sentís pasó el tiempo y algo aprendiste.

Hice memoria de las revistas literarias aparecidas entre nosotros, desde las que conocemos de oídas como Juan Chapín y Acento, hasta referencias más o menos cercanas como Revista de Guatemala, Alero, La gran flauta, Abrapalabra, Pedernal, La Ermita, Magna Terra y Revista de la Universidad; publicaciones más o menos subterráneas como Anomia y El Supositorio; revistas de veinte años atrás como Intemperie y Tayer; materiales que duraron lo que alcanzó el dinero para imprimirlas, apenas un par de ediciones, o llegaron a rebasar la década de existencia. A ellas se suma Primeros Auxilios, que está por presentar su tercer número, y he aquí las respuestas de los escritores Marilinda Guerrero Valenzuela (M) y Alberto Arzú (A), dos de los cirujanos a cargo.

¿Qué emergencias pretenden resolver con la lectura de Primeros Auxilios?

M.- El estar en una cola de banco superlarga y poder pasar un rato ameno leyendo buenos cuentos; el evitar caer en la lectura de grupos de whatsapp molestos mientras se espera a alguien que no llega puntual a su cita; el tener un regalo sorpresa además de original para cumpleaños, bodas, quince años o para quedar bien con alguien.

También, se cubre la emergencia de ser un medio de publicación para aquel autor que no encuentra dónde publicar el cuento que ha tenido guardado en un archivo o que lo cuenta siempre a los nietos, amigos, conocidos, y que todos le dicen que debería publicarlo.

A.- Queremos acercar el cuento a los que no leen mucho o no leen, para que vayan adquiriendo el hábito de la lectura, y la publicación busca acercarse a nuestros lectores como un amigo muy cordial, que le hace fluir la lectura. Como tiene ilustraciones, eso ayuda mucho a que la gente conecte con el proyecto.

Ya lo han explicado, pero no está de más repasar: ¿por qué publicar una revista dedicada al cuento?

M.- Porque creemos que el cuento, así como la microficción, se trabajan mucho y se publican poco. A pesar de que existen editoriales para la publicación, por diversas razones hay autores que nunca llegan a publicar cuentos de buena calidad. A la vez, es necesario reconocer el trabajo de autores publicados cuyas obras ya no se mencionan pero no por ello deben ser olvidados, y es interesante conocer las diversas visiones del mundo de cada autor publicado en la revista y las tendencias actuales en cuanto a narrativa corta.

A.- Hace veinte años quería escribir cuento y poesía. Terminé haciendo más lo segundo, viendo como la poesía acaparó todo el panorama de Guatemala, y cuando Marilinda me invitó a ser parte de la aventura, retomé el cuento como el reto que me faltaba por llevar a cabo. A partir del primer número hemos visto que otras editoriales también le empezaron a apostar a la narrativa.

Coméntenme acerca de las historias que incluyen.

M.- Encontramos cuentos escritos por autores de diversas edades y de distintos puntos del país, que nos hacen leer un cuento urbano, en la siguiente página cuento fantástico, uno de suspenso…

A.- Hay variedad de narraciones. Una habla de esos amores enfermos y por tanto frustrados, otro que habla de una chica en un bar o aquel que nos remite a la situación actual en Guatemala con la corrupción, sin ser un relato político.

La revista abrió sus páginas a escritores extranjeros en el número anterior. ¿Se mantuvo esto en el tercero?

A.- No hubo mucha participación, pero logramos pescar a un argentino (Matías Cravero) y un mexicano (Oscar Escofié Padilla). Sentimos que el guatemalteco tiene que conocer otras realidades, o ver que otros países hispanohablantes tienen problemas en común con Guatemala.

¿Por qué apostar por el papel impreso? ¿Por qué no abrir un blog y difundir la revista en Internet?

M.- Preferimos leer lo impreso que digital porque hay una mejor cercanía con el lector.

A.- Abrir un blog fue una buena idea en 2004, su época dorada. La gente empezó a leer en pantalla, pero con el tiempo se cansó pues no podía sentir el olor a tinta, tocar, sentir el libro o revista en sus manos. Entonces hay un volver al papel en todas partes. Nosotros probamos con el primer número y vimos que a la gente le gustó. El escritor se siente importante al ver que su cuento sale impreso, lo mismo el ilustrador o el que hace la portada. El estar en papel sigue siendo más importante que estar en una página web.

Sé que tienen planeado presentarla en Quetzaltenango. ¿Dónde será y qué día?

M. y A.- Será el viernes 2 de febrero, en Ciudad Imaginación, 2a. calle 14 A-32, zona 1 de Quetzaltenango. Ahí adentro funciona una cafetería llamada Básico Café. También se tendrá la exposición de las ilustraciones originales de Karin Eli, quien retrató cada cuento.

¿Tomarán en cuenta a la capital?

M. y A.- Sí, pero aún no tenemos fecha definida. Para saber sobre el proyecto y la presentación en Ciudad de Guatemala, nos pueden seguir en nuestras redes:

facebook.com/primeros.auxilios.gt y twitter.com/primeros_aux

Si quiero publicar mi cuento con ustedes, ¿qué debo hacer?

M.- Seleccionar uno o dos cuentos de buena calidad que no pasen de tres páginas word (editados, corregidos, listos para enviar) y esperar la convocatoria que saldrá después de la presentación.

A.- También pueden escribir a [email protected] y preguntar.

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