La diferencia entre lo privado y lo público, es que en la iniciativa privada todos los procesos son eficientes porque se persigue la productividad y la rentabilidad, mientras que en el ámbito público todo se convierte en procesos burocráticos, trazas, comisiones, sobrevaloraciones y todas las formas de enriquecimiento ilícito que se puedan imaginar hasta llegar al punto de politizar todo lo que tiene que ver con los servicios.
¿Cuáles son las ventajas de aplicar un modelo privado en lo público? Simplificación de procesos, gestión y ahorro del tiempo, sistematización de la información, mantenimiento, seguridad, eficiencia operativa, servicio al cliente, administración clara y transparente, cobertura, alcance, rapidez, orden, entre muchas otras características.
Esto, no significa que no exista una relación entre el sector privado y la esfera pública. Por el contrario, lejos de pseudo ideologías extremistas, lo que necesitamos es buscar el desarrollo del primer mundo complementándose uno al otro. Y apoyar los famosos megaproyectos que deben venir de la mano de las alianzas público-privadas, las cuales traen generación de empleo, servicios de primera categoría y agilización del tiempo, entre muchas otras cosas. Tiene un costo alto, quizás, pero todo lo bueno cuesta y estoy seguro que cualquiera estaría dispuesto a pagar por la calidad, la seguridad y la confiabilidad. Además, en una relación costo –beneficio, al final un gasto alto se compensa con no perder la vida en el transporte público, por ejemplo.
Todos los ciudadanos guatemaltecos seguramente estamos cansados de tantos escollos cotidianos como lo es el tráfico, pues somos un país en donde el transporte individual es una obligación porque el servicio de transporte colectivo público no es una opción. Nuestro transporte público es una vergüenza nacional porque es mediocre, mecánicamente inseguro porque es el escenario perfecto para que se lleven a cabo homicidios por robo o extorsión en los cuales cualquier ciudadano puede perder la vida.
Veamos casos concretos: en el tema de las carreteras situémonos en la autopista Palín-Escuintla. Es ejemplo de su mantenimiento y muchos la pagan gustosamente. Situación similar ocurre con la reciente autopista Vía Alterna del Sur (VAS). Son cosas que no se pueden negar, pues son autopistas concesionadas o privadas en las que se paga peaje, pero son netamente eficientes.
Veamos otro caso, el de la emisión de licencias de conducir de la empresa Maycom. Esta empresa presta un servicio eficiente, es más hasta gusto da ir por un trámite que a lo mucho le tardará entre 30 o 40 minutos. En este sentido, remontémonos a cuando las licencias eran emitidas por el Departamento de Tránsito, aquello era un caos total, discrecional, secreto, autoritario entre muchas otras cosas. Hay que estar conscientes que el estado no produce nada y que tampoco tiene la capacidad para administrar por factores políticos y económicos. Veamos el fracaso de la Dirección de Correos y Telégrafos, actualmente no está concesionado el servicio y existe un vacío en ese tema tan importante. ¿Cómo es posible que en pleno siglo 21 estemos así de mal?
Por si no fuera suficiente, veamos el fracaso de la Direccion General de Migración que ahora, en plena crisis. la gente debe amanecer para intentar ser atendidos, soportando las inclemencias del tiempo, exponiéndose algún tipo de robo, sufriendo el abuso de los tramitadores y el negocio de las autoridades de turno. Por favor, esto no puede pasar más en Guatemala. Si ustedes le preguntan a cualquier persona seguramente estarán dispuestas a pagar por la seguridad, por la eficiencia, por la agilidad, por todo lo que conlleve calidad y ahorro de tiempo como debe de ser.
En definitiva, hemos perdido la libertad porque hemos perdido lo público. Algo que se nos fue de las manos y ahora lo dejamos en las manos de los burócratas que lucran con la necesidad de los servicios. Es por eso, que necesitamos utilizar el modelo privado para los servicios públicos, eso es algo que hay que entenderlo de una vez por todas.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
La diferencia entre lo privado y lo público, es que en la iniciativa privada todos los procesos son eficientes porque se persigue la productividad y la rentabilidad, mientras que en el ámbito público todo se convierte en procesos burocráticos, trazas, comisiones, sobrevaloraciones y todas las formas de enriquecimiento ilícito que se puedan imaginar hasta llegar al punto de politizar todo lo que tiene que ver con los servicios.
¿Cuáles son las ventajas de aplicar un modelo privado en lo público? Simplificación de procesos, gestión y ahorro del tiempo, sistematización de la información, mantenimiento, seguridad, eficiencia operativa, servicio al cliente, administración clara y transparente, cobertura, alcance, rapidez, orden, entre muchas otras características.
Esto, no significa que no exista una relación entre el sector privado y la esfera pública. Por el contrario, lejos de pseudo ideologías extremistas, lo que necesitamos es buscar el desarrollo del primer mundo complementándose uno al otro. Y apoyar los famosos megaproyectos que deben venir de la mano de las alianzas público-privadas, las cuales traen generación de empleo, servicios de primera categoría y agilización del tiempo, entre muchas otras cosas. Tiene un costo alto, quizás, pero todo lo bueno cuesta y estoy seguro que cualquiera estaría dispuesto a pagar por la calidad, la seguridad y la confiabilidad. Además, en una relación costo –beneficio, al final un gasto alto se compensa con no perder la vida en el transporte público, por ejemplo.
Todos los ciudadanos guatemaltecos seguramente estamos cansados de tantos escollos cotidianos como lo es el tráfico, pues somos un país en donde el transporte individual es una obligación porque el servicio de transporte colectivo público no es una opción. Nuestro transporte público es una vergüenza nacional porque es mediocre, mecánicamente inseguro porque es el escenario perfecto para que se lleven a cabo homicidios por robo o extorsión en los cuales cualquier ciudadano puede perder la vida.
Veamos casos concretos: en el tema de las carreteras situémonos en la autopista Palín-Escuintla. Es ejemplo de su mantenimiento y muchos la pagan gustosamente. Situación similar ocurre con la reciente autopista Vía Alterna del Sur (VAS). Son cosas que no se pueden negar, pues son autopistas concesionadas o privadas en las que se paga peaje, pero son netamente eficientes.
Veamos otro caso, el de la emisión de licencias de conducir de la empresa Maycom. Esta empresa presta un servicio eficiente, es más hasta gusto da ir por un trámite que a lo mucho le tardará entre 30 o 40 minutos. En este sentido, remontémonos a cuando las licencias eran emitidas por el Departamento de Tránsito, aquello era un caos total, discrecional, secreto, autoritario entre muchas otras cosas. Hay que estar conscientes que el estado no produce nada y que tampoco tiene la capacidad para administrar por factores políticos y económicos. Veamos el fracaso de la Dirección de Correos y Telégrafos, actualmente no está concesionado el servicio y existe un vacío en ese tema tan importante. ¿Cómo es posible que en pleno siglo 21 estemos así de mal?
Por si no fuera suficiente, veamos el fracaso de la Direccion General de Migración que ahora, en plena crisis. la gente debe amanecer para intentar ser atendidos, soportando las inclemencias del tiempo, exponiéndose algún tipo de robo, sufriendo el abuso de los tramitadores y el negocio de las autoridades de turno. Por favor, esto no puede pasar más en Guatemala. Si ustedes le preguntan a cualquier persona seguramente estarán dispuestas a pagar por la seguridad, por la eficiencia, por la agilidad, por todo lo que conlleve calidad y ahorro de tiempo como debe de ser.
En definitiva, hemos perdido la libertad porque hemos perdido lo público. Algo que se nos fue de las manos y ahora lo dejamos en las manos de los burócratas que lucran con la necesidad de los servicios. Es por eso, que necesitamos utilizar el modelo privado para los servicios públicos, eso es algo que hay que entenderlo de una vez por todas.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo