La educación no consiste en llenar un cántaro sino en encender un fuego.”
William Butler Yeats
Las evaluaciones anuales de fin del ciclo escolar para los estudiantes del último año de diversificado tienen once años de antigüedad. Diseñadas como un instrumento diagnóstico, con el fin de descubrir las necesidades educativas del sistema, continúa con ese espíritu hasta hoy día. El diagnóstico es permanente; los últimos resultados arrojaron un leve aumento, casi imperceptible, como se puede observar el la siguiente infografía. http://www.mineduc.gob.gt/digeduca/documents/resultados/Trifoliar_Digeduca_Graduandos_2017_imprimir.pdf
Si el diagnóstico arroja la carencia, se sabe cuál su causa, ¿por qué no se ha empleado cambios significativos para la urgente mejora? Los resultados de matemática y lectura, rutas para el ingreso del aprendizaje, no se superan. ¿Sería posible que la metodología pedagógica no es la adecuada? La fecha de la evaluación no es la apropiada; muchos alumnos que ya han optado a todos sus exámenes finales, deben retornar a tomarla, sin que afecte a sus ponderaciones ni a poder graduarse, pues lo único vinculante es tomar el examen, no el resultado. El mismo no tiene impacto en su promoción, y es un ejercicio fútil, cuando pudiera ser una herramienta de mejora.
Se ha sugerido que opten a la prueba en cuarto año de diversificado; así se detectan las necesidades académicas del aprendizaje, no para el logro de una calificación, sino que para el logro del aprendizaje. Se sugiere que se vuelva vinculante el resultado, no de forma inmediata sino que paulatinamente, para que la responsabilidad de tomar el examen forme parte de los valores adquiridos durante la carrera escolar.
La educación privada gradúa casi la totalidad de los alumnos del nivel medio. Se ha sugerido que la educación privada es la responsable del pobre resultado de las pruebas. Es de recordar que la carrera educativa es de catorce años, iniciando de cuatro años en preprimaria hasta el nivel de diversificado. Este proceso es acumulativo, se construye desde una etapa a otra, y si los años previos no fueron bien establecidos, el andamiaje del conocimiento previo es débil, y se refleja en los que le siguen. Y si el alumno además no sigue una continuidad sistemática en un centro educativo, no solo el cambio de filosofía institucional, las exigencias escolares, puedan crear actitudes que profundizan los retos del aprendizaje.
La comprobación de la aplicación de Currículo Nacional Base es otro desafío a superar. ¿Se adquieren todos las competencias plasmadas en el CNB? ¿Estas son las que proyectan comprobar en las pruebas estandarizadas? Pues, los alumnos no son estandarizados, y sus talentos y habilidades no podrán ser estandarizados, cómo entonces se pueden evaluar con una prueba estandarizada.
Se conoce que los padres de familia esperan ansiosos por conocer dónde se ubica el centro educativo de sus hijos, contemplando que pueda ser una evaluación para el mismo. Los medios publican un ordenamiento de acuerdo a resultados numéricos, que reúnen cifras que no demuestran la amplia gama de influencia que ejerce el conjunto académico escolar, y los valores complementarios que fortalecen el desarrollo integral del alumno. Es de tener presente que cada visión institucional tiene su misión de acuerdo a su filosofía y valores, su proyecto, y sus metodologías .
Medir es importante. Es imprescindible una medición que demuestre los aciertos y fallos, y que conduzca a la deseada mejora. La meta no es adquirir una enumeración que englobe una ponderación fría; la meta es asegurar el desarrollo integral del estudiante en el cual fortalece sus talentos y alcanza cualquier logro que quiera, por medio de su formación individual e integral.
Las pruebas deben existir; la metodología de conducir el aprendizaje debe cambiar, y con ella, la manera de medirlo. Padres de familia, es en casa donde se puede conocer los logros alcanzados. Las destrezas adquiridas serán la prueba aprobada, un éxito anunciado.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
La educación no consiste en llenar un cántaro sino en encender un fuego.”
William Butler Yeats
Las evaluaciones anuales de fin del ciclo escolar para los estudiantes del último año de diversificado tienen once años de antigüedad. Diseñadas como un instrumento diagnóstico, con el fin de descubrir las necesidades educativas del sistema, continúa con ese espíritu hasta hoy día. El diagnóstico es permanente; los últimos resultados arrojaron un leve aumento, casi imperceptible, como se puede observar el la siguiente infografía. http://www.mineduc.gob.gt/digeduca/documents/resultados/Trifoliar_Digeduca_Graduandos_2017_imprimir.pdf
Si el diagnóstico arroja la carencia, se sabe cuál su causa, ¿por qué no se ha empleado cambios significativos para la urgente mejora? Los resultados de matemática y lectura, rutas para el ingreso del aprendizaje, no se superan. ¿Sería posible que la metodología pedagógica no es la adecuada? La fecha de la evaluación no es la apropiada; muchos alumnos que ya han optado a todos sus exámenes finales, deben retornar a tomarla, sin que afecte a sus ponderaciones ni a poder graduarse, pues lo único vinculante es tomar el examen, no el resultado. El mismo no tiene impacto en su promoción, y es un ejercicio fútil, cuando pudiera ser una herramienta de mejora.
Se ha sugerido que opten a la prueba en cuarto año de diversificado; así se detectan las necesidades académicas del aprendizaje, no para el logro de una calificación, sino que para el logro del aprendizaje. Se sugiere que se vuelva vinculante el resultado, no de forma inmediata sino que paulatinamente, para que la responsabilidad de tomar el examen forme parte de los valores adquiridos durante la carrera escolar.
La educación privada gradúa casi la totalidad de los alumnos del nivel medio. Se ha sugerido que la educación privada es la responsable del pobre resultado de las pruebas. Es de recordar que la carrera educativa es de catorce años, iniciando de cuatro años en preprimaria hasta el nivel de diversificado. Este proceso es acumulativo, se construye desde una etapa a otra, y si los años previos no fueron bien establecidos, el andamiaje del conocimiento previo es débil, y se refleja en los que le siguen. Y si el alumno además no sigue una continuidad sistemática en un centro educativo, no solo el cambio de filosofía institucional, las exigencias escolares, puedan crear actitudes que profundizan los retos del aprendizaje.
La comprobación de la aplicación de Currículo Nacional Base es otro desafío a superar. ¿Se adquieren todos las competencias plasmadas en el CNB? ¿Estas son las que proyectan comprobar en las pruebas estandarizadas? Pues, los alumnos no son estandarizados, y sus talentos y habilidades no podrán ser estandarizados, cómo entonces se pueden evaluar con una prueba estandarizada.
Se conoce que los padres de familia esperan ansiosos por conocer dónde se ubica el centro educativo de sus hijos, contemplando que pueda ser una evaluación para el mismo. Los medios publican un ordenamiento de acuerdo a resultados numéricos, que reúnen cifras que no demuestran la amplia gama de influencia que ejerce el conjunto académico escolar, y los valores complementarios que fortalecen el desarrollo integral del alumno. Es de tener presente que cada visión institucional tiene su misión de acuerdo a su filosofía y valores, su proyecto, y sus metodologías .
Medir es importante. Es imprescindible una medición que demuestre los aciertos y fallos, y que conduzca a la deseada mejora. La meta no es adquirir una enumeración que englobe una ponderación fría; la meta es asegurar el desarrollo integral del estudiante en el cual fortalece sus talentos y alcanza cualquier logro que quiera, por medio de su formación individual e integral.
Las pruebas deben existir; la metodología de conducir el aprendizaje debe cambiar, y con ella, la manera de medirlo. Padres de familia, es en casa donde se puede conocer los logros alcanzados. Las destrezas adquiridas serán la prueba aprobada, un éxito anunciado.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo