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¿#PactoDeCorruptos, #PactoDeTerroristas o #PactoDeNación?

Redacción
07 de febrero, 2018

Las redes sociales han acuñado un nuevo término para alimentar la narrativa de fuerzas oscuras, ya sean de izquierda o derecha, que pretenden cooptar el Estado para garantizar inmunidad a unos o poder a otros. Por un lado está un grupo de personas que argumentan que existe un pacto de corruptos que pretende frenar cualquier avance judicial, nombrar un fiscal afín a sus intereses e incluso remover al comisionado Iván Velásquez con todo y CICIG. Por el otro lado están aquellas personas que acusan de haber realizado un pacto de terroristas a los que defienden a capa y espada a la fiscal general y al comisionado y que de algún modo pretenden alcanzar el poder por otros medios que no sean las elecciones. Esta división ficticia de la sociedad guatemalteca pretende posicionarnos a todos aquellos que no estamos casados con ninguno de los dos bandos de un lado o de otro. Sin embargo, existimos una mayoría de personas que no estamos de acuerdo con esta falsa dicotomía que se nos pretende imponer y que deberíamos aprovechar este momento para plantear un tipo de pacto diferente: uno de nación.

Para empezar a hablar acerca del futuro que queremos para este país es importante tener claro de donde estamos partiendo. Creo que le ha quedado claro a muchos sino es que todos los guatemaltecos que la lucha contra la corrupción debe continuar y aquellas personas que utilizaron al Estado como forma de enriquecimiento deben pagar por sus errores. Sin embargo no debemos olvidar las razones que nos llevaron hasta este extremo. Para ello tenemos que replantear la forma en la que opera el Estado. En gran parte de los casos la arbitrariedad de los funcionarios en todos los procesos que realizan las instituciones ha permitido que la corrupción crezca hasta niveles impresionantes. Esta corrupción comienza desde el funcionario de nivel bajo que pide una mordida por agilizar un trámite sencillo hasta los de más alto nivel que aprueban obras públicas para enriquecerse con sobornos. Para poner la guinda en el pastel, a nivel medio están los sindicatos que paralizan el funcionamiento del Estado, lo vuelven ineficiente o lo convierten en una piñata de la cual todos los trabajadores pueden obtener su parte, sin necesariamente premiar el mérito por ejemplo.

En segundo lugar tenemos que considerar donde estamos parados. Este año se elige fiscal general por lo que todos tenemos que estar pendientes para que el proceso sea transparente y que desemboque en alguien que continúe con el proceso de depuración que se ha estado llevando. A pesar de ello, no tenemos que olvidar que existen muchos casos que aún no han visto la luz, por falta de evidencia o voluntad, pero que deben seguir siendo una prioridad para cualquier candidato que llegue a la fiscalía. Así mismo, hemos de reconocer que la CICIG fue en gran parte el detonante de este proceso pero que no podemos depender de ellos para siempre. Para ello es necesario que se mejore la calidad de las investigaciones del Ministerio Público así como también la independencia y profesionalismo de sus fiscales y trabajadores. Todo esto para que eventualmente seamos capaces nosotros de mantener la lucha contra la corrupción activa y sin necesidad de depender de otras organizaciones que pueden no compartir los mismos intereses o la misma visión que nosotros tenemos del futuro de nuestro país.

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Lo siguiente que tenemos que tener en mente es que las elecciones están por venir a principios del próximo año. Si no se realizan cambios significativos a la Ley Electoral y de Partidos Políticos es muy probable que nos llevemos una inmensa desilusión en el 2019. Es importante abrir los canales para que nuevas voces participen en la política y comprueben el liderazgo que han demostrado en sus respectivos espacios. Es a través de los partidos políticos que debemos canalizar nuestras propuestas para que posteriormente estas se vean reflejadas en políticas que comiencen a moldear ese país que soñamos tener. De no ser así, seguiremos escuchando las mismas narrativas y las mismas discusiones sin calidad que vemos día a día en nuestros órganos representativos.

Finalmente es necesario abrir espacios en la sociedad civil para que existan discusiones profundas acerca de temas controversiales o poco discutidos que aquejan a nuestro país. Preguntas como: ¿Qué modelo de explotación de recursos naturales queremos? ¿En qué aspectos debería intervenir el Estado en la sociedad guatemalteca? ¿Cómo podemos garantizar una mayor independencia judicial? ¿Cómo podemos dotar de mayores recursos al Estado? ¿Deberíamos darle más poder y autonomía a las municipalidades? ¿Qué lógica debería seguir la inversión en obras públicas? ¿En qué sectores de la economía podemos integrar a los miles de jóvenes que ingresan al mercado laboral? han quedado al aire y vacías de cualquier contenido formal de discusión.

Si logramos hacer estas tres cosas, estoy seguro que podemos aprovechar estos años venideros para que no volvamos a tener las mismas discusiones improductivas que se leen en redes sociales a diario. Superemos la narrativa de corruptos versus terroristas y centrémonos en el futuro que queremos para Guatemala. Los invito a sumarse al #PactoDeNación

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

¿#PactoDeCorruptos, #PactoDeTerroristas o #PactoDeNación?

Redacción
07 de febrero, 2018

Las redes sociales han acuñado un nuevo término para alimentar la narrativa de fuerzas oscuras, ya sean de izquierda o derecha, que pretenden cooptar el Estado para garantizar inmunidad a unos o poder a otros. Por un lado está un grupo de personas que argumentan que existe un pacto de corruptos que pretende frenar cualquier avance judicial, nombrar un fiscal afín a sus intereses e incluso remover al comisionado Iván Velásquez con todo y CICIG. Por el otro lado están aquellas personas que acusan de haber realizado un pacto de terroristas a los que defienden a capa y espada a la fiscal general y al comisionado y que de algún modo pretenden alcanzar el poder por otros medios que no sean las elecciones. Esta división ficticia de la sociedad guatemalteca pretende posicionarnos a todos aquellos que no estamos casados con ninguno de los dos bandos de un lado o de otro. Sin embargo, existimos una mayoría de personas que no estamos de acuerdo con esta falsa dicotomía que se nos pretende imponer y que deberíamos aprovechar este momento para plantear un tipo de pacto diferente: uno de nación.

Para empezar a hablar acerca del futuro que queremos para este país es importante tener claro de donde estamos partiendo. Creo que le ha quedado claro a muchos sino es que todos los guatemaltecos que la lucha contra la corrupción debe continuar y aquellas personas que utilizaron al Estado como forma de enriquecimiento deben pagar por sus errores. Sin embargo no debemos olvidar las razones que nos llevaron hasta este extremo. Para ello tenemos que replantear la forma en la que opera el Estado. En gran parte de los casos la arbitrariedad de los funcionarios en todos los procesos que realizan las instituciones ha permitido que la corrupción crezca hasta niveles impresionantes. Esta corrupción comienza desde el funcionario de nivel bajo que pide una mordida por agilizar un trámite sencillo hasta los de más alto nivel que aprueban obras públicas para enriquecerse con sobornos. Para poner la guinda en el pastel, a nivel medio están los sindicatos que paralizan el funcionamiento del Estado, lo vuelven ineficiente o lo convierten en una piñata de la cual todos los trabajadores pueden obtener su parte, sin necesariamente premiar el mérito por ejemplo.

En segundo lugar tenemos que considerar donde estamos parados. Este año se elige fiscal general por lo que todos tenemos que estar pendientes para que el proceso sea transparente y que desemboque en alguien que continúe con el proceso de depuración que se ha estado llevando. A pesar de ello, no tenemos que olvidar que existen muchos casos que aún no han visto la luz, por falta de evidencia o voluntad, pero que deben seguir siendo una prioridad para cualquier candidato que llegue a la fiscalía. Así mismo, hemos de reconocer que la CICIG fue en gran parte el detonante de este proceso pero que no podemos depender de ellos para siempre. Para ello es necesario que se mejore la calidad de las investigaciones del Ministerio Público así como también la independencia y profesionalismo de sus fiscales y trabajadores. Todo esto para que eventualmente seamos capaces nosotros de mantener la lucha contra la corrupción activa y sin necesidad de depender de otras organizaciones que pueden no compartir los mismos intereses o la misma visión que nosotros tenemos del futuro de nuestro país.

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Lo siguiente que tenemos que tener en mente es que las elecciones están por venir a principios del próximo año. Si no se realizan cambios significativos a la Ley Electoral y de Partidos Políticos es muy probable que nos llevemos una inmensa desilusión en el 2019. Es importante abrir los canales para que nuevas voces participen en la política y comprueben el liderazgo que han demostrado en sus respectivos espacios. Es a través de los partidos políticos que debemos canalizar nuestras propuestas para que posteriormente estas se vean reflejadas en políticas que comiencen a moldear ese país que soñamos tener. De no ser así, seguiremos escuchando las mismas narrativas y las mismas discusiones sin calidad que vemos día a día en nuestros órganos representativos.

Finalmente es necesario abrir espacios en la sociedad civil para que existan discusiones profundas acerca de temas controversiales o poco discutidos que aquejan a nuestro país. Preguntas como: ¿Qué modelo de explotación de recursos naturales queremos? ¿En qué aspectos debería intervenir el Estado en la sociedad guatemalteca? ¿Cómo podemos garantizar una mayor independencia judicial? ¿Cómo podemos dotar de mayores recursos al Estado? ¿Deberíamos darle más poder y autonomía a las municipalidades? ¿Qué lógica debería seguir la inversión en obras públicas? ¿En qué sectores de la economía podemos integrar a los miles de jóvenes que ingresan al mercado laboral? han quedado al aire y vacías de cualquier contenido formal de discusión.

Si logramos hacer estas tres cosas, estoy seguro que podemos aprovechar estos años venideros para que no volvamos a tener las mismas discusiones improductivas que se leen en redes sociales a diario. Superemos la narrativa de corruptos versus terroristas y centrémonos en el futuro que queremos para Guatemala. Los invito a sumarse al #PactoDeNación

República es ajena a la opinión expresada en este artículo