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Stephen Hawkins.

Redacción República
18 de marzo, 2018

Por Luis F. Prieto

La muerte anunciada de otro socialista.

Me provoca mucha extrañeza ver las muestras de pésame y pesar por la partida de un personaje de ciencia ficción. Me da la impresión que quienes han compartido en redes la noticia de su muerte, lo hacen por una falsa pantomima de creerse “científicos” o al menos intelectuales conocedores de las ciencias charlatanas de un demagogo.

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Dejemos muy claro algo: yo no tengo idea si el trabajo de Hawkins servía para algo útil. Desconozco si alguna de sus hipótesis fue comprobada. ¿Desarrolló con sus ciencias algo para paliar el hambre en el tercer mundo? ¿O para curar las enfermedades que principalmente atacan y matan a los niños más desvalidos? Si alguien lo sabe, que me explique.

Nunca le seguí por andarse en un tema que no escogí en la Universidad, lo mío ha sido los negocios y la administración. Lo de él era el campo de la teoría de universos, hoyos negros y no tan negros y alguna otra cosa de ese calibre. El tipo aparentemente era muy inteligente y manejaba muy bien su materia, según dicen los que saben del tema, pero cuándo habló de economía, le perdí todo el respeto.

Hawkins fue un anticapitalista! Un vilipendiador de un sistema económico responsable de su silla de ruedas propia de Star Wars con un intercomunicador incorporado, ya que la habilidad de comunicarse verbalmente la había perdido hace mucho. Necesitó de la tecnología práctica propia de empresarios que le ofrecieron algo tangible para poder moverse y transmitir sus ideotas.

Hoy hay muchos golpeándose el pecho por tan lamentable pérdida, no los entiendo. Seguro su segunda esposa, con la que se casó después de dejar tirada a la primera, lamentará su muerte, sus hijos si los tuvo y algunas pocas amistades cercanas ¿pero el resto del mundo llora? Yo no. No me alegro de su muerte, simplemente me parece irrelevante. Gente más valiosa muere a diario y eso si lamento yo.

Fue una estrella para muchos ateos, para los socialistas que se oponen a la civilización y al progreso de la humanidad, fue un vociferante (a través de una bocina por la que se comunicaba) ave de mal agüero que anunciaba cuál Casandra que la muerte y la destrucción estaba a la vuelta de la esquina.

çMañana toca buscarse la vida con o sin entender lo de los hoyos negros.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Stephen Hawkins.

Redacción República
18 de marzo, 2018

Por Luis F. Prieto

La muerte anunciada de otro socialista.

Me provoca mucha extrañeza ver las muestras de pésame y pesar por la partida de un personaje de ciencia ficción. Me da la impresión que quienes han compartido en redes la noticia de su muerte, lo hacen por una falsa pantomima de creerse “científicos” o al menos intelectuales conocedores de las ciencias charlatanas de un demagogo.

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Dejemos muy claro algo: yo no tengo idea si el trabajo de Hawkins servía para algo útil. Desconozco si alguna de sus hipótesis fue comprobada. ¿Desarrolló con sus ciencias algo para paliar el hambre en el tercer mundo? ¿O para curar las enfermedades que principalmente atacan y matan a los niños más desvalidos? Si alguien lo sabe, que me explique.

Nunca le seguí por andarse en un tema que no escogí en la Universidad, lo mío ha sido los negocios y la administración. Lo de él era el campo de la teoría de universos, hoyos negros y no tan negros y alguna otra cosa de ese calibre. El tipo aparentemente era muy inteligente y manejaba muy bien su materia, según dicen los que saben del tema, pero cuándo habló de economía, le perdí todo el respeto.

Hawkins fue un anticapitalista! Un vilipendiador de un sistema económico responsable de su silla de ruedas propia de Star Wars con un intercomunicador incorporado, ya que la habilidad de comunicarse verbalmente la había perdido hace mucho. Necesitó de la tecnología práctica propia de empresarios que le ofrecieron algo tangible para poder moverse y transmitir sus ideotas.

Hoy hay muchos golpeándose el pecho por tan lamentable pérdida, no los entiendo. Seguro su segunda esposa, con la que se casó después de dejar tirada a la primera, lamentará su muerte, sus hijos si los tuvo y algunas pocas amistades cercanas ¿pero el resto del mundo llora? Yo no. No me alegro de su muerte, simplemente me parece irrelevante. Gente más valiosa muere a diario y eso si lamento yo.

Fue una estrella para muchos ateos, para los socialistas que se oponen a la civilización y al progreso de la humanidad, fue un vociferante (a través de una bocina por la que se comunicaba) ave de mal agüero que anunciaba cuál Casandra que la muerte y la destrucción estaba a la vuelta de la esquina.

çMañana toca buscarse la vida con o sin entender lo de los hoyos negros.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo