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Jimmy, la historia de un desastre comunicacional

Jorge Alvarado
11 de abril, 2018

Hay una máxima en comunicación que dice que: Responder a un periodista es responder a un gran público”, pero jamás debes exponerte mediáticamente si no estás preparado para tomar el control de una manera contundente y determinada. Además, la elocuencia y articulación tanto del lenguaje verbal como no verbal son los elementos básicos que definen una exposición mediática exitosa.

El entrenamiento de un “Speaker” o vocero conlleva el arte de transmitir y posicionar mensajes clave y tomar la oportunidad para desarrollar el posicionamiento de la imagen física. Es decir, el trabajo de la presencia física así como cuidar todos aquellos detalles que la Imagen personal requiere.

Es importante tomar en cuenta que no hay que victimizar a la periodista Ana Lucía Mazariegos porque sí cometió algunas imprecisiones en el planteamiento de la entrevista y de las preguntas, pero nada del otro mundo. El tema aquí, es que quien lleva el mayor impacto negativo es la investidura del Señor Presidente de la República que mostró poco control e inteligencia emocional para manejar la entrevista, la cual se le fue de las manos, y que definitivamente ya había sido pactada en algunos términos específicos que en este caso se circunscribían al tema de la Consulta Popular sobre el diferendo sobre Belice. Como la entrevista ya había sido pactada previamente, eso es obvio, desde cualquier punto de vista el incidente con la periodista es un rotundo fracaso para la gira de medios del presidente y sus objetivos de llamar al voto.

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Diagnosticar el problema de este lamentable incidente en que el mandatario Jimmy Morales abandona la entrevista es un claro ejemplo y caso de estudio de: por parte de la periodista Mazariegos faltó la “escucha activa” y en el caso del señor presidente faltó la “comunicación asertiva”. Esto se produjo por las siguientes imprecisiones del presidente y Mazariegos pregunta y repregunta, quizás por ansiedad se precipita a interrumpirlo.

Ahora bien, por parte del mandatario Jimmy Morales deja al desnudo y revela dos cosas fundamentales que serían los rasgos de su personalidad y la falta de asesoría para atender, interactuar y manejarse ante los medios, pues la poca preparación e incompetencia para enfrentar una entrevista incluso ya pactada es una estupidez mayúscula. Nadie es perfecto pero si tienes un equipo detrás que trabaja para Ti, este tipo de incidentes no te pueden ocurrir, porque tu equipo debe cuidarte, no exponerte. Desde la campaña electoral y a inicios de este mediocre Gobierno ya había señalado que el presidente debía cambiar su forma de comunicar errática, improvisada y acéfala porque no tiene estrategia.

Analicemos las acciones de comunicación. Si habláramos técnicamente, los asesores de comunicación seleccionan al medio TV Azteca para que el presidente Morales haga una aparición pública específicamente en el género periodístico de una entrevista de opinión la cual giraría en torno al tema de la Consulta Popular que se llevará a cabo el próximo 15 de abril puntualmente. La anotación importante es que de lo que menos habló la opinión pública después de este altercado con la periodista fue de dicho referéndum. Sí hay que ser crítico con el mandatario porque desde el punto de vista de la comunicación hacer el ridículo se ha convertido en la regla y no en la excepción.

La pregunta es: ¿Qué no se debe hacer en una entrevista? Antes que nada cuando vas a una entrevista ya debes saber el formato, los acuerdos previos, el tono, las características del entrevistador, etc. En primer lugar nunca se debe increpar al entrevistador y menos de forma airada, en segundo lugar, jamás el entrevistado debe contestar una pregunta con otra pregunta, tampoco debe perder el control ni reaccionar visceralmente, por ningún motivo. Hay otra máxima en comunicación que dice “en momentos de crisis piense en caliente, pero responda en frio”.

Una entrevista es una oportunidad para poner a prueba las habilidades y destrezas en comunicación para posicionar mensajes clave, de manera intencional y afrontar la entrevista bien preparados.

Hay tres cosas clave para encarar una entrevista: 1) una entrevista no es para responder preguntas, es para posicionar mensajes; 2) no importan las preguntas lo que importan son las respuestas y 3) cómo trasladar el mensaje es tan importante como el mensaje mismo.  Por un momento detengámonos y pensemos como asesores estratégicos y tratemos de poner en marcha estos tres conceptos de forma asertiva.

A la entrevista se tiene que llegar con una hoja de ruta que hay que cumplir a cabalidad. Por ejemplo llevar a cabo dos tácticas importantes como lo son el puenteo y el marcaje. En el puenteo no vamos a responder todo lo que nos preguntan sino qué vamos a puentear la pregunta que se hizo hacia la respuesta que deseo y necesito dar, la cual debería ser un mensaje clave. Algunas frases de puenteo son: “Otra forma de poner su pregunta sería….” O “Quizás le gustaría saber que……….” Estas tácticas reconducen la dinámica de la entrevista. El puenteo viene siendo un comodín. Con respecto al marcaje se utiliza para ordenarle las ideas al entrevistador, estructura de las anotaciones y posiciona la esencia del mensaje. Algunas frases de marcaje son: “Quisiera resumir nuestra charla en dos temas que sean…..” o “permítame enfatizar algo que considero muy importante….” Es así como tomamos el control no sobre el entrevistador sino sobre la dinámica de la entrevista.

Hay otra máxima en comunicación que dice “todo comunica porque todo significa” y es en esta parte de la kinesia o lenguaje no verbal donde también podemos analizar su imagen personal y la proyección que emana y las sensaciones y percepciones que genera. Lo primero que podemos analizar rápidamente son sus expresión facial que denota movimientos de asentimiento negativo involuntarios, una barba que no le favorece porque brinda un aspecto que sumado a su personalidad no le suma sino que le resta. Otra particularidad, son los gestos que hace con sus brazos extendidos hacia el frente y sus manos abiertas cuando señala a las cámaras lanzándole un reto a la periodista para que ella responda la pregunta que ella misma hizo. Luego, sería el tema de su postura corporal y cómo adopta la posición estando sentado como si dirigiera un mensaje en campo pagado o en cadena nacional pregrabado, cuando la entrevista es en vivo e ignora a la periodista al mejor estilo del alcalde Álvaro Arzú. Lo brusco de sus expresiones faciales, su intolerancia ante la periodista, su mirada perdida y sus ademanes de reproche son un ejemplo de su poca visión sobre cómo tratar a una dama, a una periodista que como cualquier persona merece respeto.

La otra valoración que se puede analizar es su conducta y comportamiento porque brindan luces sobre los rasgos de su personalidad que lo dejan ver como una persona altanera, prepotente, ególatra, soberbia, arrogante, inmaduro, insolente e inmortal, así lució el presidente Jimmy Morales durante una entrevista frustrada, además de mostrar un temperamento volátil y explosivo. Este, parece ser el síndrome del político de hoy en día en Guatemala, padecen de la fama y la fortuna sin tomar en cuenta que son efímeras.

En cuanto a su lenguaje verbal el presidente entró en una escalada del conflicto con la periodista, en vez de tomar el control,  al reclamarle de manera airada, que lo está interrumpiendo, que eso no tiene nada que ver, que si ella lo sabe que conteste ella la pregunta. Estas cosas no pueden pasar porque no son correctas y no le abonan absolutamente nada sino más bien le genera un desgaste totalmente innecesario.

Técnicamente, tanto la periodista Ana Lucia Mazariegos como el presidente Morales cometieron errores, eso es un hecho. Pero él, dejó una imagen en el ambiente de ser una persona arrebatada y que sus oportunidades para comunicar cada vez se convierten en episodios bochornosos, fuera de control. Este era el segundo encuentro con la periodista Ana Lucia Mazariegos quien ya lo había entrevistado en canal Antigua y que como antecedente también aquella vez había dejado en el ambiente cierto rose aunque de forma normal entre ambos, cosas del oficio.

En definitiva, el error es pensar que alguien que sale en la tele en un formato determinado está preparado para desarrollar otras habilidades y destrezas comunicacionales que en este caso un presidente requiere.

A raíz de este incidente, deberíamos recordarle al presidente la frase de Voltaire “no me gusta lo que dices pero defendería con mi vida tu derecho a decirlo” pues es la crítica algo que lo irrita y nos hace pensar que todo su círculo cercano podrían ser grandes aduladores o que también por los rasgos de su personalidad no se deja asesorar, o que también es muy mal asesorado. El presidente puede caer bien o puede caer mal que ese no es el tema, el punto es que una Imagen Pública se construye y no se improvisa.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Jimmy, la historia de un desastre comunicacional

Jorge Alvarado
11 de abril, 2018

Hay una máxima en comunicación que dice que: Responder a un periodista es responder a un gran público”, pero jamás debes exponerte mediáticamente si no estás preparado para tomar el control de una manera contundente y determinada. Además, la elocuencia y articulación tanto del lenguaje verbal como no verbal son los elementos básicos que definen una exposición mediática exitosa.

El entrenamiento de un “Speaker” o vocero conlleva el arte de transmitir y posicionar mensajes clave y tomar la oportunidad para desarrollar el posicionamiento de la imagen física. Es decir, el trabajo de la presencia física así como cuidar todos aquellos detalles que la Imagen personal requiere.

Es importante tomar en cuenta que no hay que victimizar a la periodista Ana Lucía Mazariegos porque sí cometió algunas imprecisiones en el planteamiento de la entrevista y de las preguntas, pero nada del otro mundo. El tema aquí, es que quien lleva el mayor impacto negativo es la investidura del Señor Presidente de la República que mostró poco control e inteligencia emocional para manejar la entrevista, la cual se le fue de las manos, y que definitivamente ya había sido pactada en algunos términos específicos que en este caso se circunscribían al tema de la Consulta Popular sobre el diferendo sobre Belice. Como la entrevista ya había sido pactada previamente, eso es obvio, desde cualquier punto de vista el incidente con la periodista es un rotundo fracaso para la gira de medios del presidente y sus objetivos de llamar al voto.

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Diagnosticar el problema de este lamentable incidente en que el mandatario Jimmy Morales abandona la entrevista es un claro ejemplo y caso de estudio de: por parte de la periodista Mazariegos faltó la “escucha activa” y en el caso del señor presidente faltó la “comunicación asertiva”. Esto se produjo por las siguientes imprecisiones del presidente y Mazariegos pregunta y repregunta, quizás por ansiedad se precipita a interrumpirlo.

Ahora bien, por parte del mandatario Jimmy Morales deja al desnudo y revela dos cosas fundamentales que serían los rasgos de su personalidad y la falta de asesoría para atender, interactuar y manejarse ante los medios, pues la poca preparación e incompetencia para enfrentar una entrevista incluso ya pactada es una estupidez mayúscula. Nadie es perfecto pero si tienes un equipo detrás que trabaja para Ti, este tipo de incidentes no te pueden ocurrir, porque tu equipo debe cuidarte, no exponerte. Desde la campaña electoral y a inicios de este mediocre Gobierno ya había señalado que el presidente debía cambiar su forma de comunicar errática, improvisada y acéfala porque no tiene estrategia.

Analicemos las acciones de comunicación. Si habláramos técnicamente, los asesores de comunicación seleccionan al medio TV Azteca para que el presidente Morales haga una aparición pública específicamente en el género periodístico de una entrevista de opinión la cual giraría en torno al tema de la Consulta Popular que se llevará a cabo el próximo 15 de abril puntualmente. La anotación importante es que de lo que menos habló la opinión pública después de este altercado con la periodista fue de dicho referéndum. Sí hay que ser crítico con el mandatario porque desde el punto de vista de la comunicación hacer el ridículo se ha convertido en la regla y no en la excepción.

La pregunta es: ¿Qué no se debe hacer en una entrevista? Antes que nada cuando vas a una entrevista ya debes saber el formato, los acuerdos previos, el tono, las características del entrevistador, etc. En primer lugar nunca se debe increpar al entrevistador y menos de forma airada, en segundo lugar, jamás el entrevistado debe contestar una pregunta con otra pregunta, tampoco debe perder el control ni reaccionar visceralmente, por ningún motivo. Hay otra máxima en comunicación que dice “en momentos de crisis piense en caliente, pero responda en frio”.

Una entrevista es una oportunidad para poner a prueba las habilidades y destrezas en comunicación para posicionar mensajes clave, de manera intencional y afrontar la entrevista bien preparados.

Hay tres cosas clave para encarar una entrevista: 1) una entrevista no es para responder preguntas, es para posicionar mensajes; 2) no importan las preguntas lo que importan son las respuestas y 3) cómo trasladar el mensaje es tan importante como el mensaje mismo.  Por un momento detengámonos y pensemos como asesores estratégicos y tratemos de poner en marcha estos tres conceptos de forma asertiva.

A la entrevista se tiene que llegar con una hoja de ruta que hay que cumplir a cabalidad. Por ejemplo llevar a cabo dos tácticas importantes como lo son el puenteo y el marcaje. En el puenteo no vamos a responder todo lo que nos preguntan sino qué vamos a puentear la pregunta que se hizo hacia la respuesta que deseo y necesito dar, la cual debería ser un mensaje clave. Algunas frases de puenteo son: “Otra forma de poner su pregunta sería….” O “Quizás le gustaría saber que……….” Estas tácticas reconducen la dinámica de la entrevista. El puenteo viene siendo un comodín. Con respecto al marcaje se utiliza para ordenarle las ideas al entrevistador, estructura de las anotaciones y posiciona la esencia del mensaje. Algunas frases de marcaje son: “Quisiera resumir nuestra charla en dos temas que sean…..” o “permítame enfatizar algo que considero muy importante….” Es así como tomamos el control no sobre el entrevistador sino sobre la dinámica de la entrevista.

Hay otra máxima en comunicación que dice “todo comunica porque todo significa” y es en esta parte de la kinesia o lenguaje no verbal donde también podemos analizar su imagen personal y la proyección que emana y las sensaciones y percepciones que genera. Lo primero que podemos analizar rápidamente son sus expresión facial que denota movimientos de asentimiento negativo involuntarios, una barba que no le favorece porque brinda un aspecto que sumado a su personalidad no le suma sino que le resta. Otra particularidad, son los gestos que hace con sus brazos extendidos hacia el frente y sus manos abiertas cuando señala a las cámaras lanzándole un reto a la periodista para que ella responda la pregunta que ella misma hizo. Luego, sería el tema de su postura corporal y cómo adopta la posición estando sentado como si dirigiera un mensaje en campo pagado o en cadena nacional pregrabado, cuando la entrevista es en vivo e ignora a la periodista al mejor estilo del alcalde Álvaro Arzú. Lo brusco de sus expresiones faciales, su intolerancia ante la periodista, su mirada perdida y sus ademanes de reproche son un ejemplo de su poca visión sobre cómo tratar a una dama, a una periodista que como cualquier persona merece respeto.

La otra valoración que se puede analizar es su conducta y comportamiento porque brindan luces sobre los rasgos de su personalidad que lo dejan ver como una persona altanera, prepotente, ególatra, soberbia, arrogante, inmaduro, insolente e inmortal, así lució el presidente Jimmy Morales durante una entrevista frustrada, además de mostrar un temperamento volátil y explosivo. Este, parece ser el síndrome del político de hoy en día en Guatemala, padecen de la fama y la fortuna sin tomar en cuenta que son efímeras.

En cuanto a su lenguaje verbal el presidente entró en una escalada del conflicto con la periodista, en vez de tomar el control,  al reclamarle de manera airada, que lo está interrumpiendo, que eso no tiene nada que ver, que si ella lo sabe que conteste ella la pregunta. Estas cosas no pueden pasar porque no son correctas y no le abonan absolutamente nada sino más bien le genera un desgaste totalmente innecesario.

Técnicamente, tanto la periodista Ana Lucia Mazariegos como el presidente Morales cometieron errores, eso es un hecho. Pero él, dejó una imagen en el ambiente de ser una persona arrebatada y que sus oportunidades para comunicar cada vez se convierten en episodios bochornosos, fuera de control. Este era el segundo encuentro con la periodista Ana Lucia Mazariegos quien ya lo había entrevistado en canal Antigua y que como antecedente también aquella vez había dejado en el ambiente cierto rose aunque de forma normal entre ambos, cosas del oficio.

En definitiva, el error es pensar que alguien que sale en la tele en un formato determinado está preparado para desarrollar otras habilidades y destrezas comunicacionales que en este caso un presidente requiere.

A raíz de este incidente, deberíamos recordarle al presidente la frase de Voltaire “no me gusta lo que dices pero defendería con mi vida tu derecho a decirlo” pues es la crítica algo que lo irrita y nos hace pensar que todo su círculo cercano podrían ser grandes aduladores o que también por los rasgos de su personalidad no se deja asesorar, o que también es muy mal asesorado. El presidente puede caer bien o puede caer mal que ese no es el tema, el punto es que una Imagen Pública se construye y no se improvisa.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo