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Entre Consulta y Elección

María Dolores Arias
17 de abril, 2018

Entre la #ConsultaPopular por el diferendo con Belice y el proceso de la elección del Fiscal General del Ministerio Público, MP, pasó casi desapercibido el decreto 10-2018 en el que se aprueba que el gobierno de Jimmy Morales adquiera una deuda por USD$150 millones.

Este nuevo préstamo por, aproximadamente, Q1,125 millones aprobado por los diputados del Congreso, supuestamente se utilizará para mejorar la cobertura y la calidad educativa, es decir, ahora sí, se gastaran el dinero en construir escuelas, reparar las dañadas, equipar bibliotecas y capacitar a los maestros.

Las razones que argumentan los diputados que aprobaron esta nueva deuda son variadas, hay quien asegura que se hace historia porque la educación podría evitar la migración hacia EEUU. Sin embargo, este diputado olvida que, de poco sirve tener una población educada si no existen empleos para estas personas, que mejor ejemplo de esto que el caso de Cuba con Físicos de taxistas o Venezuela con la gran fuga de talento ante las condiciones de vida en ese país.

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Otra diputada aseguró que, ningún país se había quedado pobre por invertir en educación y alentó a sus compañeros a que en el Congreso se siguiera “invirtiendo” en este rubro y que el gobierno usará bien los recursos. El punto aquí es que, efectivamente, ningún país se queda pobre si gasta lo que recibe de ingresos fiscales, o mejor aún, gasta menos. Sin embargo, en este caso se está endeudando aún más a los tributarios para que lo gasten burócratas con amplio poder discrecional.

A pesar de que los diputados aseguran que hicieron enmiendas al decreto para asegurar el buen uso de los recursos, no olvidemos que esos Q1,120 millones se gastarán en un sistema viciado. Un sistema en el cual los recursos fluyen hacia la oferta y no hacia la demanda. Un sistema donde se considera un logro cumplir con los días de clases y donde el buen maestro es relegado.

Los diputados aprueban un préstamo de Q1,120 millones para que se gaste en un sistema en el que poco han hecho para reducir la corrupción, ¿será acaso porque a varios les conviene? Cualquiera podrá hacer un análisis superficial y afirmar que quienes se oponen a este, y los demás, préstamos está en contra de la educación y peor aún, al desarrollo de la niñez.

Es innegable que se debe mejorar la infraestructura en la que estos niños reciben clases. Sin embargo, el costo de este préstamo no es el capital más los intereses, el costo es condenar a estos niños a un sistema educativo ineficiente además de empeñarles su futuro con una deuda que deberán pagar más adelante.

Y así, como que no quiere la cosa, los diputados en el Congreso, con sus excepciones, aprobaron pedir fiado Q1,120 millones para gastarlo en educación. Aprobaron empeñar sus futuras ganancias para financiar un sistema corrupto en el que, posiblemente, algunos de ellos o sus allegados, salgan beneficiados en los contratos de construcción.

Así que entre la consulta popular y elección del Fiscal General, los tributarios debemos Q1,120 millones adicionales. La época de lluvia nos dirá si las escuelas construidas con este dinero se construyeron de cartón como las carreteras, puentes y demás infraestructura sobrevalorada.

@Md30

Facebook.com/Mda30

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

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María Dolores Arias
17 de abril, 2018

Entre la #ConsultaPopular por el diferendo con Belice y el proceso de la elección del Fiscal General del Ministerio Público, MP, pasó casi desapercibido el decreto 10-2018 en el que se aprueba que el gobierno de Jimmy Morales adquiera una deuda por USD$150 millones.

Este nuevo préstamo por, aproximadamente, Q1,125 millones aprobado por los diputados del Congreso, supuestamente se utilizará para mejorar la cobertura y la calidad educativa, es decir, ahora sí, se gastaran el dinero en construir escuelas, reparar las dañadas, equipar bibliotecas y capacitar a los maestros.

Las razones que argumentan los diputados que aprobaron esta nueva deuda son variadas, hay quien asegura que se hace historia porque la educación podría evitar la migración hacia EEUU. Sin embargo, este diputado olvida que, de poco sirve tener una población educada si no existen empleos para estas personas, que mejor ejemplo de esto que el caso de Cuba con Físicos de taxistas o Venezuela con la gran fuga de talento ante las condiciones de vida en ese país.

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Otra diputada aseguró que, ningún país se había quedado pobre por invertir en educación y alentó a sus compañeros a que en el Congreso se siguiera “invirtiendo” en este rubro y que el gobierno usará bien los recursos. El punto aquí es que, efectivamente, ningún país se queda pobre si gasta lo que recibe de ingresos fiscales, o mejor aún, gasta menos. Sin embargo, en este caso se está endeudando aún más a los tributarios para que lo gasten burócratas con amplio poder discrecional.

A pesar de que los diputados aseguran que hicieron enmiendas al decreto para asegurar el buen uso de los recursos, no olvidemos que esos Q1,120 millones se gastarán en un sistema viciado. Un sistema en el cual los recursos fluyen hacia la oferta y no hacia la demanda. Un sistema donde se considera un logro cumplir con los días de clases y donde el buen maestro es relegado.

Los diputados aprueban un préstamo de Q1,120 millones para que se gaste en un sistema en el que poco han hecho para reducir la corrupción, ¿será acaso porque a varios les conviene? Cualquiera podrá hacer un análisis superficial y afirmar que quienes se oponen a este, y los demás, préstamos está en contra de la educación y peor aún, al desarrollo de la niñez.

Es innegable que se debe mejorar la infraestructura en la que estos niños reciben clases. Sin embargo, el costo de este préstamo no es el capital más los intereses, el costo es condenar a estos niños a un sistema educativo ineficiente además de empeñarles su futuro con una deuda que deberán pagar más adelante.

Y así, como que no quiere la cosa, los diputados en el Congreso, con sus excepciones, aprobaron pedir fiado Q1,120 millones para gastarlo en educación. Aprobaron empeñar sus futuras ganancias para financiar un sistema corrupto en el que, posiblemente, algunos de ellos o sus allegados, salgan beneficiados en los contratos de construcción.

Así que entre la consulta popular y elección del Fiscal General, los tributarios debemos Q1,120 millones adicionales. La época de lluvia nos dirá si las escuelas construidas con este dinero se construyeron de cartón como las carreteras, puentes y demás infraestructura sobrevalorada.

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República es ajena a la opinión expresada en este artículo