Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Álvaro Arzú, 40 años ligado al poder

Luis Gonzalez
27 de abril, 2018

Álvaro Arzú traía la política en la sangre. Sus antepasados también destacaron en la vida pública del país y él, desde joven, se inclinó a participar en los partidos políticos. Su primera incursión fue en el partido Movimiento de Liberación Nacional (MLN), dirigido por Mario Sandoval Alarcón.

Cuando tenía 32 años fue designado para dirigir el Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), puesto en el cual se desempeñó durante cuatro años. Pero sus ambiciones eran más altas. Pronto vio que podía ocupar la alcaldía municipal y se lanzó a ese nuevo reto. Ganó las elecciones, pero el golpe militar impidió que asumiera el cargo.

Siguieron años difíciles para Guatemala, pero con la llegada de la llamada “era democrática”, Álvaro Arzú intentó participar de nuevo en política y se postuló para la alcaldía otra vez. Ganó y estuvo en el cargo de 1986 a 1990.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Siguió con mayores inquietudes y con llegada de Jorge Serrano Elías a la Presidencia, fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores, cargó que abandonó tras el “autogolpe” realizado por el expresidente ahora exiliado en Panamá. De su gestión se recuerda el reconocimiento de la independencia de Belice.

Su sueño, la Presidencia

Tras finalizar su primero periodo como alcalde, Arzú fundó el Partido de Avanzada Nacional (PAN) y participó en las elecciones, pero quedó en el cuarto lugar. Esos comicios llevaron al poder a Serrano Elías.

De nuevo el país entró en una serie de vacilaciones porque Serrano Elías salió de manera abrupta del poder y en su lugar llegó Ramiro De León Carpio, quien fungía como Procurador de los Derechos Humanos.

Vinieron las elecciones de nuevo y volvió a postularse con el PAN. Esta vez ganó y ocupó la Presidencia de 1996 a 2000. Su gestión es reconocida por varios logros, pero en especial por poner punto final al conflicto armado interno, al firmar la paz con la guerrilla. Aunque otros critican su administración porque fue quien privatizó varios servicios públicos como la telefonía y el subsector eléctrico.

El alcalde de la capital

Por algunos años pareció apartarse del poder y la política, pero en 2003 de nuevo se postuló para alcalde de la capital y ganó. Esa historia se repitió hasta las últimas elecciones de 2015, periodo que desempeñaba en la actualidad.

Durante estos años, de la Presidencia hasta su gestión como alcalde capitalino, Álvaro Arzú estuvo acompañado de un círculo cercano de colaboradores incondicionales al político. Aunque su partido apenas pudo llevar diputados al Congreso, siempre se dijo que influencia y poder eran evidentes en otros organismos del Estado.

En los últimos meses pareció que le arrebataban el poder, pues fue sometido a un proceso de antejucio al acusarlo del delito de financiamiento electoral ilícito, pero el proceso no prosperó.

Quienes lo trataron reconocen su carácter fuerte y firme. Hizo famosa la frase de que Guatemala necesitaba una “democracia dirigida”.

Aparte de sus declaraciones siempre polémicas, una de sus últimas manifestaciones que reflejaban su carácter, fue cuando irrumpió en la conferencia de prensa justo cuando el Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), anunciaron el proceso de antejuicio en su contra.

Álvaro Arzú, 40 años ligado al poder

Luis Gonzalez
27 de abril, 2018

Álvaro Arzú traía la política en la sangre. Sus antepasados también destacaron en la vida pública del país y él, desde joven, se inclinó a participar en los partidos políticos. Su primera incursión fue en el partido Movimiento de Liberación Nacional (MLN), dirigido por Mario Sandoval Alarcón.

Cuando tenía 32 años fue designado para dirigir el Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), puesto en el cual se desempeñó durante cuatro años. Pero sus ambiciones eran más altas. Pronto vio que podía ocupar la alcaldía municipal y se lanzó a ese nuevo reto. Ganó las elecciones, pero el golpe militar impidió que asumiera el cargo.

Siguieron años difíciles para Guatemala, pero con la llegada de la llamada “era democrática”, Álvaro Arzú intentó participar de nuevo en política y se postuló para la alcaldía otra vez. Ganó y estuvo en el cargo de 1986 a 1990.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Siguió con mayores inquietudes y con llegada de Jorge Serrano Elías a la Presidencia, fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores, cargó que abandonó tras el “autogolpe” realizado por el expresidente ahora exiliado en Panamá. De su gestión se recuerda el reconocimiento de la independencia de Belice.

Su sueño, la Presidencia

Tras finalizar su primero periodo como alcalde, Arzú fundó el Partido de Avanzada Nacional (PAN) y participó en las elecciones, pero quedó en el cuarto lugar. Esos comicios llevaron al poder a Serrano Elías.

De nuevo el país entró en una serie de vacilaciones porque Serrano Elías salió de manera abrupta del poder y en su lugar llegó Ramiro De León Carpio, quien fungía como Procurador de los Derechos Humanos.

Vinieron las elecciones de nuevo y volvió a postularse con el PAN. Esta vez ganó y ocupó la Presidencia de 1996 a 2000. Su gestión es reconocida por varios logros, pero en especial por poner punto final al conflicto armado interno, al firmar la paz con la guerrilla. Aunque otros critican su administración porque fue quien privatizó varios servicios públicos como la telefonía y el subsector eléctrico.

El alcalde de la capital

Por algunos años pareció apartarse del poder y la política, pero en 2003 de nuevo se postuló para alcalde de la capital y ganó. Esa historia se repitió hasta las últimas elecciones de 2015, periodo que desempeñaba en la actualidad.

Durante estos años, de la Presidencia hasta su gestión como alcalde capitalino, Álvaro Arzú estuvo acompañado de un círculo cercano de colaboradores incondicionales al político. Aunque su partido apenas pudo llevar diputados al Congreso, siempre se dijo que influencia y poder eran evidentes en otros organismos del Estado.

En los últimos meses pareció que le arrebataban el poder, pues fue sometido a un proceso de antejucio al acusarlo del delito de financiamiento electoral ilícito, pero el proceso no prosperó.

Quienes lo trataron reconocen su carácter fuerte y firme. Hizo famosa la frase de que Guatemala necesitaba una “democracia dirigida”.

Aparte de sus declaraciones siempre polémicas, una de sus últimas manifestaciones que reflejaban su carácter, fue cuando irrumpió en la conferencia de prensa justo cuando el Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), anunciaron el proceso de antejuicio en su contra.