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Insultar al presidente solo demuestra tu pobreza de educación

Redacción
30 de abril, 2018

Alguna vez dijo Jacques Turgot que “el principio de la educación es predicar con el ejemplo”. Esta frase del siglo XVI fue lo primero que se me vino a la mente luego de escuchar como un sinvergüenza insultaba a mi presidente en pleno siglo XXI.

Para quienes no estén enterados, el miércoles 25 de abril cuando el presidente se retiraba de una actividad, Roberto Rímola (miembro del colectivo “La Batucada del Pueblo”) lo confrontó y le lanzó una serie de insultos, entre ellos: “Cerote”* y “Malparido”.

Sin embargo, como la pobreza de educación a veces coincide con la falta de seso, el personaje “muy macho y muy patriota” grabó el momento con su celular y luego lo difundió por las redes sociales. Quizás este sinvergüenza pensó que al compartir este video sería aplaudido por los guatemaltecos, sobre todo por aquellos que están “hartos de la corrupción”, “hartos de Jimmy Morales” y que “quieren ver rodar cabezas sin respetar el debido proceso”, sumándose así al peligroso circo liderado por los trapecistas más hábiles del país: Aldana y Velásquez.

No podemos negar que una buena parte de maleducados aplaudieron sus acciones, entre ellos el patético colectivo de “La Batucada del Pueblo” y el antes respetado movimiento de “#RenunciaYa”, que ahora ha pasado de utilizar la cabeza a actuar con el hígado y la emoción, convirtiéndose en una decepción para la ciudadanía consciente.

Pero no toda Guatemala está llena de gente que no piensa antes de hablar. No todos caemos tan bajo para insultar como convictos a nuestro presidente (si, nuestro porque democráticamente nosotros lo elegimos – nos guste o no). Somos más los que sabemos que este tipo de batallas se ganan a través del diálogo, las propuestas coherentes y la presión pacífica y bien dirigida. ¡Nosotros sabemos que los insultos sirven poco en este tipo de situaciones!

El país necesita desesperadamente de jóvenes y líderes que planteemos soluciones, que nos sentemos a dialogar, que salgamos a manifestar con ideas claras y razones concretas. Guatemala no necesita más gente pasional e irreverente que vaya por ahí insultando a cuanto funcionario se encuentre. ¡Insultar al presidente demuestra tu pobreza de educación! Si queremos que el país cambie, ¿Por qué diablos no cambiamos nosotros también? La soñada GuateBuena que muchos buscamos es una utopía si queremos que sea poblada por tipos como éste, que cuando ven a una de las personas capaces de cambiar el rumbo del país no le propone soluciones o le incita a trabajar mejor, sino que lo insulta y se mofa de él.

Quien tomó el video e insultó al presidente no representa a todos los guatemaltecos. Puede que muchos estemos enfadados con lo que está sucediendo en el país, pero no todos somos tan idiotas como para reaccionar de esa manera. Quien grabó el video tuvo la oportunidad para conversar unos minutos con Morales. ¡Pudo decirle tanto en tan poco tiempo! Pero no lo hizo. Recurrió al insulto. Quizo dar el golpe más bajo y denigrante. Documentó su falta de educación y su pobreza para dialogar. Derrochó una oportunidad que tantos ciudadanos quisiéramos tener para poder influir en las decisiones que marcan el rumbo del país.

Para quienes defienden a Rímola porque “ejerció su derecho de protesta y libertad de expresión”, quizás no estén tan equivocados. Al fin y al cabo, es cierto, el ciudadano se expresó y no violó ninguna ley. La jurisprudencia de la Corte de Constitucionalidad en una sentencia del 2006, determinó que no es un delito proferir insultos ni palabras soeces a un mandatario. El Ministerio Público no investigará a Rímola. Pero vamos más allá de lo que dice la tinta de la ley. Requiere solo un poco de sentido común para comprender que comportándonos de esa forma, jamás llegaremos a nada. Honestamente, es una lástima que la ley no persiga este tipo de conductas. La libre emisión de pensamiento nace de la libertad, no del libertinaje.

A mi me enseñaron que la educación no pelea con nadie. Proferir insultos es un recurso muy bajo, pero al parecer pocos lo sabemos. Chesterton alguna vez dijo que no hay gente ineducada. “Todo el mundo lo está; solo que mucha gente está mal educada”. Creo que ese es el caso de Guatemala, un país que curiosamente busca tener mejores mandatarios cuando algunos de sus ciudadanos siguen siendo una partida de maleducados.

*Aclaración: La palabra “Cerote” que utilizó Rímola fue con su connotación negativa. Los guatemaltecos sabemos que esa palabra también puede ser utilizada con una connotación positiva, que se refiere a “amigo”, “cuate”, “compadre”. Este no fue el caso.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Insultar al presidente solo demuestra tu pobreza de educación

Redacción
30 de abril, 2018

Alguna vez dijo Jacques Turgot que “el principio de la educación es predicar con el ejemplo”. Esta frase del siglo XVI fue lo primero que se me vino a la mente luego de escuchar como un sinvergüenza insultaba a mi presidente en pleno siglo XXI.

Para quienes no estén enterados, el miércoles 25 de abril cuando el presidente se retiraba de una actividad, Roberto Rímola (miembro del colectivo “La Batucada del Pueblo”) lo confrontó y le lanzó una serie de insultos, entre ellos: “Cerote”* y “Malparido”.

Sin embargo, como la pobreza de educación a veces coincide con la falta de seso, el personaje “muy macho y muy patriota” grabó el momento con su celular y luego lo difundió por las redes sociales. Quizás este sinvergüenza pensó que al compartir este video sería aplaudido por los guatemaltecos, sobre todo por aquellos que están “hartos de la corrupción”, “hartos de Jimmy Morales” y que “quieren ver rodar cabezas sin respetar el debido proceso”, sumándose así al peligroso circo liderado por los trapecistas más hábiles del país: Aldana y Velásquez.

No podemos negar que una buena parte de maleducados aplaudieron sus acciones, entre ellos el patético colectivo de “La Batucada del Pueblo” y el antes respetado movimiento de “#RenunciaYa”, que ahora ha pasado de utilizar la cabeza a actuar con el hígado y la emoción, convirtiéndose en una decepción para la ciudadanía consciente.

Pero no toda Guatemala está llena de gente que no piensa antes de hablar. No todos caemos tan bajo para insultar como convictos a nuestro presidente (si, nuestro porque democráticamente nosotros lo elegimos – nos guste o no). Somos más los que sabemos que este tipo de batallas se ganan a través del diálogo, las propuestas coherentes y la presión pacífica y bien dirigida. ¡Nosotros sabemos que los insultos sirven poco en este tipo de situaciones!

El país necesita desesperadamente de jóvenes y líderes que planteemos soluciones, que nos sentemos a dialogar, que salgamos a manifestar con ideas claras y razones concretas. Guatemala no necesita más gente pasional e irreverente que vaya por ahí insultando a cuanto funcionario se encuentre. ¡Insultar al presidente demuestra tu pobreza de educación! Si queremos que el país cambie, ¿Por qué diablos no cambiamos nosotros también? La soñada GuateBuena que muchos buscamos es una utopía si queremos que sea poblada por tipos como éste, que cuando ven a una de las personas capaces de cambiar el rumbo del país no le propone soluciones o le incita a trabajar mejor, sino que lo insulta y se mofa de él.

Quien tomó el video e insultó al presidente no representa a todos los guatemaltecos. Puede que muchos estemos enfadados con lo que está sucediendo en el país, pero no todos somos tan idiotas como para reaccionar de esa manera. Quien grabó el video tuvo la oportunidad para conversar unos minutos con Morales. ¡Pudo decirle tanto en tan poco tiempo! Pero no lo hizo. Recurrió al insulto. Quizo dar el golpe más bajo y denigrante. Documentó su falta de educación y su pobreza para dialogar. Derrochó una oportunidad que tantos ciudadanos quisiéramos tener para poder influir en las decisiones que marcan el rumbo del país.

Para quienes defienden a Rímola porque “ejerció su derecho de protesta y libertad de expresión”, quizás no estén tan equivocados. Al fin y al cabo, es cierto, el ciudadano se expresó y no violó ninguna ley. La jurisprudencia de la Corte de Constitucionalidad en una sentencia del 2006, determinó que no es un delito proferir insultos ni palabras soeces a un mandatario. El Ministerio Público no investigará a Rímola. Pero vamos más allá de lo que dice la tinta de la ley. Requiere solo un poco de sentido común para comprender que comportándonos de esa forma, jamás llegaremos a nada. Honestamente, es una lástima que la ley no persiga este tipo de conductas. La libre emisión de pensamiento nace de la libertad, no del libertinaje.

A mi me enseñaron que la educación no pelea con nadie. Proferir insultos es un recurso muy bajo, pero al parecer pocos lo sabemos. Chesterton alguna vez dijo que no hay gente ineducada. “Todo el mundo lo está; solo que mucha gente está mal educada”. Creo que ese es el caso de Guatemala, un país que curiosamente busca tener mejores mandatarios cuando algunos de sus ciudadanos siguen siendo una partida de maleducados.

*Aclaración: La palabra “Cerote” que utilizó Rímola fue con su connotación negativa. Los guatemaltecos sabemos que esa palabra también puede ser utilizada con una connotación positiva, que se refiere a “amigo”, “cuate”, “compadre”. Este no fue el caso.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo