Es interesante observar cómo ha ido evolucionando, ¿o involucionando? La postura y el discurso del presidente Jimmy Morales respecto a los asuetos laborales de los burócratas.
En el 2016, en un acto público el presidente expresó que “Guatemala hoy merece más que nosotros, Guatemala hoy merece que cada hora del servidor público sea consagrada al servicio público”, por consiguiente no correría el descanso del primero de mayo, que había caído en domingo, al lunes.
Sin embargo, al año siguiente, en 2017, con la excusa de incentivar el turismo interno, el mismo presidente Morales que hacía poco más de un año había hablado de la necesidad de aprovechar el tiempo laboral para dedicárselo al país, le otorgaba a los burócratas capitalinos un día adicional, el 14 de agosto, con goce de salario.
Y este año no fue la excepción, nuevamente el presidente Morales otorgó el lunes 30 de abril como permiso con goce de salario a los empleados del Ejecutivo con el pretexto que se pudieran preparar para las actividades del primero de mayo.
Mientras los burócratas, no sólo del Ejecutivo sino también del Legislativo y Judicial, descansaron ayer, el resto de los mortales, léase los que producimos bienes y servicios para sustentar nuestra vida, tuvimos que trabajar.
Si a los acuerdos gubernativos, le sumamos los días de descanso remunerados que contemplan los pactos colectivosasí como los permisos para actividades sindicales, resulta que llegar a trabajar pareciera opcional en el gobierno.
Es irónico pensar que con la poca, y en algunos casos nula, productividad de la burocracia, los presidentes de los poderes del Estado, tengan el tupé de todavía premiarles con días adicionales de descanso.
Como mencioné al principio, es interesante ver cómo, el presidente Morales, pasó de no conceder días adicionales a otorgarlos con cualquier excusa que el “puente” aguante y el tributario pague. No olvidemos que a final de cuentas quienes pagan estos salarios somos nosotros, los tributarios.
Así que, mientras el “puente” aguante y el tributario pague, los politiqueros seguirán premiándose con días de descanso a cuenta del tributario.
@Md30
Facebook.com/Mda30
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Es interesante observar cómo ha ido evolucionando, ¿o involucionando? La postura y el discurso del presidente Jimmy Morales respecto a los asuetos laborales de los burócratas.
En el 2016, en un acto público el presidente expresó que “Guatemala hoy merece más que nosotros, Guatemala hoy merece que cada hora del servidor público sea consagrada al servicio público”, por consiguiente no correría el descanso del primero de mayo, que había caído en domingo, al lunes.
Sin embargo, al año siguiente, en 2017, con la excusa de incentivar el turismo interno, el mismo presidente Morales que hacía poco más de un año había hablado de la necesidad de aprovechar el tiempo laboral para dedicárselo al país, le otorgaba a los burócratas capitalinos un día adicional, el 14 de agosto, con goce de salario.
Y este año no fue la excepción, nuevamente el presidente Morales otorgó el lunes 30 de abril como permiso con goce de salario a los empleados del Ejecutivo con el pretexto que se pudieran preparar para las actividades del primero de mayo.
Mientras los burócratas, no sólo del Ejecutivo sino también del Legislativo y Judicial, descansaron ayer, el resto de los mortales, léase los que producimos bienes y servicios para sustentar nuestra vida, tuvimos que trabajar.
Si a los acuerdos gubernativos, le sumamos los días de descanso remunerados que contemplan los pactos colectivosasí como los permisos para actividades sindicales, resulta que llegar a trabajar pareciera opcional en el gobierno.
Es irónico pensar que con la poca, y en algunos casos nula, productividad de la burocracia, los presidentes de los poderes del Estado, tengan el tupé de todavía premiarles con días adicionales de descanso.
Como mencioné al principio, es interesante ver cómo, el presidente Morales, pasó de no conceder días adicionales a otorgarlos con cualquier excusa que el “puente” aguante y el tributario pague. No olvidemos que a final de cuentas quienes pagan estos salarios somos nosotros, los tributarios.
Así que, mientras el “puente” aguante y el tributario pague, los politiqueros seguirán premiándose con días de descanso a cuenta del tributario.
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República es ajena a la opinión expresada en este artículo