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Siete mentiras, mínimo

Betty Marroquin
24 de mayo, 2018

“La declaraci se sostiene sobre sí.”

Juez Pablo Xitumul

A ver, imagínese el cuadro. Una mujer delgada que supuestamente es sometida a una hambruna de 9 días consecutivos, engrilletada, violada 22 veces aproximadamente cada día (o sea que le daban dos horas para dormir), logra escapar saltando por una ventana que estaba en alto, y debiendo caer como a 3 metros de distancia de la ventana. Salta y se da cuenta que olvidó sus preciosos zapatos y regresa por la misma ventana a recogerlos para luego huir nuevamente repitiendo el salto. Sale cuando gracias a la providencia pasaba un taxi justo en el momento en el que ella salía de dónde la tenían cautiva. Milagrosamente esa mujer logró tener una hija aproximadamente un año después de su cautiverio. Ah, y todo esto luego que le “pincharon” los ojos en cautiverio por lo que debiera haber hecho semejante hazaña estando ciega.

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Los grilletes los ponen ajustados al hueso, así que bajemos de peso lo que bajemos la estructura ósea no se encoje. Ella dice que por lo que bajó de peso pudo sacar sus manos de los grilletes y escapar. Que curioso que los prisioneros de guerra en Vietnam, por ejemplo, no lograban zafarse de los grilletes a pesar del tiempo mil veces más prolongado de encierro y hambruna. Primera mentira. Un ser humano muerto del hambre en 9 días de hambruna no tiene la energía para escalar a una ventana en alto, saltarla, regresar por sus zapatos (quién piensa en un par de zapatos tratando de escapar de semejante infierno), tiene la fuerza física de saltar alto y entrar nuevamente por la misma ventana para recoger los famosos zapatos, y luego volver a escapar por la misma ventana saltando nuevamente los casi 3 metros. Segunda mentira.

Un vientre violado consecutivamente, por 9 daís, aproximadamente 22 veces por día, no se regenera en un par de meses. Pido a los ginecólogos que me corrijan si son tan amables. Pregunto a los psiquiatras y psicólogos si una mujer que ha sido violada tantas veces puede reponerse rápidamente como  para tener relaciones sexuales pocos meses después (contando que el período de gestasión es de aproximadamente 10 meses entre la concepción y el nacimiento), y dar a luz sin problema a una niña aproximadamente un año después. Tercera mentira.

Luego la sirvienta que declaró primero que el carro en el que secuestraron al hermanito era blanco y luego declaró que era verde, o viceversa, y lo vio desde un patio que no tiene vista a la calle, también miente. Cuarta mentira. La madre identificó a los militares porque usaban anteojos Ray Ban… no sabía que eran exclusividad de los militares de la época, y pistolas calibre 45. Me huele a quinta mentira. Recientemente, aproximadamente 30 años más tarde, recordó las placas, así, milagrosamente.  Sexta mentira.

Cómodamente y a grandes rasgos esto es lo que declararon Emma Guadalupe Molina Theissen, a quién yo llamo mujer biónica por sus dotes físicos, si es verdad lo que dice, y la de los lentes que es la madre de ella y la del carro, la señora del servicio en casa de los Molina Theissen. Quizás soy muy incrédula pero no logro tragarme la historia.

Ah, por si fuera poco, culpan a dos militares de violar a Emma Molina mientras se tienen pruebas de que se encontraban en otro punto del país. O sea, más que biónicos ¿la violaron telepáticamente?

Interesante también que se ha visto a un miembro de la familia Molina Theissen que si se hacen las pruebas de identificación biométrica que el FBI viene usando desde el 2011, que comparan los puntos básicos del rostro, o pruebas de ADN, quizás se podría demostrar si el adulto que se vió en el juicio es el mismo niño que se supone está perdido. Esa sería la mentira numero siete.

Mientras tanto, el flamante, para algunos brillante Juez Xitumul no permitió la presentación de pruebas de la defensa, dio menos de 10 minutos escasos a la defensa para presentar sus argumentos, luego de darle horas a la parte acusadora para todo. Y para rematarla, al finalizar la causa ordena la eliminación de todas las pruebas en el caso, incluyendo las que no permitió que fueran presentadas. Si todo esto le suena a ilegalidad, corrupción, abuso de poder, y que nos están viendo cara de bancos a los guatemaltecos de cuyos impuestos saldrán los resarcimientos, no está solo. Este caso me huele fuertemente a oportunismo puro, clásico de la industria del resarcimiento. Porque enriquecerse a costa de fingir haber sido víctima del Ejército, es más fácil de lo que se podría pensar, visto los ejemplos burdos que tenemos en la Historia reciente de nuestro país.

Todo violando el Artículo 155 de la Constitución Política de Guatemala que reza: “Cuando un dignatario, funcionario o trabajador del Estado, en el ejercicio de su cargo, infrinja la ley en perjuicio de particulares, el Estado o la institución estatal a quien sirva, será solidariamente responsable por los daños y perjuicios que se causaren. La responsabilidad civil de los funcionarios y empleados públicos, podrá deducirse mientras no se hubiere consumado la prescripción, cuyo término será de veinte años. La responsabilidad criminal se extingue, en este caso, por el transcurso del doble del tiempo señalado por la ley para la prescripción de la pena. Ni los guatemaltecos ni los extranjeros, podrán reclamar al Estado, indemnización por daños o perjuicios causados por movimientos armados o disturbios civiles.”

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Siete mentiras, mínimo

Betty Marroquin
24 de mayo, 2018

“La declaraci se sostiene sobre sí.”

Juez Pablo Xitumul

A ver, imagínese el cuadro. Una mujer delgada que supuestamente es sometida a una hambruna de 9 días consecutivos, engrilletada, violada 22 veces aproximadamente cada día (o sea que le daban dos horas para dormir), logra escapar saltando por una ventana que estaba en alto, y debiendo caer como a 3 metros de distancia de la ventana. Salta y se da cuenta que olvidó sus preciosos zapatos y regresa por la misma ventana a recogerlos para luego huir nuevamente repitiendo el salto. Sale cuando gracias a la providencia pasaba un taxi justo en el momento en el que ella salía de dónde la tenían cautiva. Milagrosamente esa mujer logró tener una hija aproximadamente un año después de su cautiverio. Ah, y todo esto luego que le “pincharon” los ojos en cautiverio por lo que debiera haber hecho semejante hazaña estando ciega.

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Los grilletes los ponen ajustados al hueso, así que bajemos de peso lo que bajemos la estructura ósea no se encoje. Ella dice que por lo que bajó de peso pudo sacar sus manos de los grilletes y escapar. Que curioso que los prisioneros de guerra en Vietnam, por ejemplo, no lograban zafarse de los grilletes a pesar del tiempo mil veces más prolongado de encierro y hambruna. Primera mentira. Un ser humano muerto del hambre en 9 días de hambruna no tiene la energía para escalar a una ventana en alto, saltarla, regresar por sus zapatos (quién piensa en un par de zapatos tratando de escapar de semejante infierno), tiene la fuerza física de saltar alto y entrar nuevamente por la misma ventana para recoger los famosos zapatos, y luego volver a escapar por la misma ventana saltando nuevamente los casi 3 metros. Segunda mentira.

Un vientre violado consecutivamente, por 9 daís, aproximadamente 22 veces por día, no se regenera en un par de meses. Pido a los ginecólogos que me corrijan si son tan amables. Pregunto a los psiquiatras y psicólogos si una mujer que ha sido violada tantas veces puede reponerse rápidamente como  para tener relaciones sexuales pocos meses después (contando que el período de gestasión es de aproximadamente 10 meses entre la concepción y el nacimiento), y dar a luz sin problema a una niña aproximadamente un año después. Tercera mentira.

Luego la sirvienta que declaró primero que el carro en el que secuestraron al hermanito era blanco y luego declaró que era verde, o viceversa, y lo vio desde un patio que no tiene vista a la calle, también miente. Cuarta mentira. La madre identificó a los militares porque usaban anteojos Ray Ban… no sabía que eran exclusividad de los militares de la época, y pistolas calibre 45. Me huele a quinta mentira. Recientemente, aproximadamente 30 años más tarde, recordó las placas, así, milagrosamente.  Sexta mentira.

Cómodamente y a grandes rasgos esto es lo que declararon Emma Guadalupe Molina Theissen, a quién yo llamo mujer biónica por sus dotes físicos, si es verdad lo que dice, y la de los lentes que es la madre de ella y la del carro, la señora del servicio en casa de los Molina Theissen. Quizás soy muy incrédula pero no logro tragarme la historia.

Ah, por si fuera poco, culpan a dos militares de violar a Emma Molina mientras se tienen pruebas de que se encontraban en otro punto del país. O sea, más que biónicos ¿la violaron telepáticamente?

Interesante también que se ha visto a un miembro de la familia Molina Theissen que si se hacen las pruebas de identificación biométrica que el FBI viene usando desde el 2011, que comparan los puntos básicos del rostro, o pruebas de ADN, quizás se podría demostrar si el adulto que se vió en el juicio es el mismo niño que se supone está perdido. Esa sería la mentira numero siete.

Mientras tanto, el flamante, para algunos brillante Juez Xitumul no permitió la presentación de pruebas de la defensa, dio menos de 10 minutos escasos a la defensa para presentar sus argumentos, luego de darle horas a la parte acusadora para todo. Y para rematarla, al finalizar la causa ordena la eliminación de todas las pruebas en el caso, incluyendo las que no permitió que fueran presentadas. Si todo esto le suena a ilegalidad, corrupción, abuso de poder, y que nos están viendo cara de bancos a los guatemaltecos de cuyos impuestos saldrán los resarcimientos, no está solo. Este caso me huele fuertemente a oportunismo puro, clásico de la industria del resarcimiento. Porque enriquecerse a costa de fingir haber sido víctima del Ejército, es más fácil de lo que se podría pensar, visto los ejemplos burdos que tenemos en la Historia reciente de nuestro país.

Todo violando el Artículo 155 de la Constitución Política de Guatemala que reza: “Cuando un dignatario, funcionario o trabajador del Estado, en el ejercicio de su cargo, infrinja la ley en perjuicio de particulares, el Estado o la institución estatal a quien sirva, será solidariamente responsable por los daños y perjuicios que se causaren. La responsabilidad civil de los funcionarios y empleados públicos, podrá deducirse mientras no se hubiere consumado la prescripción, cuyo término será de veinte años. La responsabilidad criminal se extingue, en este caso, por el transcurso del doble del tiempo señalado por la ley para la prescripción de la pena. Ni los guatemaltecos ni los extranjeros, podrán reclamar al Estado, indemnización por daños o perjuicios causados por movimientos armados o disturbios civiles.”

República es ajena a la opinión expresada en este artículo