Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, habla de su reciente visita a Guatemala en su columna semanal publicada en el diario El País de España y difundida en diferentes países del mundo.
El escritor peruano, también ganador del Premio Miguel de Cervantes en 1994 y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1986, dedica su extensa columna para contar acerca de su llegada a Zacapa, para visitar a la “Asociación Zacapaneca de Contadores de Cuentos y Anécdotas”.
El laureado escritor estuvo en el oriente del país en mayo y su visita apenas fue conocida porque no se hizo mayores anuncios de su llegada a Guatemala, hasta que trascendió por medio de redes sociales.
A continuación parte de la columna de Vargas Llosa:
“La Asociación de Zacapa tiene 28 miembros cotizantes, porque a ella la mantienen sus socios, no el Estado ni el Gobierno, que jamás han puesto dinero en esta institución ni ella se lo ha pedido: es la sociedad civil la que la creó y la mantiene. Ocupa una amplia y hermosa casa de techo de tejas y un pequeño jardín donde crece un mango altísimo. A su sombra se celebran recitales y sesiones donde los cuenteros profesionales o espontáneos hacen las delicias de un público en el que se mezclan niños y viejos y todas las clases sociales. La asociación dispone de una biblioteca y una sala de lectura, graba las improvisaciones, publica antologías, y cada cierto tiempo dedica una función exclusivamente a los niños, para aficionarlos y despertar entre ellos vocaciones de cuentacuentos. Asimismo, lleva narradores orales a los colegios, a los sindicatos, a las cárceles”.
“También mantiene vínculos con otras organizaciones de la misma índole, en Guatemala y en el extranjero, y a veces recibe contadores de otras lenguas y geografías. Y también envía a sus mejores cuentistas a otros países a participar en ferias y espectáculos dedicados a la “oralidad”. En una de las paredes veo, por ejemplo, carteles de una expedición que “los cuenteros de Zacapa” hicieron a los Estados Unidos, donde actuaron en Chicago y en Miami. Hay voluntarios que asean el local, preparan las funciones y las promocionan”.
“Zacapa ya es conocida en el mundo por el ron que produce, una de esas bebidas ardientes de las que no me atrevería a hablar porque nunca las he probado. Pero debería serlo también por sus cuenteros y por mantener viva aquella herencia que llega hasta nosotros desde las remotísimas épocas prehistóricas, y gracias a la cual la vida ha sido menos incomprensible, dura y rutinaria, tanto que nos vimos obligados para no extinguirnos de tristeza, a inventarnos esa magia, inventar y contar, a fin de hacer la vida más digna y llevadera. Sin ella nunca hubieran nacido los libros de Cervantes ni los dramas de Shakespeare, y acaso jamás habríamos renunciado al garrote, ni a beber la sangre de los enemigos”.
Fotografía principal: diario El País, de España
- Lea acá la columna completa:
https://elpais.com/elpais/2018/06/01/opinion/1527876940_909771.amp.html?__twitter_impression=true
Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, habla de su reciente visita a Guatemala en su columna semanal publicada en el diario El País de España y difundida en diferentes países del mundo.
El escritor peruano, también ganador del Premio Miguel de Cervantes en 1994 y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1986, dedica su extensa columna para contar acerca de su llegada a Zacapa, para visitar a la “Asociación Zacapaneca de Contadores de Cuentos y Anécdotas”.
El laureado escritor estuvo en el oriente del país en mayo y su visita apenas fue conocida porque no se hizo mayores anuncios de su llegada a Guatemala, hasta que trascendió por medio de redes sociales.
A continuación parte de la columna de Vargas Llosa:
“La Asociación de Zacapa tiene 28 miembros cotizantes, porque a ella la mantienen sus socios, no el Estado ni el Gobierno, que jamás han puesto dinero en esta institución ni ella se lo ha pedido: es la sociedad civil la que la creó y la mantiene. Ocupa una amplia y hermosa casa de techo de tejas y un pequeño jardín donde crece un mango altísimo. A su sombra se celebran recitales y sesiones donde los cuenteros profesionales o espontáneos hacen las delicias de un público en el que se mezclan niños y viejos y todas las clases sociales. La asociación dispone de una biblioteca y una sala de lectura, graba las improvisaciones, publica antologías, y cada cierto tiempo dedica una función exclusivamente a los niños, para aficionarlos y despertar entre ellos vocaciones de cuentacuentos. Asimismo, lleva narradores orales a los colegios, a los sindicatos, a las cárceles”.
“También mantiene vínculos con otras organizaciones de la misma índole, en Guatemala y en el extranjero, y a veces recibe contadores de otras lenguas y geografías. Y también envía a sus mejores cuentistas a otros países a participar en ferias y espectáculos dedicados a la “oralidad”. En una de las paredes veo, por ejemplo, carteles de una expedición que “los cuenteros de Zacapa” hicieron a los Estados Unidos, donde actuaron en Chicago y en Miami. Hay voluntarios que asean el local, preparan las funciones y las promocionan”.
“Zacapa ya es conocida en el mundo por el ron que produce, una de esas bebidas ardientes de las que no me atrevería a hablar porque nunca las he probado. Pero debería serlo también por sus cuenteros y por mantener viva aquella herencia que llega hasta nosotros desde las remotísimas épocas prehistóricas, y gracias a la cual la vida ha sido menos incomprensible, dura y rutinaria, tanto que nos vimos obligados para no extinguirnos de tristeza, a inventarnos esa magia, inventar y contar, a fin de hacer la vida más digna y llevadera. Sin ella nunca hubieran nacido los libros de Cervantes ni los dramas de Shakespeare, y acaso jamás habríamos renunciado al garrote, ni a beber la sangre de los enemigos”.
Fotografía principal: diario El País, de España
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