En la aldea El Rodeo de Escuintla era un domingo más. Es fin de semana y las actividades normales se realizan con menor prisa. Los niños y jóvenes aprovechan el día para jugar futbol y correr por las calles, custodiados por el Volcán de Fuego que retumba de vez en cuando, pero que poco llama la atención de los habitantes, acostumbrados a sus erupciones.
Pero este 3 de junio pasó lo inesperado. Durante las primeras horas del día hubo una erupción y pronto se hizo presente la lluvia de ceniza. Las autoridades de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), siempre pendientes de esta y otras aldeas, pronto acudieron al lugar para verificar qué pasaba.
Notaron que había que evacuar a la comunidad porque los retumbos y la erupción presagiaban algo peor. Era mediodía y el delegado de la Conred iba de casa en casa pidiendo que salieran de la comunidad, pero ya no hubo tiempo.
Una fuerte explosión fue seguida de un río de lava que usó las calles como su cauce y se llevó lo que encontró a su paso. Algunas personas todavía vieron la explosión y no lo pensaron dos veces, corrieron y salvaron su vida. Otros no pudieron.
Cada persona luchó como pudo y la angustia se apoderó de sus corazones. Algunos escaparon y pronto vieron que su familia no estaba con ellos. Una señora, de nombre Consuelo Hernández, fue entrevistada cuando apenas escapaba y dio detalles de cómo salvó su vida.
“Toda la gente no pudo salir, yo digo que se quedaron enterrados”, fueron sus primeras palabras, mientras caminaba y dejaba a la vista la imagen que a muchos hizo recordar a los sobrevivientes de los ataques terroristas de las Torres Gemelas, de Nueva York.
Volvieron con esperanza
Quienes escaparon a tiempo, volvieron a la aldea cuando pasó la emergencia. Sus pertenencias los obligaron a regresar y entonces comprendieron la magnitud de la tragedia. Sus casas quedaron sin techo y en la calle había carros confundidos con árboles arrancados desde la raíz.
Escenas solo vistas antes en las películas de Hollywood que anuncian el fin del mundo.
Hallan vida en medio de los escombros
El Ejército, la Policía, la Conred y otras entidades de socorro acudieron de inmediato a la aldea El Rodeo en busca de sobrevivientes. Niños en su mayoría fueron rescatados por los hombres y mujeres que arriesgaron su vida con la esperanza de encontrar a los afectados.
Al final de la jornada que debió suspenderse por lo peligroso del área, iban 36 rescates de personas vivas y la localización de tres fallecidos.
Un empleado de Conred entre las víctimas
El primer dato de fallecidos lo dio la Conred a las seis de la tarde del domingo. Eran siete las víctimas, entre las cuales figuraba un delegado de la institución, pero se advirtió que la cifra podría aumentar conforme avanzara la búsqueda de sobrevivientes. Una hora más tarde el número se elevó a 25 y el temor es que este lunes suba la cantidad de fallecidos.
Fotografías: Julio Arriola
En la aldea El Rodeo de Escuintla era un domingo más. Es fin de semana y las actividades normales se realizan con menor prisa. Los niños y jóvenes aprovechan el día para jugar futbol y correr por las calles, custodiados por el Volcán de Fuego que retumba de vez en cuando, pero que poco llama la atención de los habitantes, acostumbrados a sus erupciones.
Pero este 3 de junio pasó lo inesperado. Durante las primeras horas del día hubo una erupción y pronto se hizo presente la lluvia de ceniza. Las autoridades de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), siempre pendientes de esta y otras aldeas, pronto acudieron al lugar para verificar qué pasaba.
Notaron que había que evacuar a la comunidad porque los retumbos y la erupción presagiaban algo peor. Era mediodía y el delegado de la Conred iba de casa en casa pidiendo que salieran de la comunidad, pero ya no hubo tiempo.
Una fuerte explosión fue seguida de un río de lava que usó las calles como su cauce y se llevó lo que encontró a su paso. Algunas personas todavía vieron la explosión y no lo pensaron dos veces, corrieron y salvaron su vida. Otros no pudieron.
Cada persona luchó como pudo y la angustia se apoderó de sus corazones. Algunos escaparon y pronto vieron que su familia no estaba con ellos. Una señora, de nombre Consuelo Hernández, fue entrevistada cuando apenas escapaba y dio detalles de cómo salvó su vida.
“Toda la gente no pudo salir, yo digo que se quedaron enterrados”, fueron sus primeras palabras, mientras caminaba y dejaba a la vista la imagen que a muchos hizo recordar a los sobrevivientes de los ataques terroristas de las Torres Gemelas, de Nueva York.
Volvieron con esperanza
Quienes escaparon a tiempo, volvieron a la aldea cuando pasó la emergencia. Sus pertenencias los obligaron a regresar y entonces comprendieron la magnitud de la tragedia. Sus casas quedaron sin techo y en la calle había carros confundidos con árboles arrancados desde la raíz.
Escenas solo vistas antes en las películas de Hollywood que anuncian el fin del mundo.
Hallan vida en medio de los escombros
El Ejército, la Policía, la Conred y otras entidades de socorro acudieron de inmediato a la aldea El Rodeo en busca de sobrevivientes. Niños en su mayoría fueron rescatados por los hombres y mujeres que arriesgaron su vida con la esperanza de encontrar a los afectados.
Al final de la jornada que debió suspenderse por lo peligroso del área, iban 36 rescates de personas vivas y la localización de tres fallecidos.
Un empleado de Conred entre las víctimas
El primer dato de fallecidos lo dio la Conred a las seis de la tarde del domingo. Eran siete las víctimas, entre las cuales figuraba un delegado de la institución, pero se advirtió que la cifra podría aumentar conforme avanzara la búsqueda de sobrevivientes. Una hora más tarde el número se elevó a 25 y el temor es que este lunes suba la cantidad de fallecidos.
Fotografías: Julio Arriola