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Guate solidaria

María Renée Estrada
05 de junio, 2018

Los guatemaltecos jamás dejarán de sorprenderme. No ha habido situación crítica del país en la cual la ciudadanía no haya sacado la casta por responder de manera inmediata ante la tragedia ajena (que pareciera, afortunadamente, se toma como propia). La solidaridad es un término que proviene del latín solidare que significa consolidar. Es el carácter de lo que está relacionado de tal modo o manera que lo que sucede a uno de ellos repercute sobre el otro o sobre los otros. La solidaridad permite la cohesión interna de un grupo, implica la estabilidad de la organización social. Es la adhesión circunstancial a la causa de otros. Gracias al cielo es un valor que los guatemaltecos llevamos en nuestro ADN, ya que es un sentimiento que nos permite mantenernos unidos en todo momento, sobre todo cuando se vivencian experiencias difíciles.

El pasado 17 de noviembre de 2015 se publicó una noticia que nos colocaba como el país más solidario de América Latina. La fundación Charities Aid Foundation (CAF), que promueve la donación y la filantropía en todo el mundo, es quien elabora anualmente el índice “World Giving Index”, una lista de los países más solidarios. Los tres factores principales que tienen en cuenta son: la cantidad de personas que donan dinero -sin importar la cantidad-, el tiempo que dedican como voluntarios, y el tiempo que dedican ayudando a un desconocido. En América Latina, Guatemala, un país con 16 millones de habitantes y un ingreso promedio de US$288, se sitúa en primer lugar en la región. En la clasificación general ocupa el puesto 16 pero es el único país de América Latina entre los 20 primeros más solidarios. ¡Las recientes catástrofes de El Cambray y el Volcán de Fuego confirman que esta mención es completamente acertada! En un país como el nuestro, con tantas carencias económicas, si algo no nos hace falta es la solidaridad y el apoyo entre los connacionales.

La solidaridad, el valor humano por excelencia, nos permite reconocer al otro y su dignidad inherente como personas. Nos permite salir de nuestra zona de confort y tender una mano a quien más lo necesita. También es una excelente manera de humanizarnos más respecto al dolor ajeno, la tristeza y la pérdida. Nos da la oportunidad de tender lazos que en muchos casos están debilitados por tensiones sociales, económicas, políticas, etc.

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Como todo valor, es importante inculcar la solidaridad a temprana edad. ¿Cómo podemos enseñar este valor a los niños? Primero que todo educando con el ejemplo. Los seres humanos estamos diseñados de tal forma en que aprendemos muchas cosas por imitación. “La ejemplaridad de las acciones tiene gran impacto en el niño, especialmente en la forma de organizar la realidad y en el acercamiento a los otros y a cuanto lo rodea. La seguridad o temor, el optimismo o pesimismo, las actitudes y valores, el modo de relacionarse, el tono vital, etc., dependen en buena parte de lo que durante la infancia se haya observado e imitado. El aprendizaje por vía del ejemplo es sustancialmente distinto a la enseñanza escolar, muy dependiente de la programación.” (Cita tomada de: https://www.conmishijos.com/educacion/valores/educar-a-los-ninos-con-el-ejemplo-educar-en-valores/).

Que este tipo de situaciones catastróficas nos permiten reflexionar sobre cómo damos por sentado todo lo que tenemos y todo lo que podríamos dar de manera desinteresada, fortaleciendo así nuestras acciones solidarias incluso cuando no estamos en medio de una catástrofe. Que nos ayude a reconocer que no somos dueños de nada y que no tenemos el control de muchas cosas. Que la solidaridad, compasión, acompañamiento, oración y agradecimiento prevalezcan en nuestros corazones y en nuestras acciones.  “Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga” Homero

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Guate solidaria

María Renée Estrada
05 de junio, 2018

Los guatemaltecos jamás dejarán de sorprenderme. No ha habido situación crítica del país en la cual la ciudadanía no haya sacado la casta por responder de manera inmediata ante la tragedia ajena (que pareciera, afortunadamente, se toma como propia). La solidaridad es un término que proviene del latín solidare que significa consolidar. Es el carácter de lo que está relacionado de tal modo o manera que lo que sucede a uno de ellos repercute sobre el otro o sobre los otros. La solidaridad permite la cohesión interna de un grupo, implica la estabilidad de la organización social. Es la adhesión circunstancial a la causa de otros. Gracias al cielo es un valor que los guatemaltecos llevamos en nuestro ADN, ya que es un sentimiento que nos permite mantenernos unidos en todo momento, sobre todo cuando se vivencian experiencias difíciles.

El pasado 17 de noviembre de 2015 se publicó una noticia que nos colocaba como el país más solidario de América Latina. La fundación Charities Aid Foundation (CAF), que promueve la donación y la filantropía en todo el mundo, es quien elabora anualmente el índice “World Giving Index”, una lista de los países más solidarios. Los tres factores principales que tienen en cuenta son: la cantidad de personas que donan dinero -sin importar la cantidad-, el tiempo que dedican como voluntarios, y el tiempo que dedican ayudando a un desconocido. En América Latina, Guatemala, un país con 16 millones de habitantes y un ingreso promedio de US$288, se sitúa en primer lugar en la región. En la clasificación general ocupa el puesto 16 pero es el único país de América Latina entre los 20 primeros más solidarios. ¡Las recientes catástrofes de El Cambray y el Volcán de Fuego confirman que esta mención es completamente acertada! En un país como el nuestro, con tantas carencias económicas, si algo no nos hace falta es la solidaridad y el apoyo entre los connacionales.

La solidaridad, el valor humano por excelencia, nos permite reconocer al otro y su dignidad inherente como personas. Nos permite salir de nuestra zona de confort y tender una mano a quien más lo necesita. También es una excelente manera de humanizarnos más respecto al dolor ajeno, la tristeza y la pérdida. Nos da la oportunidad de tender lazos que en muchos casos están debilitados por tensiones sociales, económicas, políticas, etc.

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Como todo valor, es importante inculcar la solidaridad a temprana edad. ¿Cómo podemos enseñar este valor a los niños? Primero que todo educando con el ejemplo. Los seres humanos estamos diseñados de tal forma en que aprendemos muchas cosas por imitación. “La ejemplaridad de las acciones tiene gran impacto en el niño, especialmente en la forma de organizar la realidad y en el acercamiento a los otros y a cuanto lo rodea. La seguridad o temor, el optimismo o pesimismo, las actitudes y valores, el modo de relacionarse, el tono vital, etc., dependen en buena parte de lo que durante la infancia se haya observado e imitado. El aprendizaje por vía del ejemplo es sustancialmente distinto a la enseñanza escolar, muy dependiente de la programación.” (Cita tomada de: https://www.conmishijos.com/educacion/valores/educar-a-los-ninos-con-el-ejemplo-educar-en-valores/).

Que este tipo de situaciones catastróficas nos permiten reflexionar sobre cómo damos por sentado todo lo que tenemos y todo lo que podríamos dar de manera desinteresada, fortaleciendo así nuestras acciones solidarias incluso cuando no estamos en medio de una catástrofe. Que nos ayude a reconocer que no somos dueños de nada y que no tenemos el control de muchas cosas. Que la solidaridad, compasión, acompañamiento, oración y agradecimiento prevalezcan en nuestros corazones y en nuestras acciones.  “Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga” Homero

República es ajena a la opinión expresada en este artículo