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Escucha activa y la comunicación asertiva

Jorge Alvarado
20 de junio, 2018

Uno de los mayores problemas en la comunicación es que muchas veces escuchamos para responder y no para comprender. La escucha activa tiene que ver con la atención que prestamos a un interlocutor o emisor de mensajes. Para que esto suceda necesitamos hacer dos cosas, primero prestar atención a quien nos habla, segundo analizar toda la comunicación no verbal que está transmitiendo de forma continua. Ahora bien, es importante enviar señales de “escucha activa” como asentir con la cabeza de forma positiva cuando el emisor habla, pero también es muy importante no interrumpir o cortar la narrativa que se está produciendo, además debemos ver a los ojos directamente a la persona que nos esta hablando para mostrarle interés, pero sobre todo nuestra actitud hacia la otra persona es determinante para demostrar que nos importa el relato que nos está haciendo.

La escucha activa no se refiere a estar de acuerdo con lo que alguien nos dice sino a prestar atención a lo que nos dice. Cuando atendemos la comunicación, información y los argumentos de las otras personas estamos entregando el tiempo, algo muy importante, y estamos generando un clima de confianza y reciprocidad. Sin embargo, no todas las personas merecen nuestra confianza, por ello se considera un regalo sagrado valorar el tiempo y la confianza.

Existe un proverbio árabe que dice “quien no comprende una mirada, tampoco comprende una larga explicación”. La comunicación no es conveniente, es imprescindible, pues no entender esto sería un grave error. Además, por fácil que parezca, la comunicación es tan importante para todos los ámbitos de la vida, que por eso existe el arte de comunicar bien.

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La empatía tiene que ver con la comprensión y el respeto, pues parte de ponernos en el lugar de la otra persona, así como de establecer conexiones que van más allá de las palabras. La escucha activa y la comunicación asertiva siempre hablaran sobre la personalidad de quien las pone en practica.

La comunicación asertiva se trata específicamente de decir lo que deseo de forma precisa y contundente, las características de una persona asertiva son que su personalidad es muy equilibrada. Los podemos reconocer porque no tendrá ningún empacho en expresar sus sentimiento, ideas, deseos y emociones o diferir de las opiniones de otros. La diferencia con otras personas es que establece el marco del respeto para contrastar, debatir o argumentar sus opiniones, pero nunca amenazando a los demás.

La comunicación asertiva se apoya en dos principios que son: La Seguridad y la Sensibilidad. Por una parte, la seguridad nos da propiedad cuando hablamos, esto es muy importante porque es lo que otros percibirán de nosotros cuando nos comunicamos. Esa seguridad que los otros ven en nosotros les ayuda a respetar nuestras ideas aunque tampoco estén de acuerdo. Además, envía el mensaje que no somos personas fáciles de manipular. Con respecto a la sensibilidad tiene que ver con el tacto que tenemos para escuchar como para expresarnos, pues interpretamos que cuando hacemos una crítica la mayoría de las personas no están preparadas para recibirla. Es por ello, que para evitar el choque tendremos que ser muy cuidadosos con lo que decimos y como lo decimos. Esto tiene que ver con el tono, entonación, la velocidad y el volumen de la voz, además de los gestos y expresiones faciales que emitimos.

Nunca debemos perder de vista que la comunicación es un proceso de interacción en el que se produce un intercambio de sentimientos, información, ideas, emociones, conocimiento y todo lo que conlleva la trasmisión de un mensaje que necesita ser retroalimentado.

La mayor dificultad de la comunicación es pensar que es fácil. Comprender los procesos de comunicación implica ser mucho más minucioso y elaborado que solo articular los mensajes. Sin duda alguna, la comunicación eficaz es aquella que antepone el control emocional con el único objetivo de comunicar bien, además de establecer una conexión de doble vía, la cual siempre tendrá una conducta de reciprocidad y respeto para con los demás.

En suma, tanto la escucha activa y la comunicación asertiva requieren de actitud, tolerancia y comprensión. No se trata solamente de hablar sino incluso de sacrificar las palabras para comprender el ímpetu emocional de otras personas e interpretar el mejor momento para expresarnos. Necesitamos leer a los demás para saber cómo podemos sumar en vez de restar.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Escucha activa y la comunicación asertiva

Jorge Alvarado
20 de junio, 2018

Uno de los mayores problemas en la comunicación es que muchas veces escuchamos para responder y no para comprender. La escucha activa tiene que ver con la atención que prestamos a un interlocutor o emisor de mensajes. Para que esto suceda necesitamos hacer dos cosas, primero prestar atención a quien nos habla, segundo analizar toda la comunicación no verbal que está transmitiendo de forma continua. Ahora bien, es importante enviar señales de “escucha activa” como asentir con la cabeza de forma positiva cuando el emisor habla, pero también es muy importante no interrumpir o cortar la narrativa que se está produciendo, además debemos ver a los ojos directamente a la persona que nos esta hablando para mostrarle interés, pero sobre todo nuestra actitud hacia la otra persona es determinante para demostrar que nos importa el relato que nos está haciendo.

La escucha activa no se refiere a estar de acuerdo con lo que alguien nos dice sino a prestar atención a lo que nos dice. Cuando atendemos la comunicación, información y los argumentos de las otras personas estamos entregando el tiempo, algo muy importante, y estamos generando un clima de confianza y reciprocidad. Sin embargo, no todas las personas merecen nuestra confianza, por ello se considera un regalo sagrado valorar el tiempo y la confianza.

Existe un proverbio árabe que dice “quien no comprende una mirada, tampoco comprende una larga explicación”. La comunicación no es conveniente, es imprescindible, pues no entender esto sería un grave error. Además, por fácil que parezca, la comunicación es tan importante para todos los ámbitos de la vida, que por eso existe el arte de comunicar bien.

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La empatía tiene que ver con la comprensión y el respeto, pues parte de ponernos en el lugar de la otra persona, así como de establecer conexiones que van más allá de las palabras. La escucha activa y la comunicación asertiva siempre hablaran sobre la personalidad de quien las pone en practica.

La comunicación asertiva se trata específicamente de decir lo que deseo de forma precisa y contundente, las características de una persona asertiva son que su personalidad es muy equilibrada. Los podemos reconocer porque no tendrá ningún empacho en expresar sus sentimiento, ideas, deseos y emociones o diferir de las opiniones de otros. La diferencia con otras personas es que establece el marco del respeto para contrastar, debatir o argumentar sus opiniones, pero nunca amenazando a los demás.

La comunicación asertiva se apoya en dos principios que son: La Seguridad y la Sensibilidad. Por una parte, la seguridad nos da propiedad cuando hablamos, esto es muy importante porque es lo que otros percibirán de nosotros cuando nos comunicamos. Esa seguridad que los otros ven en nosotros les ayuda a respetar nuestras ideas aunque tampoco estén de acuerdo. Además, envía el mensaje que no somos personas fáciles de manipular. Con respecto a la sensibilidad tiene que ver con el tacto que tenemos para escuchar como para expresarnos, pues interpretamos que cuando hacemos una crítica la mayoría de las personas no están preparadas para recibirla. Es por ello, que para evitar el choque tendremos que ser muy cuidadosos con lo que decimos y como lo decimos. Esto tiene que ver con el tono, entonación, la velocidad y el volumen de la voz, además de los gestos y expresiones faciales que emitimos.

Nunca debemos perder de vista que la comunicación es un proceso de interacción en el que se produce un intercambio de sentimientos, información, ideas, emociones, conocimiento y todo lo que conlleva la trasmisión de un mensaje que necesita ser retroalimentado.

La mayor dificultad de la comunicación es pensar que es fácil. Comprender los procesos de comunicación implica ser mucho más minucioso y elaborado que solo articular los mensajes. Sin duda alguna, la comunicación eficaz es aquella que antepone el control emocional con el único objetivo de comunicar bien, además de establecer una conexión de doble vía, la cual siempre tendrá una conducta de reciprocidad y respeto para con los demás.

En suma, tanto la escucha activa y la comunicación asertiva requieren de actitud, tolerancia y comprensión. No se trata solamente de hablar sino incluso de sacrificar las palabras para comprender el ímpetu emocional de otras personas e interpretar el mejor momento para expresarnos. Necesitamos leer a los demás para saber cómo podemos sumar en vez de restar.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo