Los guatemaltecos podemos unirnos cuando hay una causa común.  Lo hemos visto en varias ocasiones.  La más reciente ocurrió con la tragedia del volcán de Fuego donde la solaridad se hizo común entre todos o al menos la gran mayoría de nosotros y la ayuda no se hizo esperar.

Pero también hemos visto que somos capaces de unirnos en otros temas.  Ocurrió justo cuando todos o la gran mayoría, independientemente de su ideología, se unión indignadamente para protestar contra la corrupción campeante en el gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti. 

Y recuerdo también en otras ocasiones en que la unión tambaleó al gobierno de Álvaro Colom y fue en el caso del fallecimiento y posterior video de Rodrigo Rosenberg.

Nos vamos más atrás y me viene a la memoria otras tragedias por desastres naturales donde los guatemaltecos nos unimos ayudando al afectado por la tormenta tropical Agatha en 2010, o Stan en 2005, y más atrás por el Huracán Mitch en 1998, y hace mucho más tiempo, en el 1976, por el terremoto que afectó nuestro país y cobró casi 23,000 vidas.

Cuando hay una causa común, el guatemalteco se une y trabaja hombro con hombro con el mismo objetivo.   Esto es un motivo de esperanza que nos debe servir para recordar que podemos unirnos para reformar nuestro Estado.  No podemos seguir con un Estado disfuncional como el que tenemos.  De nada sirve meter a buenas personas a trabajar en un sistema que no funciona.  Estas buenas personas serán disfuncionales y sólo seguirán agrandando el problema.

Pienso que es momento oportuno para que los guatemaltecos nos unamos, independientemente de la ideología, para reformar nuestro sistema.  Y no es muy difícil ya que no se necesita hacer demasiado.  Sé que en su momento muchas personas pensamos que con cambiar parcialmente la constitución lograríamos unas reformas importantes y que son fundamentales para hacer los ajustes necesarios que permitan que en nuestro país funcione un verdadero sistema de justicia que o sea politizado y no esté al servicio de unos en detrimento de otros.  Ese proyecto que se llama ProReforma tuvo algunos detractores, pero recuerdo que platicando con uno de los que más lo atacó me dijo que en la parte de la reforma del sistema de justicia estaba de acuerdo y que le parecía una buena propuesta.  Pues bien, creo que ahí podemos hacer mucho ya que es una reforma que nos servirá a todos los guatemaltecos por igual, se despolitizará el sistema de justicia y recobraremos un sistema que nos garantizará que el imperio de la ley se construya para todos los ciudadanos de Guatemala.

Hay que dejar a un lado ciertos aspectos ideológicos y concentrarse en lo fundamental de la Justicia.  La Reforma a nuestro sistema de justicia fracasó precisamente porque se le quiso meter demasiadas cosas por parte de los diferentes grupos políticos que hoy están en el Congreso de la República.  Pienso que se puede retomar el tema.  Esto es más importante que mil leyes que puedan estarse cocinando en beneficio de un diputado o un grupo de ellos.  

Lo que tenemos hoy es un sistema que ha corrompido la justicia.  Al escoger a los jueces y magistrados de la forma en que se hace politizamos el sistema en favor de unos.  Tampoco tenemos un sistema que remunere adecuadamente a estos jueces y magistrados y les garantice una vida tranquila en el largo plazo a modo que puedan dedicarse a trabajar en lo suyo sin verse tentados a cada momento a recibir sobornos.  Y no tenemos suficientes jueces y magistrados para poder atender todas las necesidades de justicia de la población en forma pronta y eficaz. 

Creo que podemos unirnos en conseguir esta Reforma y otras importantes y urgentes para el país, sin necesidad de complicarnos demasiado la vida.  El camino es fácil, es una reforma parcial a la constitución.   ¿Podremos unirnos para comenzar a arreglar nuestro futuro y no depender de otros países o instituciones que nos vengan temporalmente a arreglar la plana?  Yo pienso que si.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo