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Los derechos humanos y el fin de la economía del país

Carolina Castellanos
29 de junio, 2018

Es inaudito lo que ha estado sucediendo en los últimos dos días.  Cientos de camiones con carga lista para exportarla a México, varados en una carretera en Coatepeque.  Después de dos días, ninguna autoridad había procedido para restablecer los derechos de locomoción, comercialización, transporte, vida, salud, seguridad y, simplemente, libertad de todos los demás guatemaltecos.  Al final de la tarde de ayer, el Ministerio de Gobernación envió elementos de la PNC  al km 216, entrada a Guayacán en Coatepeque.  La nota en twitter decía textualmente: “…en coordinación con autoridades de la PDH para poder actuar bajo los protocolos de los derechos humanos”.  ¡¿Qué tal?!

El problema se suscitó porque Energuate cortó el servicio de energía eléctrica porque no le pagan.  Si usted va a una tienda, agarra un artículo y se sale sin pagarlo, el propietario de dicho establecimiento lo va a perseguir, a acusar con la policía y de todo (siempre que usted no haya llegado armado). Estos “comunitarios”, promovidos por CODECA, quien “hurta fluidos eléctricos” bloquearon el paso para que les den energía nuevamente, pero no están dispuestos a pagar por ella.  Prefieren pagarle a CODECA una mínima cantidad, que a quien ha invertido millones de dólares en infraestructura para transportar la energía y llevarla a cada casa.

Esta empresa ha tenido que recurrir a estas acciones en más de una ocasión.  De hecho, en muchas, pues no ha habido autoridad de gobierno alguna que tenga el valor de meter presos a estos nefastos dirigentes de CODECA, a pesar que uno de sus abogados confesó en televisión abierta que ellos no roban energía sino que hurtan fluidos eléctricos.

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La evidencia es abrumadora.  Las acciones ilegales de CODECA abundan: bloqueos constantes (como el de ahora), manifestaciones que violan los derechos fundamentales del resto de la población guatemalteca, robo de energía y quién sabe qué más.  En el Ministerio Público hay cerca de 2,000 denuncias en contra de CODECA y son muy pocas las que han sido procesadas.

El procurador de los derechos humanos (en minúsculas, pues ni el título se merece), no intervino mayor cosa (o sea, no interpuso amparo).  El Ministerio de Gobernación se vio obligado a coordinar con esa inútil institución simplemente para que los policías no sean procesados penalmente por cumplir con su deber: forzar a los manifestantes a quitarse del camino.  Esto ya lo hemos visto antes.

¿Y los derechos humanos de todos los demás? Ah, perdón, me olvidaba que los únicos humanos que tienen derechos son los manifestantes.  Los demás no somos humanos o, si lo somos, no tenemos derechos como tales.  Trabajamos, cumplimos con la ley, pagamos impuestos, respetamos a las autoridades, generamos empleos, etc. Pero no somos “dignamente humanos” como aquellos que hacen todo lo contrario, al extremo de violar todas las libertades que la misma Constitución no da como ciudadanos guatemaltecos.

Luego se preguntan muchos por qué no consiguen empleo, o por qué no logran llegar a su meta de ventas, o por qué no llegan comensales al comedor, restaurante o puesto de ventas de comida.  Surgen teorías de por qué está estancada la economía, no salen negocios y, si salen, son pequeños y temporales. ¿Dudan todavía de por qué muchos migran hacia el norte? ¿Y el costo de vida? Todo esto genera tanta pérdida y tanto gasto, que el  precio de los productos se podría incrementar eventualmente.  Entonces, seguirá creciendo el contrabando, dañando a los que hacen negocios lícitamente, pagando salarios dignos, impuestos, etc.

El único negocio que florece es el de la defensa de derechos humanos.  ¿O cree usted que todo esto es gratis? ¿Cree que todas estas personas están bloqueando “de gratis”? ¿Para qué cree que CODECA usa el dinero producto del “hurto de fluidos” y de la cooperación internacional que aún reciben?  Se calcula que CODECA genera más de Q300 millones al año en este “su negocio”. Esta cifra puede ser rebatida, ajustada o lo que quiera, pero es un montón de dinero que sirve para pagar bloqueadores, para comprar voluntades y para que los dirigentes vivan como reyes.  El nombre del juego es dinero, siempre.

Bueno, ¿y quién le repondrá todo el producto perdido a los empresarios que tenían la intención de exportarlo a México? ¿Los compradores aún van a recibir el producto? Probablemente, pero ya con pérdida pues la venta que no se hizo hoy, ya no se hace.  ¿Y los transportistas que han tenido varado sus camiones por dos días? ¿Cuánto han dejado de generar por no poder utilizar su transporte en otros envíos? ¿Y los pilotos que ganan por viaje, llevarán sustento a sus familias? Sumemos los impuestos dejados de pagar y muchas otras cosas que podrían llegar hasta despido de personal por no poder sostener el negocio.

Así que los flamantes defensores de sus derechos humanos (no los suyos ni los míos), nos están llevando al fin de laeconomía del país. ¿Hasta cuándo lo vamos a permitir?

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Los derechos humanos y el fin de la economía del país

Carolina Castellanos
29 de junio, 2018

Es inaudito lo que ha estado sucediendo en los últimos dos días.  Cientos de camiones con carga lista para exportarla a México, varados en una carretera en Coatepeque.  Después de dos días, ninguna autoridad había procedido para restablecer los derechos de locomoción, comercialización, transporte, vida, salud, seguridad y, simplemente, libertad de todos los demás guatemaltecos.  Al final de la tarde de ayer, el Ministerio de Gobernación envió elementos de la PNC  al km 216, entrada a Guayacán en Coatepeque.  La nota en twitter decía textualmente: “…en coordinación con autoridades de la PDH para poder actuar bajo los protocolos de los derechos humanos”.  ¡¿Qué tal?!

El problema se suscitó porque Energuate cortó el servicio de energía eléctrica porque no le pagan.  Si usted va a una tienda, agarra un artículo y se sale sin pagarlo, el propietario de dicho establecimiento lo va a perseguir, a acusar con la policía y de todo (siempre que usted no haya llegado armado). Estos “comunitarios”, promovidos por CODECA, quien “hurta fluidos eléctricos” bloquearon el paso para que les den energía nuevamente, pero no están dispuestos a pagar por ella.  Prefieren pagarle a CODECA una mínima cantidad, que a quien ha invertido millones de dólares en infraestructura para transportar la energía y llevarla a cada casa.

Esta empresa ha tenido que recurrir a estas acciones en más de una ocasión.  De hecho, en muchas, pues no ha habido autoridad de gobierno alguna que tenga el valor de meter presos a estos nefastos dirigentes de CODECA, a pesar que uno de sus abogados confesó en televisión abierta que ellos no roban energía sino que hurtan fluidos eléctricos.

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La evidencia es abrumadora.  Las acciones ilegales de CODECA abundan: bloqueos constantes (como el de ahora), manifestaciones que violan los derechos fundamentales del resto de la población guatemalteca, robo de energía y quién sabe qué más.  En el Ministerio Público hay cerca de 2,000 denuncias en contra de CODECA y son muy pocas las que han sido procesadas.

El procurador de los derechos humanos (en minúsculas, pues ni el título se merece), no intervino mayor cosa (o sea, no interpuso amparo).  El Ministerio de Gobernación se vio obligado a coordinar con esa inútil institución simplemente para que los policías no sean procesados penalmente por cumplir con su deber: forzar a los manifestantes a quitarse del camino.  Esto ya lo hemos visto antes.

¿Y los derechos humanos de todos los demás? Ah, perdón, me olvidaba que los únicos humanos que tienen derechos son los manifestantes.  Los demás no somos humanos o, si lo somos, no tenemos derechos como tales.  Trabajamos, cumplimos con la ley, pagamos impuestos, respetamos a las autoridades, generamos empleos, etc. Pero no somos “dignamente humanos” como aquellos que hacen todo lo contrario, al extremo de violar todas las libertades que la misma Constitución no da como ciudadanos guatemaltecos.

Luego se preguntan muchos por qué no consiguen empleo, o por qué no logran llegar a su meta de ventas, o por qué no llegan comensales al comedor, restaurante o puesto de ventas de comida.  Surgen teorías de por qué está estancada la economía, no salen negocios y, si salen, son pequeños y temporales. ¿Dudan todavía de por qué muchos migran hacia el norte? ¿Y el costo de vida? Todo esto genera tanta pérdida y tanto gasto, que el  precio de los productos se podría incrementar eventualmente.  Entonces, seguirá creciendo el contrabando, dañando a los que hacen negocios lícitamente, pagando salarios dignos, impuestos, etc.

El único negocio que florece es el de la defensa de derechos humanos.  ¿O cree usted que todo esto es gratis? ¿Cree que todas estas personas están bloqueando “de gratis”? ¿Para qué cree que CODECA usa el dinero producto del “hurto de fluidos” y de la cooperación internacional que aún reciben?  Se calcula que CODECA genera más de Q300 millones al año en este “su negocio”. Esta cifra puede ser rebatida, ajustada o lo que quiera, pero es un montón de dinero que sirve para pagar bloqueadores, para comprar voluntades y para que los dirigentes vivan como reyes.  El nombre del juego es dinero, siempre.

Bueno, ¿y quién le repondrá todo el producto perdido a los empresarios que tenían la intención de exportarlo a México? ¿Los compradores aún van a recibir el producto? Probablemente, pero ya con pérdida pues la venta que no se hizo hoy, ya no se hace.  ¿Y los transportistas que han tenido varado sus camiones por dos días? ¿Cuánto han dejado de generar por no poder utilizar su transporte en otros envíos? ¿Y los pilotos que ganan por viaje, llevarán sustento a sus familias? Sumemos los impuestos dejados de pagar y muchas otras cosas que podrían llegar hasta despido de personal por no poder sostener el negocio.

Así que los flamantes defensores de sus derechos humanos (no los suyos ni los míos), nos están llevando al fin de laeconomía del país. ¿Hasta cuándo lo vamos a permitir?

República es ajena a la opinión expresada en este artículo