Niños que tuvieron que abandonar los estudios porque sus padres no podían seguir con el pago de las colegiaturas o el transporte. Son parte de las historias detrás de los despidos masivos en la minera San Rafael, que cumplió 400 días sin operar.
A las anécdotas, se suma la de extrabajadores de la mina que vieron por concluido su contrato este año, y ante la casi inexistente posibilidad de conseguir un trabajo en el municipio de San Rafael Las Flores, Santa Rosa, decidieron migrar a EE. UU.
Andrés Dávila, gerente de comunicación de Minera San Rafael, contó que conocen el caso de excolaboradores que se apuntaron en una “lista”, y dijeron: “Nos vamos a Estados Unidos (a buscar trabajo)”.
“Sabemos que hay 57 que ya están en tierras americanas; dos de ellos sí fueron capturados (por la patrulla fronteriza). Pero uno, lamentablemente, iba con su hijo de 10 años y fueron separados. Todavía siguen separados“, narró Dávila.
Las historias se conocieron este jueves durante una conferencia que hizo la subsidiaria de Tahoe Resources Inc. al cumplirse más de 399 días sin operar y 289 sin que la Corte de Constitucionalidad (CC) emita una resolución final respecto al caso, lo que tiene en suspenso la operación de la mina.
El retraso de la Corte obligó al despido de más de 500 empleos directos durante el primer trimestre del año, con un efecto secundario de 7 mil 500 empleos indirectos también perdidos.
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La planilla de Minera San Rafael hace 400 días, cuando todavía operaba, superaba los 1,200 colaboradores. Pero casi el 50 por ciento de la plantilla laboral fue despedida ante la imposibilidad de reanudar operaciones.
Los trabajadores a los que se les dio por concluido su contrato, recibieron las indemnizaciones en ley, por lo cual tenían fondos, pero también una necesidad de empleo.
La situación se volvió favorable para los “coyotes”, que llegaron a la comunidad a ofrecer llevar a las personas sin trabajo a EE. UU. “Hemos visto como se ha incrementado ese flujo de personas que migran hacia EE. UU.”, explicó el ejecutivo de Minera San Rafael.
La bonanza desaparecida
“Había mucho movimiento de camiones y transporte”, recordó el vocero de la minera al señalar la actividad que había a lo interno de la mina, y se replicaba en los alrededores: la bonanza en el pueblo era “evidente”.
“Se podía ver en los restaurantes y bancos, que se mantenían llenos”, dijo Dávila al contar que cuando iniciaron operaciones se abrieron 150 negocios nuevos, pero al menos 80 han cerrado.
“Había mucho comercio en San Rafael. Hoy vemos establecimientos cerrados, restaurantes y bancos vacíos”, agregó el directivo.
Otro “golpe” que recibió la comunidad han sido las regalías, ya que más de Q440 millones se han dejado de recaudar en concepto de regalías, sin contar los más de Q2 millardos que han dejado de ingresar a la economía guatemalteca con el paro de la mina.
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La maquinaria valorada en más de Q100 millones también se encuentra detenida en las instalaciones y la planta se mantiene sin movimiento, aunque se le brinda mantenimiento.
“Los túneles subterráneos se mantienen con el control y mantenimiento de control ambiental que nos ha exigido el ministerio de Ambiente para que no hayan derrumbes y un impacto negativo”, explicó Dávila.
El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) pese al cese de operaciones del proyecto El Escobal han dicho a la empresa que deben continuar con los compromisos ambientales, sobre todo en el cuidado de túneles subterráneos.
Situación insostenible
El ambiente a lo interno de la empresa es de incertidumbre, incluso hay trabajadores que han pedido una se les contrate de neuvo, pero el paro de operaciones reduce la posibilidad de que recuperen su plaza laboral.
La empresa que ahora tiene unos 533 personas en su planilla continúa con el pago de sus salarios, beneficios y prestaciones, pero es una situación que se complica cada día más y se vuelve con el paso del tiempo, insostenible.
“Aunque no se ha tomado la decisión de un nuevo recorte, siempre existe la posibilidad de que se tenga que tomar la difícil decisión de despedir a personal”, concluyó Dávila.
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Andrés Dávila, gerente de comunicación de Minera San Rafael, contó que conocen el caso de excolaboradores que se apuntaron en una “lista”, y dijeron: “Nos vamos a Estados Unidos (a buscar trabajo)”.
“Sabemos que hay 57 que ya están en tierras americanas; dos de ellos sí fueron capturados (por la patrulla fronteriza). Pero uno, lamentablemente, iba con su hijo de 10 años y fueron separados. Todavía siguen separados“, narró Dávila.
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“Se podía ver en los restaurantes y bancos, que se mantenían llenos”, dijo Dávila al contar que cuando iniciaron operaciones se abrieron 150 negocios nuevos, pero al menos 80 han cerrado.
“Había mucho comercio en San Rafael. Hoy vemos establecimientos cerrados, restaurantes y bancos vacíos”, agregó el directivo.
Otro “golpe” que recibió la comunidad han sido las regalías, ya que más de Q440 millones se han dejado de recaudar en concepto de regalías, sin contar los más de Q2 millardos que han dejado de ingresar a la economía guatemalteca con el paro de la mina.
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Situación insostenible
El ambiente a lo interno de la empresa es de incertidumbre, incluso hay trabajadores que han pedido una se les contrate de neuvo, pero el paro de operaciones reduce la posibilidad de que recuperen su plaza laboral.
La empresa que ahora tiene unos 533 personas en su planilla continúa con el pago de sus salarios, beneficios y prestaciones, pero es una situación que se complica cada día más y se vuelve con el paso del tiempo, insostenible.
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