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Plásticos Biodegradables

Ramon Parellada
20 de agosto, 2018

Ahora que algunas municipalidades de Guatemala han prohibido el plástico, vemos que entre las alternativas que han propuesto, entre otras cosas, está el uso de papel, telas y/o plásticos biodegradables.

Las bolsas de papel y de tela son conocidas por la mayoría de personas, pero pocos saben que son más contaminantes que las bolsas de plástico.  El profesor, escritor y ambientalista danés, Bjørn Lomborg, ha comparado el uso equivalente de estas bolsas para que sean equivalentes en cuanto a contaminación a las de plástico, tomando en cuenta todo el ciclo de vida de cada producto.  Resulta que necesitaríamos reusar 43 veces una bolsa de papel, 7,100 veces una de algodón normal y 20,000 veces una de algodón orgánico para que sean mejores para el medio ambiente que 1 sola bolsa de plástico.  

Pero esto no lo sabe la gente y no lo saben quiénes irresponsablemente han legislado contra el plástico proponiendo estas soluciones.  Y dado que han emitido una prohibición están obligados a saberlo y decirle a la gente que las alternativas propuestas son más contaminantes.  Lo mismo aplica a todas aquellas personas que se alegran por la prohibición del plástico.  En forma ingenua y considero que con buena intención, apoyan esta medida pero no ofrecen una solución menos contaminante.

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Ahora bien, La Municipalidad de Antigua y grupos de presión ambientalistas han promovido las bolsas biodegradables.  Lo que la gente tampoco sabe es que estas también son más contaminantes y costosas que las de plástico.  Lamentablemente, en el mercado ya hay bolsas que dicen ser biodegradables, pero no lo son.  Y por ello creo conveniente profundizar un poco en este tema.

Los plásticos biodegradables son una categoría de los llamados bioplásticos.  Las otras dos categorías son los plásticos biobasados y los plásticos compostables.  Cada uno tiene sus propias características, pero los bioplásticos en general se llaman así por venir originarse a partir de recursos naturales renovables en vez de los plásticos normales que vienen de recursos naturales no renovables como el gas y el petróleo.

Los plásticos biobasados pueden ser biodegradables o no.  A partir de caña de azúcar, almidones de maíz u otros tubérculos y plantas o en general de otras fuentes naturales o renovables se pueden fabricar estos plásticos.  Se puede sintetizar PE (polietileno, el más conocido y popular de los plásticos) o PET (tereftalato de polietileno, el material que se usa para las botellas de bebidas gaseosas y algunos textiles) y se les llama Bio PE y Bio PET.  Estos no son biodegradables.  La estructura molecular es igual a la del PE y PET que se obtienen del gas natural o petróleo.  

Sin embargo, también se pueden hacer otros materiales como el PLA (Ácido Poliláctico) o PBAT (adipato-tereftalato de polibutileno) entre otros.  Estos materiales si son biodegradables.  Debo aclarar que estas moléculas también pueden provenir de materiales no renovables y ser biodegradables.  Dejarán de ser biobasados pero seguirían siendo biodegradables.

Para que un plástico se considere biodegradable primero debe fragmentarse por diferentes medios como el estrés (viento, movimiento, etc…), humedad, oxigeno, luz, etc… y cuando los tamaños de sus partículas son muy pequeñas, unas bacterias especiales y sus enzimas lo transforman en biomasa, CO2 o metano, agua y minerales.

Los plásticos comportables difieren de los biodegradables en el tiempo de su descomposición.  El 90% de éstos deben descomponerse en fragmentos menores a 2 mm, bajo ciertas condiciones de compostaje, después de 3 meses como máximo.

En el mercado vamos a encontrar plásticos biobasados que no necesariamente son biodegradables pero que llevan una certificación.  En Europa, la empresa certificadora Vincote le otorga estrellas dependiendo de la cantidad de material biobasado que se mezcle con el polímero normal.  Una estrella implica el uso del 20 al 40% de materia prima biobasada, dos estrellas entre el 40 y el 60%, tres estrellas entre el 60 y el 80% y cuatro estrellas arriba del 80%.    La idea de este material biobasado no es otro que depender menos de los recursos naturales no renovables y utilizar los renovables.  Pero el producto no es ni biodegradable ni compostable.  Se comportará igual que cualquier plástico normal.

En cuanto a los plásticos biodegradables, como ya vimos, pueden ser biobasados (provenientes de recursos renovables) o normales (provenientes de recursos naturales no renovables).   Debemos evitar confundir los términos Biobasados con Biodegradables porque no son lo mismo.  Tengamos claro, para que se dé la biodegradabilidad de estos plásticos se requieren ciertas condiciones de temperatura, humedad, oxigeno, luz, y la presencia de ciertos microorganismos a modo de que la degradación sea completa.

En el caso de los plásticos compostables ocurre lo mismo que los biodegradables pero el tiempo de degradación es limitado, siempre bajo condiciones especiales de compostaje que puede ser industriales para grandes volúmenes de plásticos compostables, caseros, marinos o en el suelo.

Existe otra forma de degradar el plástico normal, este es a través de agregarles un aditivo (ión metálico) que permite una degradación del plástico bajo ciertas condiciones de calor, oxígeno, luz y estrés.  El proceso se llama Oxo-degradación.  Los fabricantes de los aditivos oxobiodegradables indican que luego de 18 o 24 meses, las partículas fragmentadas logran ser de tal tamaño que son atacadas por los microorganismos y así terminan convirtiéndose en biodegradables.  

Si las municipalidad quieren sustituir el plástico normal por otros que se degraden entonces no sirve utilizar el biobasado.  Se debe usar el biodegradable, el compostable o el oxobiodegradable.  El biodegradable puede tardar más de 6 meses en comenzar su degradación.  El compostable debe degradarse en un 90% en menos de 3 meses.  El Oxobiodegradable tardará entre 18 y 24 meses.  Los precios son muy diferentes entre cada alternativa.  En el caso de Oxobiodegradable donde se agrega un aditivo al polímero que se usa para fabricar las bolsas o los utensilios de plástico, el incremento en precio podría ser alrededor del 10%.  En el caso de los biodegradables y compostables estamos hablando de entre 3 y 5 veces el precio de un plástico normal.

Como todas las cosas, también estas soluciones tienen sus peros.  Los plásticos biobasados compiten con los alimentos, requieren mucha agua y espacio de tierra para su producción, son más costosos y su reciclaje es cuestionado.  En el caso de los oxobiodegradables, se critica el tiempo de degradación y la posible contaminación con metales aunque no hay aún evidencia de esto último.

Se puede seguir hablando de alternativas de plásticos pero cualquiera es más cara y contaminante al analizar el ciclo de vida completo de cada producto.  Además, no hay en el mundo capacidad para sustituir los plásticos normales.  Apenas hay para una mínima parte del total.  Y ninguna de las alternativas resolverá el problema fundamental de la basura tirada en la calle, ríos, lagos y mares.  La única forma de resolver este problema es con una más eficiente y mejor recolección de desechos sólidos así como su manejo en rellenos sanitarios debidamente construidos y administrados.   

El plástico es apenas el 8% del total de la basura.  Las bolsas de supermercado son el 1%.  El prohibir este 1% no resolverá el problema de la basura.  El utilizar productos alternativos sólo encarecerá los productos que la gente utiliza y nos hará contaminar mucho más el medio ambiente, por otros lados que no vemos pero que no podemos ignorar.  El mensaje que se da cuando se dice que se pueden utilizar plásticos biodegradables en vez de los normales es equivocado pues lo que estamos diciendo es que podemos seguir con nuestros pésimos hábitos de tirar la basura en la calle.  Total, ahora se degradará.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Plásticos Biodegradables

Ramon Parellada
20 de agosto, 2018

Ahora que algunas municipalidades de Guatemala han prohibido el plástico, vemos que entre las alternativas que han propuesto, entre otras cosas, está el uso de papel, telas y/o plásticos biodegradables.

Las bolsas de papel y de tela son conocidas por la mayoría de personas, pero pocos saben que son más contaminantes que las bolsas de plástico.  El profesor, escritor y ambientalista danés, Bjørn Lomborg, ha comparado el uso equivalente de estas bolsas para que sean equivalentes en cuanto a contaminación a las de plástico, tomando en cuenta todo el ciclo de vida de cada producto.  Resulta que necesitaríamos reusar 43 veces una bolsa de papel, 7,100 veces una de algodón normal y 20,000 veces una de algodón orgánico para que sean mejores para el medio ambiente que 1 sola bolsa de plástico.  

Pero esto no lo sabe la gente y no lo saben quiénes irresponsablemente han legislado contra el plástico proponiendo estas soluciones.  Y dado que han emitido una prohibición están obligados a saberlo y decirle a la gente que las alternativas propuestas son más contaminantes.  Lo mismo aplica a todas aquellas personas que se alegran por la prohibición del plástico.  En forma ingenua y considero que con buena intención, apoyan esta medida pero no ofrecen una solución menos contaminante.

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Ahora bien, La Municipalidad de Antigua y grupos de presión ambientalistas han promovido las bolsas biodegradables.  Lo que la gente tampoco sabe es que estas también son más contaminantes y costosas que las de plástico.  Lamentablemente, en el mercado ya hay bolsas que dicen ser biodegradables, pero no lo son.  Y por ello creo conveniente profundizar un poco en este tema.

Los plásticos biodegradables son una categoría de los llamados bioplásticos.  Las otras dos categorías son los plásticos biobasados y los plásticos compostables.  Cada uno tiene sus propias características, pero los bioplásticos en general se llaman así por venir originarse a partir de recursos naturales renovables en vez de los plásticos normales que vienen de recursos naturales no renovables como el gas y el petróleo.

Los plásticos biobasados pueden ser biodegradables o no.  A partir de caña de azúcar, almidones de maíz u otros tubérculos y plantas o en general de otras fuentes naturales o renovables se pueden fabricar estos plásticos.  Se puede sintetizar PE (polietileno, el más conocido y popular de los plásticos) o PET (tereftalato de polietileno, el material que se usa para las botellas de bebidas gaseosas y algunos textiles) y se les llama Bio PE y Bio PET.  Estos no son biodegradables.  La estructura molecular es igual a la del PE y PET que se obtienen del gas natural o petróleo.  

Sin embargo, también se pueden hacer otros materiales como el PLA (Ácido Poliláctico) o PBAT (adipato-tereftalato de polibutileno) entre otros.  Estos materiales si son biodegradables.  Debo aclarar que estas moléculas también pueden provenir de materiales no renovables y ser biodegradables.  Dejarán de ser biobasados pero seguirían siendo biodegradables.

Para que un plástico se considere biodegradable primero debe fragmentarse por diferentes medios como el estrés (viento, movimiento, etc…), humedad, oxigeno, luz, etc… y cuando los tamaños de sus partículas son muy pequeñas, unas bacterias especiales y sus enzimas lo transforman en biomasa, CO2 o metano, agua y minerales.

Los plásticos comportables difieren de los biodegradables en el tiempo de su descomposición.  El 90% de éstos deben descomponerse en fragmentos menores a 2 mm, bajo ciertas condiciones de compostaje, después de 3 meses como máximo.

En el mercado vamos a encontrar plásticos biobasados que no necesariamente son biodegradables pero que llevan una certificación.  En Europa, la empresa certificadora Vincote le otorga estrellas dependiendo de la cantidad de material biobasado que se mezcle con el polímero normal.  Una estrella implica el uso del 20 al 40% de materia prima biobasada, dos estrellas entre el 40 y el 60%, tres estrellas entre el 60 y el 80% y cuatro estrellas arriba del 80%.    La idea de este material biobasado no es otro que depender menos de los recursos naturales no renovables y utilizar los renovables.  Pero el producto no es ni biodegradable ni compostable.  Se comportará igual que cualquier plástico normal.

En cuanto a los plásticos biodegradables, como ya vimos, pueden ser biobasados (provenientes de recursos renovables) o normales (provenientes de recursos naturales no renovables).   Debemos evitar confundir los términos Biobasados con Biodegradables porque no son lo mismo.  Tengamos claro, para que se dé la biodegradabilidad de estos plásticos se requieren ciertas condiciones de temperatura, humedad, oxigeno, luz, y la presencia de ciertos microorganismos a modo de que la degradación sea completa.

En el caso de los plásticos compostables ocurre lo mismo que los biodegradables pero el tiempo de degradación es limitado, siempre bajo condiciones especiales de compostaje que puede ser industriales para grandes volúmenes de plásticos compostables, caseros, marinos o en el suelo.

Existe otra forma de degradar el plástico normal, este es a través de agregarles un aditivo (ión metálico) que permite una degradación del plástico bajo ciertas condiciones de calor, oxígeno, luz y estrés.  El proceso se llama Oxo-degradación.  Los fabricantes de los aditivos oxobiodegradables indican que luego de 18 o 24 meses, las partículas fragmentadas logran ser de tal tamaño que son atacadas por los microorganismos y así terminan convirtiéndose en biodegradables.  

Si las municipalidad quieren sustituir el plástico normal por otros que se degraden entonces no sirve utilizar el biobasado.  Se debe usar el biodegradable, el compostable o el oxobiodegradable.  El biodegradable puede tardar más de 6 meses en comenzar su degradación.  El compostable debe degradarse en un 90% en menos de 3 meses.  El Oxobiodegradable tardará entre 18 y 24 meses.  Los precios son muy diferentes entre cada alternativa.  En el caso de Oxobiodegradable donde se agrega un aditivo al polímero que se usa para fabricar las bolsas o los utensilios de plástico, el incremento en precio podría ser alrededor del 10%.  En el caso de los biodegradables y compostables estamos hablando de entre 3 y 5 veces el precio de un plástico normal.

Como todas las cosas, también estas soluciones tienen sus peros.  Los plásticos biobasados compiten con los alimentos, requieren mucha agua y espacio de tierra para su producción, son más costosos y su reciclaje es cuestionado.  En el caso de los oxobiodegradables, se critica el tiempo de degradación y la posible contaminación con metales aunque no hay aún evidencia de esto último.

Se puede seguir hablando de alternativas de plásticos pero cualquiera es más cara y contaminante al analizar el ciclo de vida completo de cada producto.  Además, no hay en el mundo capacidad para sustituir los plásticos normales.  Apenas hay para una mínima parte del total.  Y ninguna de las alternativas resolverá el problema fundamental de la basura tirada en la calle, ríos, lagos y mares.  La única forma de resolver este problema es con una más eficiente y mejor recolección de desechos sólidos así como su manejo en rellenos sanitarios debidamente construidos y administrados.   

El plástico es apenas el 8% del total de la basura.  Las bolsas de supermercado son el 1%.  El prohibir este 1% no resolverá el problema de la basura.  El utilizar productos alternativos sólo encarecerá los productos que la gente utiliza y nos hará contaminar mucho más el medio ambiente, por otros lados que no vemos pero que no podemos ignorar.  El mensaje que se da cuando se dice que se pueden utilizar plásticos biodegradables en vez de los normales es equivocado pues lo que estamos diciendo es que podemos seguir con nuestros pésimos hábitos de tirar la basura en la calle.  Total, ahora se degradará.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo