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Ideología de género

Carolina Castellanos
31 de agosto, 2018

Empecemos por el principio. ¿Por qué tenemos usted y yo que aceptar la forma de vida de otros, que son minoría, al extremo de tener leyes que nos obliguen a hacerlo? ¿Por qué quieren estos grupos imponer su visión de vida porque son diferentes? ¿Por qué nos quieren obligar a acatar una ley que pretende darles privilegios?  Peor aún, ¿por qué algunos diputados al Congreso de la República aceptan siquiera discutir esto, cuando su obligación es proteger la vida desde su concepción, no solo porque así lo establece la Constitución sino porque está más que demostrado que así es? El Congreso de la República está obligado a respetar la única igualdad que existe, que es aquella ante la ley.

Todos, sin excepción, tenemos derecho a vivir como queramos.  Somos libres de pensar y actuar acorde con nuestras creencias y costumbres, siempre que no afectemos la libre elección de los demás, les coartemos su libertad o nos interpongamos en sus decisiones de vida. Lo que no tenemos ningún derecho a hacer es imponer estas libres decisiones a los demás.  Nos quieren hacer partícipes de esto y quieren imponer sus derechos sobre los del resto de la población.  Por ejemplo, con impuestos dirigidos a “proteger” a estos grupos, que el gobierno lleve a cabo los abortos (pagados con nuestros impuestos), entre otros.

El femicidio es una de las manifestaciones del feminismo. Se define como el asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer.  Es penal e ideológico porque dan por sentado que la mujer fue asesinada por ser mujer. En consecuencia, se implementan políticas públicas, leyes que penalizan más a quienes asesinen a mujeres, se instalan tribunales especiales dedicados a esto, etc.  ¿Qué diferencia hay entre asesinar a un hombre o una mujer?

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Agustín Laje, uno de los autores de “El libro negro de la nueva izquierda”, define a la ideología de género como “un conjunto de ideas anticientíficas que, con propósitos políticos autoritarios, desarraigan a la sexualidad humana de su naturaleza y la explican exclusivamente a partir de la cultura”.  Agrega: “no es lo mismo la homosexualidad que el cabildeo LGBT.  La ideología de género es un tema político.  No es la orientación sexual de las personas.  Se impone, no se propone y, consecuentemente,  no puede prescindir del Estado”.

Dicen los miembros de la comunidad LGBT que son discriminados.  Tienen razón.  Hay muchísimos que no se atreven a mostrarse tal cual son ante la vida pública por temor a ser rechazados.  No hay derecho de discriminar a otro, sea por inclinación sexual, raza, credo, estatura, peso, forma de vestir, nada. El respeto entre todos es básico y fundamental para una convivencia pacífica.

Lamentablemente, miembros de estos grupos (no todos, pocos entre la minoría pero hacen mucho ruido) como lasfeministas, pro aborto, LGBT, etc., no respetan que la gran mayoría no piensa ni vive como ellos y, consecuentemente, emprenden estas luchas que dividen al país.  Esa generación de odio y rechazo hacia ellos mismos surge cuando, más allá de querer que los respeten y acepten como son, critican e insultan.  Recordemos la “procesión de la vulva”, que generó muchísimo escándalo por la gran ofensa que las feministas hicieron hacia todos nosotros los cristianos.

Los únicos derechos que deben ser defendidos por el Estado son la vida, la propiedad y la libertad.  La ideología de género atenta contra la libertad individual de todos.  Somos libres de decidir y, consecuentemente, tenemos la obligación de asumir la responsabilidad de las decisiones que tomamos y de vivir con las consecuencias, cualesquiera que éstas sean. ¡No al aborto, sí a la vida!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Ideología de género

Carolina Castellanos
31 de agosto, 2018

Empecemos por el principio. ¿Por qué tenemos usted y yo que aceptar la forma de vida de otros, que son minoría, al extremo de tener leyes que nos obliguen a hacerlo? ¿Por qué quieren estos grupos imponer su visión de vida porque son diferentes? ¿Por qué nos quieren obligar a acatar una ley que pretende darles privilegios?  Peor aún, ¿por qué algunos diputados al Congreso de la República aceptan siquiera discutir esto, cuando su obligación es proteger la vida desde su concepción, no solo porque así lo establece la Constitución sino porque está más que demostrado que así es? El Congreso de la República está obligado a respetar la única igualdad que existe, que es aquella ante la ley.

Todos, sin excepción, tenemos derecho a vivir como queramos.  Somos libres de pensar y actuar acorde con nuestras creencias y costumbres, siempre que no afectemos la libre elección de los demás, les coartemos su libertad o nos interpongamos en sus decisiones de vida. Lo que no tenemos ningún derecho a hacer es imponer estas libres decisiones a los demás.  Nos quieren hacer partícipes de esto y quieren imponer sus derechos sobre los del resto de la población.  Por ejemplo, con impuestos dirigidos a “proteger” a estos grupos, que el gobierno lleve a cabo los abortos (pagados con nuestros impuestos), entre otros.

El femicidio es una de las manifestaciones del feminismo. Se define como el asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer.  Es penal e ideológico porque dan por sentado que la mujer fue asesinada por ser mujer. En consecuencia, se implementan políticas públicas, leyes que penalizan más a quienes asesinen a mujeres, se instalan tribunales especiales dedicados a esto, etc.  ¿Qué diferencia hay entre asesinar a un hombre o una mujer?

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Agustín Laje, uno de los autores de “El libro negro de la nueva izquierda”, define a la ideología de género como “un conjunto de ideas anticientíficas que, con propósitos políticos autoritarios, desarraigan a la sexualidad humana de su naturaleza y la explican exclusivamente a partir de la cultura”.  Agrega: “no es lo mismo la homosexualidad que el cabildeo LGBT.  La ideología de género es un tema político.  No es la orientación sexual de las personas.  Se impone, no se propone y, consecuentemente,  no puede prescindir del Estado”.

Dicen los miembros de la comunidad LGBT que son discriminados.  Tienen razón.  Hay muchísimos que no se atreven a mostrarse tal cual son ante la vida pública por temor a ser rechazados.  No hay derecho de discriminar a otro, sea por inclinación sexual, raza, credo, estatura, peso, forma de vestir, nada. El respeto entre todos es básico y fundamental para una convivencia pacífica.

Lamentablemente, miembros de estos grupos (no todos, pocos entre la minoría pero hacen mucho ruido) como lasfeministas, pro aborto, LGBT, etc., no respetan que la gran mayoría no piensa ni vive como ellos y, consecuentemente, emprenden estas luchas que dividen al país.  Esa generación de odio y rechazo hacia ellos mismos surge cuando, más allá de querer que los respeten y acepten como son, critican e insultan.  Recordemos la “procesión de la vulva”, que generó muchísimo escándalo por la gran ofensa que las feministas hicieron hacia todos nosotros los cristianos.

Los únicos derechos que deben ser defendidos por el Estado son la vida, la propiedad y la libertad.  La ideología de género atenta contra la libertad individual de todos.  Somos libres de decidir y, consecuentemente, tenemos la obligación de asumir la responsabilidad de las decisiones que tomamos y de vivir con las consecuencias, cualesquiera que éstas sean. ¡No al aborto, sí a la vida!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo