René Cortés Forero usa desde julio un monopatín eléctrico como medio de transporte para ir de su casa, en zona 14, a su lugar de trabajo, en las oficinas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para Guatemala, en zona 10.
El recorrido de unos 3.5 kilómetros que realiza a diario Cortés Forero, un consultor colombiano que vive en el país desde hace 10 meses, le toma cerca de 14 minutos. Su camino habitual cada mañana son las ciclorutas de Avenida Las Américas y La Reforma.
La conclusión del experto en transporte de usar un monopatín eléctrico, que importó por US$500 de EE. UU., no fue sencilla. Tomar la decisión de su forma de trasladarse en la Ciudad de Guatemala le llevó meses, pensando la mejor para él y su entorno.
“Hice un análisis para estudiar las diferentes alternativas”, cuenta el asesor del BID al recordar que durante el proceso de elección descartó como opciones el automóvil propio, transporte público, Uber o una bicicleta.
“No me sentí cómodo con la idea de comprar un automóvil, sumaría congestión y contaminación a la ciudad. No había transporte público que me acercara lo suficiente a mi oficina. Y si bien probé Uber, muchos de los pilotos no eran dueños de los carros. Sabía que eran personas que pasaban muchas horas en el auto para pagar su cuota y poder tener un ingreso”, cuenta.
La opción que vio más viable, por el crecimiento como una alternativa de transporte, como sucede en muchas ciudades de EE. UU., fue el monopatín eléctrico. Un factor importante para su elección, por su seguridad y facilidad de movilización, fue la infraestructura.
“La ciudad de Guatemala cuenta con un buen número de kilómetro de ciclorutas, lo que me permitía hacer el recorrido de mi casa al trabajo, y viceversa, sin tener que compartir la vía con autos, motocicletas o buses”, explica.
René Cortés espera que su experiencia ayude a que firmas de EE. UU. vean en Guatemala un mercado con potencial para el servicio de este medio de transporte. Foto: Winter Flores / República
La experiencia
Cortés Forero indica que, en los casi cuatro meses que lleva de transportarse en un monopatín eléctrico, lo que más le sorprendió fue la reacción de la gente que lo veía cuando iba en las mañanas hacia la oficina, con ropa formal y su bolsón a la espalda.
“Una señora me paró en la mitad de la cicloruta para felicitarme por aventurarme a usar un monopatín eléctrico. Los conductores disminuyen la velocidad para verme, hacen sonar las boinas o bajan las ventanas para levantar un pulgar en señal de aprobación”, recuerda.
“LA GENTE COMO QUE SE ALEGRA DE QUE ALGUIEN HAYA TOMADO LE INICIATIVA DE USAR UN MONOPATÍN eléctrico”.
¿Funcionaría en Ciudad de Guatemala?
El especialista senior en el BID considera que el monopatín eléctrico es la alternativa del futuro como transporte urbano, por su economía, diversión y que no genera congestión ni contaminación.
“La gente estaría dispuesta a usar un monopatín eléctricos si hubiera más infraestructura para poderlo hacer”, asegura al indicar que es una opción para distancias entre cinco y ocho kilómetros, principalmente para la “última milla”.
El especialista senior de Transporte del BID considera que 50 monopatines eléctricos son suficientes para iniciar un plan piloto en una ciudad como Guatemala. Foto: Winter Flores / República
Cada día hay más empresas de patinetas eléctricas que están al servicio de la gente. El país que lleva la delantera en este servicio es EE. UU., pero hay pruebas ya en Europa, como en España, por lo que habría una oportunidad para que los monopatines eléctricos arriben a Latinoamérica.
“Sería bueno que alguna empresa estadounidense pueda implementar un piloto en la región. Guatemala ya cuenta con infraestructura inicial lo que la vuelve una opción para convertirse en la primera ciudad de Latinoamérica en concretar un sistema de renta de monopatines eléctrico”, señala Cortés Forero.
“Se puede trabajar en socializar más el monopatín eléctrico. Volverlo un activo de la Ciudad de Guatemala. La ciudad y su gente son los que ganan”.
René Cortés Forero usa desde julio un monopatín eléctrico como medio de transporte para ir de su casa, en zona 14, a su lugar de trabajo, en las oficinas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para Guatemala, en zona 10.
El recorrido de unos 3.5 kilómetros que realiza a diario Cortés Forero, un consultor colombiano que vive en el país desde hace 10 meses, le toma cerca de 14 minutos. Su camino habitual cada mañana son las ciclorutas de Avenida Las Américas y La Reforma.
La conclusión del experto en transporte de usar un monopatín eléctrico, que importó por US$500 de EE. UU., no fue sencilla. Tomar la decisión de su forma de trasladarse en la Ciudad de Guatemala le llevó meses, pensando la mejor para él y su entorno.
“Hice un análisis para estudiar las diferentes alternativas”, cuenta el asesor del BID al recordar que durante el proceso de elección descartó como opciones el automóvil propio, transporte público, Uber o una bicicleta.
“No me sentí cómodo con la idea de comprar un automóvil, sumaría congestión y contaminación a la ciudad. No había transporte público que me acercara lo suficiente a mi oficina. Y si bien probé Uber, muchos de los pilotos no eran dueños de los carros. Sabía que eran personas que pasaban muchas horas en el auto para pagar su cuota y poder tener un ingreso”, cuenta.
La opción que vio más viable, por el crecimiento como una alternativa de transporte, como sucede en muchas ciudades de EE. UU., fue el monopatín eléctrico. Un factor importante para su elección, por su seguridad y facilidad de movilización, fue la infraestructura.
“La ciudad de Guatemala cuenta con un buen número de kilómetro de ciclorutas, lo que me permitía hacer el recorrido de mi casa al trabajo, y viceversa, sin tener que compartir la vía con autos, motocicletas o buses”, explica.
René Cortés espera que su experiencia ayude a que firmas de EE. UU. vean en Guatemala un mercado con potencial para el servicio de este medio de transporte. Foto: Winter Flores / República
La experiencia
Cortés Forero indica que, en los casi cuatro meses que lleva de transportarse en un monopatín eléctrico, lo que más le sorprendió fue la reacción de la gente que lo veía cuando iba en las mañanas hacia la oficina, con ropa formal y su bolsón a la espalda.
“Una señora me paró en la mitad de la cicloruta para felicitarme por aventurarme a usar un monopatín eléctrico. Los conductores disminuyen la velocidad para verme, hacen sonar las boinas o bajan las ventanas para levantar un pulgar en señal de aprobación”, recuerda.
“LA GENTE COMO QUE SE ALEGRA DE QUE ALGUIEN HAYA TOMADO LE INICIATIVA DE USAR UN MONOPATÍN eléctrico”.
¿Funcionaría en Ciudad de Guatemala?
El especialista senior en el BID considera que el monopatín eléctrico es la alternativa del futuro como transporte urbano, por su economía, diversión y que no genera congestión ni contaminación.
“La gente estaría dispuesta a usar un monopatín eléctricos si hubiera más infraestructura para poderlo hacer”, asegura al indicar que es una opción para distancias entre cinco y ocho kilómetros, principalmente para la “última milla”.
El especialista senior de Transporte del BID considera que 50 monopatines eléctricos son suficientes para iniciar un plan piloto en una ciudad como Guatemala. Foto: Winter Flores / República
Cada día hay más empresas de patinetas eléctricas que están al servicio de la gente. El país que lleva la delantera en este servicio es EE. UU., pero hay pruebas ya en Europa, como en España, por lo que habría una oportunidad para que los monopatines eléctricos arriben a Latinoamérica.
“Sería bueno que alguna empresa estadounidense pueda implementar un piloto en la región. Guatemala ya cuenta con infraestructura inicial lo que la vuelve una opción para convertirse en la primera ciudad de Latinoamérica en concretar un sistema de renta de monopatines eléctrico”, señala Cortés Forero.
“Se puede trabajar en socializar más el monopatín eléctrico. Volverlo un activo de la Ciudad de Guatemala. La ciudad y su gente son los que ganan”.