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La sequía estaría detrás del hambre que hay en Guatemala

Braulio Palacios
18 de septiembre, 2018

Un año más, la FAO señala al cambio climático como una de las principales causas de la inseguridad alimentaria en el mundo. Guatemala, aparte de la pobreza y conflictos, se ubica en el Corredor Seco de Centroamérica (CSC), un factor que estaría detrás del hambre en el país.

Los países más vulnerables y expuestos a la sequía o a las precipitaciones extremas suelen delimitarse a Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, si bien el Corredor Seco abarca desde el sur de México hasta Panamá.

Según el estudio “La seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dos países del (CSC) lideran el ranking de países en Latinoamérica con hambre: Guatemala y Nicaragua.

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La FAO señala que las condiciones extremas del clima se encuentran entre los factores clave del reciente aumento del hambre en el mundo. Los cambios climáticos afectan la seguridad alimentaria, como la disponibilidad de alimentos, el acceso y la estabilidad.

En Latinoamérica y el Caribe, esto se pudo ver en el Corredor Seco, en particular en el Triángulo Norte, una de las regiones más afectadas por la sequía producto del fenómeno de El Niño, en 2015 y 2016.


La sequía fue una de las peores en la última década y dio lugar a reducciones de la producción agrícola, con pérdidas estimadas de entre el 50 y el 90 por ciento de la cosecha agrícola. Más de 3.6 millones de personas necesitaron ayuda humanitaria como resultado de esta sequía.

El ranking del hambre lo lidera Bolivia, seguido por Nicaragua y Guatemala.

Bolivia, Nicaragua y Guatemala son los países de la región que en la actualidad presentan niveles mucho más altos de subalimentación, es decir, personas que no ingieren las calorías necesarias para su actividad diaria.

El informe de la FAO señala que, en el caso de Bolivia, el 19.8 por ciento de su población era subalimentada en 2017, mientras que en Nicaragua era de 16.2 por ciento y en Guatemala 15.8 por ciento.

Ricardo Rapallo, oficial de Seguridad Alimentaria de la FAO para la región, dijo a la BBC Mundo que los tres países tienen características similares, como una gran cantidad de población rural e indígena.


“Son muy vulnerables a los efectos climáticos y tienen dificultades para acceder a servicios públicos básicos necesarios para la seguridad alimentaria”, dijo al señalar que no es de extrañar que en los tres países la inseguridad alimentaria disminuya menos que en otros países de la región.

A nivel general, en Latinoamérica y el Caribe el hambre ha crecido por tercer año consecutivo. Si se compara 2017 con 2016, el número de personas subalimentadas en la región aumentó hasta alcanzar los 39 millones.

Los únicos resultados “positivos” para el escenario regional es que Latinoamérica tiene un nivel de desnutrición aguda infantil por debajo del promedio global y que la desnutrición crónica pasó de 11.4 por ciento en 2012 al 9.6 por ciento en 2017.

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La sequía estaría detrás del hambre que hay en Guatemala

Braulio Palacios
18 de septiembre, 2018

Un año más, la FAO señala al cambio climático como una de las principales causas de la inseguridad alimentaria en el mundo. Guatemala, aparte de la pobreza y conflictos, se ubica en el Corredor Seco de Centroamérica (CSC), un factor que estaría detrás del hambre en el país.

Los países más vulnerables y expuestos a la sequía o a las precipitaciones extremas suelen delimitarse a Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, si bien el Corredor Seco abarca desde el sur de México hasta Panamá.

Según el estudio “La seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dos países del (CSC) lideran el ranking de países en Latinoamérica con hambre: Guatemala y Nicaragua.

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La FAO señala que las condiciones extremas del clima se encuentran entre los factores clave del reciente aumento del hambre en el mundo. Los cambios climáticos afectan la seguridad alimentaria, como la disponibilidad de alimentos, el acceso y la estabilidad.

En Latinoamérica y el Caribe, esto se pudo ver en el Corredor Seco, en particular en el Triángulo Norte, una de las regiones más afectadas por la sequía producto del fenómeno de El Niño, en 2015 y 2016.


La sequía fue una de las peores en la última década y dio lugar a reducciones de la producción agrícola, con pérdidas estimadas de entre el 50 y el 90 por ciento de la cosecha agrícola. Más de 3.6 millones de personas necesitaron ayuda humanitaria como resultado de esta sequía.

El ranking del hambre lo lidera Bolivia, seguido por Nicaragua y Guatemala.

Bolivia, Nicaragua y Guatemala son los países de la región que en la actualidad presentan niveles mucho más altos de subalimentación, es decir, personas que no ingieren las calorías necesarias para su actividad diaria.

El informe de la FAO señala que, en el caso de Bolivia, el 19.8 por ciento de su población era subalimentada en 2017, mientras que en Nicaragua era de 16.2 por ciento y en Guatemala 15.8 por ciento.

Ricardo Rapallo, oficial de Seguridad Alimentaria de la FAO para la región, dijo a la BBC Mundo que los tres países tienen características similares, como una gran cantidad de población rural e indígena.


“Son muy vulnerables a los efectos climáticos y tienen dificultades para acceder a servicios públicos básicos necesarios para la seguridad alimentaria”, dijo al señalar que no es de extrañar que en los tres países la inseguridad alimentaria disminuya menos que en otros países de la región.

A nivel general, en Latinoamérica y el Caribe el hambre ha crecido por tercer año consecutivo. Si se compara 2017 con 2016, el número de personas subalimentadas en la región aumentó hasta alcanzar los 39 millones.

Los únicos resultados “positivos” para el escenario regional es que Latinoamérica tiene un nivel de desnutrición aguda infantil por debajo del promedio global y que la desnutrición crónica pasó de 11.4 por ciento en 2012 al 9.6 por ciento en 2017.