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Cambiar el sistema no es imposible

Redacción
19 de septiembre, 2018

“No hay cosas imposibles, solo personas incapaces” dice un sabio dicho por ahí.

Y ciertamente, en mi escasa pero valiosa experiencia de promover la causa liberal, no solo las “ideas” liberales, sino más concretamente un programa político que propone cambiar el sistema estatista predominante por un sistema de Capitalismo liberal, para todos, he notado la incapacidad de muchas personas en creer que un sistema así es posible. Dicen algunos: “un sistema así es lo ideal pero lograrlo es imposible”, y otros: “decirlo es muy fácil pero lograr cambiar el sistema es muy difícil por tantos intereses de por medio”.

Tomar la pastilla roja y salir de la Matrix, es decir, del pensamiento estatista predominante, les da miedo. Les abruma lo nuevo, no hay costumbre por lo diferente y lo desconocido les produce rechazo; salir de su zona de confort les aterra. Así son la mayoría de los seres humanos y por esa razón muchas personas están incapacitadas. Y ello quizás se deba a una fragilidad institucional, de normas y incentivos; ¿por qué en Estados Unidos se premia al pionero? ¿por qué ahí, en esa tierra con mala prensa, la gente sí logra lo que quiere si se lo propone? ¿por qué ahí resulta más fácil encarar lo nuevo, irrumpir lo estático y aceptar lo diferente y desconocido?

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Recomiendo leer un diagnóstico completo, el diagnóstico que faltaba y que el Foro Liberal de América Latina en su página amarilla ha lanzado recientemente a sus simpatizantes. Aquí me atreveré a exponer algunos importantes extractos:

  • Estatismo siempre. Por más de 200 años ha predominado en nuestra América Latina -y Guatemala no es la excepción- el estatismo, un sistema de gobierno y economía que usurpa poderes, libertades y dinero de los ciudadanos para supuestamente encargarse de asuntos que no le corresponden: la agricultura, el trabajo y los salarios, la banca y el dinero, la economía en general, el medio ambiente, la educación, la cultura y el deporte, la atención médica y los sistemas de jubilaciones y pensiones, entre otros. Así, aquellas funciones que exclusivamente le corresponden: la seguridad, la justicia y las obras públicas se han descuidado abruptamente, se realizan tarde, mal o nunca.

Este sistema ha sido la costumbre. Advertir que hay un sistema diferente, nuevo, mejor, resulta difícil. Como no se conoce esa nueva forma de gobierno y economía, sencillamente no advierten de los beneficios que pueden obtener. En este ámbito la academia seria se ha quedado en deuda. Y esto me da pauta para la segunda razón:

  • La educación estatista. Desde el Manifiesto Comunista de Marx (1848) la educación ha sido “universal y gratuita”. De esa cuenta el sistema educativo ha sido regulado, el público totalmente y el privado, poco menos, pero siempre regulado. Al menos 100 años de adoctrinamiento estatal no es para menos: aprendiendo conceptos, métodos y lenguaje estatista. Hacer razonamientos lógicos, respetando los tres principios de la lógica aristotélica y evitando caer en las falacias más comunes se hace tan difícil bajo un modelo de aprendizaje que, a propósito, no ha enseñado a razonar, solo a repetir.

La educación estatista ha sido la culpable de generar Trastornos en la estructura del pensamiento, una psicopatología del pensamiento que invito a revisar detenidamente. Por eso hay tanta gente opinando, principalmente en redes sociales, creyendo que la libertad de emisión del pensamiento le da validez a sus opiniones…lo siento: tiene todo el derecho a opinar pero debemos advertir que hay opiniones con fundamento y opiniones sin fundamento; ideas respetables e ideas dañinas y perversas. Máxime en materia de economía política, donde hay neófitos (inexpertos) por doquier. Al respecto te recomiendo ser cauteloso y no ser parte de la opinionitis sin fundamento y sin propuestas válidas, de lo contrario contribuyes a la confusión.

  • El estatismo nos ha empobrecido. El predominio de este sistema de gobierno y economía nos ha empobrecido, nos ha debilitado en los bases, y ahora intenta un duro golpe a los cimientos con el marxismo cultural (agenda pro aborto, pro matrimonio homosexual, eutanasia, etc.). El estatismo nos empuja a trabajar largas y extenuantes jornadas, dejando escasas fuerzas, tiempo y dinero para dedicar a la causa liberal, la de cambiar el Sistema. La mayoría, o no tiene tiempo, o no tiene dinero. Mientras tanto la izquierda sigue campante su camino, bien remunerada, con tiempo y con gente bien formada y entrenada.

Cuando los liberales clásicos tocamos puerta de buenos empresarios para donaciones o aportes a la causa, estos responden con rechazo y miedo; algunos con cierta razón, pues la izquierda ha embestido desde las leyes electorales y de partidos políticos, criminalizando todo financiamiento privado a proyectos políticos. Otros no lo aportan teniendo como pretexto el miedo al financiamiento político, pero al llegar el candidato que les ofrece mantener sus privilegios rápido responden con plata.

Dadas estas condiciones, no es raro que cualquier proyecto político de signo liberal clásico se visualice cuesta arriba y parezca imposible. No es de extrañar que, habiendo un mal gobierno, cosa normal en nuestras democracias antiliberales, no haya una buena oposición. No es de extrañar que cambiar el Sistema se visualice “utópico”. A todos aquellos que piensan así les digo: utópico es tratar de cambiar el Estatismo con más estatismo; nosotros, los liberales de Acción Política, intentamos lo correcto: cambiar el Estatismo por el sistema contrario, el Capitalismo para Todos.

¡Desde esta tribuna mi felicitación para los emprendedores que, en franca Acción Política, encaran estas condiciones con valentía, perseverancia y creatividad!

____________

Jorge David Chapas es empresario, académico, político liberal clásico y padre homeschooler – @JDChapas

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Cambiar el sistema no es imposible

Redacción
19 de septiembre, 2018

“No hay cosas imposibles, solo personas incapaces” dice un sabio dicho por ahí.

Y ciertamente, en mi escasa pero valiosa experiencia de promover la causa liberal, no solo las “ideas” liberales, sino más concretamente un programa político que propone cambiar el sistema estatista predominante por un sistema de Capitalismo liberal, para todos, he notado la incapacidad de muchas personas en creer que un sistema así es posible. Dicen algunos: “un sistema así es lo ideal pero lograrlo es imposible”, y otros: “decirlo es muy fácil pero lograr cambiar el sistema es muy difícil por tantos intereses de por medio”.

Tomar la pastilla roja y salir de la Matrix, es decir, del pensamiento estatista predominante, les da miedo. Les abruma lo nuevo, no hay costumbre por lo diferente y lo desconocido les produce rechazo; salir de su zona de confort les aterra. Así son la mayoría de los seres humanos y por esa razón muchas personas están incapacitadas. Y ello quizás se deba a una fragilidad institucional, de normas y incentivos; ¿por qué en Estados Unidos se premia al pionero? ¿por qué ahí, en esa tierra con mala prensa, la gente sí logra lo que quiere si se lo propone? ¿por qué ahí resulta más fácil encarar lo nuevo, irrumpir lo estático y aceptar lo diferente y desconocido?

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Recomiendo leer un diagnóstico completo, el diagnóstico que faltaba y que el Foro Liberal de América Latina en su página amarilla ha lanzado recientemente a sus simpatizantes. Aquí me atreveré a exponer algunos importantes extractos:

  • Estatismo siempre. Por más de 200 años ha predominado en nuestra América Latina -y Guatemala no es la excepción- el estatismo, un sistema de gobierno y economía que usurpa poderes, libertades y dinero de los ciudadanos para supuestamente encargarse de asuntos que no le corresponden: la agricultura, el trabajo y los salarios, la banca y el dinero, la economía en general, el medio ambiente, la educación, la cultura y el deporte, la atención médica y los sistemas de jubilaciones y pensiones, entre otros. Así, aquellas funciones que exclusivamente le corresponden: la seguridad, la justicia y las obras públicas se han descuidado abruptamente, se realizan tarde, mal o nunca.

Este sistema ha sido la costumbre. Advertir que hay un sistema diferente, nuevo, mejor, resulta difícil. Como no se conoce esa nueva forma de gobierno y economía, sencillamente no advierten de los beneficios que pueden obtener. En este ámbito la academia seria se ha quedado en deuda. Y esto me da pauta para la segunda razón:

  • La educación estatista. Desde el Manifiesto Comunista de Marx (1848) la educación ha sido “universal y gratuita”. De esa cuenta el sistema educativo ha sido regulado, el público totalmente y el privado, poco menos, pero siempre regulado. Al menos 100 años de adoctrinamiento estatal no es para menos: aprendiendo conceptos, métodos y lenguaje estatista. Hacer razonamientos lógicos, respetando los tres principios de la lógica aristotélica y evitando caer en las falacias más comunes se hace tan difícil bajo un modelo de aprendizaje que, a propósito, no ha enseñado a razonar, solo a repetir.

La educación estatista ha sido la culpable de generar Trastornos en la estructura del pensamiento, una psicopatología del pensamiento que invito a revisar detenidamente. Por eso hay tanta gente opinando, principalmente en redes sociales, creyendo que la libertad de emisión del pensamiento le da validez a sus opiniones…lo siento: tiene todo el derecho a opinar pero debemos advertir que hay opiniones con fundamento y opiniones sin fundamento; ideas respetables e ideas dañinas y perversas. Máxime en materia de economía política, donde hay neófitos (inexpertos) por doquier. Al respecto te recomiendo ser cauteloso y no ser parte de la opinionitis sin fundamento y sin propuestas válidas, de lo contrario contribuyes a la confusión.

  • El estatismo nos ha empobrecido. El predominio de este sistema de gobierno y economía nos ha empobrecido, nos ha debilitado en los bases, y ahora intenta un duro golpe a los cimientos con el marxismo cultural (agenda pro aborto, pro matrimonio homosexual, eutanasia, etc.). El estatismo nos empuja a trabajar largas y extenuantes jornadas, dejando escasas fuerzas, tiempo y dinero para dedicar a la causa liberal, la de cambiar el Sistema. La mayoría, o no tiene tiempo, o no tiene dinero. Mientras tanto la izquierda sigue campante su camino, bien remunerada, con tiempo y con gente bien formada y entrenada.

Cuando los liberales clásicos tocamos puerta de buenos empresarios para donaciones o aportes a la causa, estos responden con rechazo y miedo; algunos con cierta razón, pues la izquierda ha embestido desde las leyes electorales y de partidos políticos, criminalizando todo financiamiento privado a proyectos políticos. Otros no lo aportan teniendo como pretexto el miedo al financiamiento político, pero al llegar el candidato que les ofrece mantener sus privilegios rápido responden con plata.

Dadas estas condiciones, no es raro que cualquier proyecto político de signo liberal clásico se visualice cuesta arriba y parezca imposible. No es de extrañar que, habiendo un mal gobierno, cosa normal en nuestras democracias antiliberales, no haya una buena oposición. No es de extrañar que cambiar el Sistema se visualice “utópico”. A todos aquellos que piensan así les digo: utópico es tratar de cambiar el Estatismo con más estatismo; nosotros, los liberales de Acción Política, intentamos lo correcto: cambiar el Estatismo por el sistema contrario, el Capitalismo para Todos.

¡Desde esta tribuna mi felicitación para los emprendedores que, en franca Acción Política, encaran estas condiciones con valentía, perseverancia y creatividad!

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Jorge David Chapas es empresario, académico, político liberal clásico y padre homeschooler – @JDChapas

República es ajena a la opinión expresada en este artículo