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“Miss España” es hombre. Dejémonos de babosadas

Juan Diego Godoy
08 de octubre, 2018

Cuando comenzamos a dejar de ver las cosas como son permitimos (consciente o inconscientemente) que todo tipo de tergiversaciones se cuelen en nuestro mundo y le declaren la batalla a toda naturaleza racional existente. Escribo con claridad y sin tapujos, porque no vale la pena decorar las verdades cuando se les ataca con emociones venenosas que carecen de fundamentos.

Hace unos días me llegó la noticia que después de ganar el concurso nacional de belleza de España en septiembre, Ángela Ponce participará en Miss Universo. No parecía nada fuera de lo común. Sin embargo, la tragedia de la noticia llegó en la siguiente oración: “Ponce es un hombre y se convertirá en el primer transgénero en competir en este certamen”.

Algunos individuos (porque son minoría, créanme) han intentado mezclar peras con manzanas. Este, lastimosamente, es un ejemplo del “éxito” que han tenido. España, un país de “primer mundo” en el continente que en algún momento fue la cuna del intelecto y el arte, ha proclamado a los cuatro vientos que “para ellos” un hombre (porque eso es) es una “mujer hermosa, digna de representarlos en un certamen mundial para mujeres”. Es el equivalente a declarar que “una manzana es una naranja” y que produzcamos jugo de naranja con ella: es imposible y por ende, es completamente falso.

Más allá del certamen, que desde 2012 cambió las reglas del concurso para permitir que participaran hombres (candidatos transgénero) después de una campaña de protesta por parte de Jenna Talackova, una “reina” canadiense de belleza que en un inicio no tuvo permitido participar en la competencia de su país, el problema está en la permisividad que la humanidad le está dando a estos desvíos mentales y su afán por “normalizarlos” y, peor aún, la coerción para que tengamos que “aceptarlos como tales”. Que un hombre vaya a participar en Miss Universo creyéndose mujer y que las personas lo acepten, lo aplaudan y lo admiren es de locos. ¿Cómo hemos podido caer tan bajo? ¿Qué clase de insulto a la inteligencia humana es este?

El joven Ponce no es una mujer. Hablemos las cosas como son. Él es un hombre que decidió mutilarse cuando tenía 16 años y se sometió a un tratamiento hormonal y después decidió optar por una vaginoplastia. Por más “exitosos” que hayan sido los procedimientos médicos, estos jamás podrán cambiar la naturaleza. Como dice el dicho, “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Aunque Ponce se mutile mil veces el cuerpo y se talle unos tacones, hombre se queda.

Miss Colombia, Valeria Morales, se pronunció en contra de “Miss España” (¿Mister España?) y declaró que “…el reinado de belleza, como es Miss Universo, es para mujeres que nacemos mujeres, y creo que sería una desventaja (para él)”. Luego tuvo que retractarse, pero no porque pensara distinto, sino por la presión que ejercieron los grupos de poder que se benefician económicamente de la Ideología de Género. Pero sus declaraciones no dejan de ser ciertas, porque contrario a lo que dijo Ponce (parafraseando a la controvertida Simone de Beauvoir) no se “es mujer porque se sienta mujer”. No eres un auto porque “te sientas auto”. Eres hombre o mujer porque biológicamente y psicológicamente naces así y eres así. Lo que “sientas” no puede cambiar lo que eres. ¡Qué pena por quienes quieren cambiar lo evidente, tergiversar lo natural e insultar lo que es! Quienes todavía nos negamos a caer en la Ideología de Género, que pretende desestabilizar el mundo mediante agendas económicas fuertes y planteamientos ridículos, tenemos que seguir luchando por comprobar lo que ya está más que comprobado, aunque parezca sorprendente.

Quizás hemos “avanzado” tanto que “lo que es” ha aburrido a algunos “creativos” que, despreocupados por resolver los verdaderos problemas que enfrenta el mundo (como la pobreza, la falta de acceso a servicios básicos, la educación, el hambre, el crimen) se han dedicado a utilizar todas sus energías para ponerse un par de tacones, mutilarse el cuerpo, y forzar a todo el mundo para que digamos, creamos y defendamos que ahora “un hombre es mujer y una mujer es hombre, ¿por qué? Porque así se sienten”. ¡Dejémonos de babosadas!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

“Miss España” es hombre. Dejémonos de babosadas

Juan Diego Godoy
08 de octubre, 2018

Cuando comenzamos a dejar de ver las cosas como son permitimos (consciente o inconscientemente) que todo tipo de tergiversaciones se cuelen en nuestro mundo y le declaren la batalla a toda naturaleza racional existente. Escribo con claridad y sin tapujos, porque no vale la pena decorar las verdades cuando se les ataca con emociones venenosas que carecen de fundamentos.

Hace unos días me llegó la noticia que después de ganar el concurso nacional de belleza de España en septiembre, Ángela Ponce participará en Miss Universo. No parecía nada fuera de lo común. Sin embargo, la tragedia de la noticia llegó en la siguiente oración: “Ponce es un hombre y se convertirá en el primer transgénero en competir en este certamen”.

Algunos individuos (porque son minoría, créanme) han intentado mezclar peras con manzanas. Este, lastimosamente, es un ejemplo del “éxito” que han tenido. España, un país de “primer mundo” en el continente que en algún momento fue la cuna del intelecto y el arte, ha proclamado a los cuatro vientos que “para ellos” un hombre (porque eso es) es una “mujer hermosa, digna de representarlos en un certamen mundial para mujeres”. Es el equivalente a declarar que “una manzana es una naranja” y que produzcamos jugo de naranja con ella: es imposible y por ende, es completamente falso.

Más allá del certamen, que desde 2012 cambió las reglas del concurso para permitir que participaran hombres (candidatos transgénero) después de una campaña de protesta por parte de Jenna Talackova, una “reina” canadiense de belleza que en un inicio no tuvo permitido participar en la competencia de su país, el problema está en la permisividad que la humanidad le está dando a estos desvíos mentales y su afán por “normalizarlos” y, peor aún, la coerción para que tengamos que “aceptarlos como tales”. Que un hombre vaya a participar en Miss Universo creyéndose mujer y que las personas lo acepten, lo aplaudan y lo admiren es de locos. ¿Cómo hemos podido caer tan bajo? ¿Qué clase de insulto a la inteligencia humana es este?

El joven Ponce no es una mujer. Hablemos las cosas como son. Él es un hombre que decidió mutilarse cuando tenía 16 años y se sometió a un tratamiento hormonal y después decidió optar por una vaginoplastia. Por más “exitosos” que hayan sido los procedimientos médicos, estos jamás podrán cambiar la naturaleza. Como dice el dicho, “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Aunque Ponce se mutile mil veces el cuerpo y se talle unos tacones, hombre se queda.

Miss Colombia, Valeria Morales, se pronunció en contra de “Miss España” (¿Mister España?) y declaró que “…el reinado de belleza, como es Miss Universo, es para mujeres que nacemos mujeres, y creo que sería una desventaja (para él)”. Luego tuvo que retractarse, pero no porque pensara distinto, sino por la presión que ejercieron los grupos de poder que se benefician económicamente de la Ideología de Género. Pero sus declaraciones no dejan de ser ciertas, porque contrario a lo que dijo Ponce (parafraseando a la controvertida Simone de Beauvoir) no se “es mujer porque se sienta mujer”. No eres un auto porque “te sientas auto”. Eres hombre o mujer porque biológicamente y psicológicamente naces así y eres así. Lo que “sientas” no puede cambiar lo que eres. ¡Qué pena por quienes quieren cambiar lo evidente, tergiversar lo natural e insultar lo que es! Quienes todavía nos negamos a caer en la Ideología de Género, que pretende desestabilizar el mundo mediante agendas económicas fuertes y planteamientos ridículos, tenemos que seguir luchando por comprobar lo que ya está más que comprobado, aunque parezca sorprendente.

Quizás hemos “avanzado” tanto que “lo que es” ha aburrido a algunos “creativos” que, despreocupados por resolver los verdaderos problemas que enfrenta el mundo (como la pobreza, la falta de acceso a servicios básicos, la educación, el hambre, el crimen) se han dedicado a utilizar todas sus energías para ponerse un par de tacones, mutilarse el cuerpo, y forzar a todo el mundo para que digamos, creamos y defendamos que ahora “un hombre es mujer y una mujer es hombre, ¿por qué? Porque así se sienten”. ¡Dejémonos de babosadas!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo