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El método literario de Ayn Rand, 20a parte

Warren Orbaugh
06 de noviembre, 2018

Hasta aquí hemos visto sobre el tema, la trama, y la caracterización en las novelas de Rand, es decir, hemos visto sobre el “que” de su literatura. Ahora veremos sobre el “como”, es decir, sobre el estilo. El estilo se divide en dos categorías amplias: la selección de contenido y la selección de palabras.

La selección de contenido se refiere a lo que el autor elige comunicar. La selección de palabras es lo que comúnmente se entiende como estilo y consiste en la elección de las palabras y el método de construcción de sus oraciones.

En el estilo, la forma sigue a la función. Mientras el tema, la trama y los caracteres se pueden establecer en una sinopsis, el estilo es la ejecución final y detallada de cada uno de estos, siguiendo un propósito que le da unidad al libro en cada parágrafo y oración. Es la forma o soporte para el contenido. Es el significante para el significado.

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En la siguiente descripción de la naturaleza en “la Rebelión de Atlas”, Rand muestra como combina la denotación con la connotación:

“Ella se sentó al lado de la ventana en el tren, su cabeza hacia atrás, sin moverse, deseando nunca tener que moverse otra vez.

Los postes de telégrafo pasaban acelerados por delante de la ventana, pero el tren parecía perdido en un vacío, entre un trecho de pradera marrón y una sólida extensión de oxidadas, entrecanas nubes. El crepúsculo estaba vaciando el cielo sin la herida de la puesta del sol; parecía más como el desvanecer de un cuerpo anémico en el proceso de agotar sus últimas gotas de sangre y luz. El tren iba al poniente, como si él, también, fuese jalado para seguir al hundimiento de los rayos y calladamente desvanecerse de la tierra. Ella estaba sentada quieta, sintiendo ningún deseo de resistirse.”

Aquí Ayn Rand describe un atardecer, visto desde la ventana de un tren. Un atardecer sombrío que refleja el deprimido estado de ánimo de Dagny en ese momento. Da al lector información precisa del panorama por medio de aquellos detalles que transmiten su esencia, y transmite el ambiente y humor por el tipo de palabras y metáforas que elige. Por ejemplo, en la frase “una sólida extensión de oxidadas, entrecanas nubes”, la palabra ‘oxidadas’ expresa, no sólo el color, sino algo sombrío, deprimente, desalentador. En la oración siguiente, la palabra ‘crepúsculo’ tiene una connotación de tristeza. Y la mejor parte de la descripción es: “El crepúsculo estaba vaciando el cielo sin la herida de la puesta del sol.” Como la puesta del sol se vería como una herida a través del cielo, la metáfora es apropiada visualmente ayudando al lector a visualizar la imagen de un atardecer, y al decir que el cielo estaba siendo vaciado sin la herida de la puesta del sol, expresa, por medio de una negación, la descripción exacta y el ambiente. La metáfora continua con “parecía más como el desvanecer de un cuerpo anémico en el proceso de agotar sus últimas gotas de sangre y luz,” y donde dice ‘y luz’, trae la metáfora de regreso a la realidad concreta de la puesta del sol y la tarde.

Comentando ese párrafo, Rand hizo la observación, durante un curso informal que impartió sobre cómo escribir, y de donde se derivan sus libros “El Manifiesto Romántico” y “El Arte de la ficción”, de que si lo hubiera escrito: “Era una tarde y ella se sentó al lado de la ventana del tren. El crepúsculo estaba vaciando el cielo sin la herida de la puesta del sol”, éste habría sido una abstracción flotante, sin detalles que hagan convincente la frase ‘sin la herida de la puesta del sol’. La metáfora habría sido vaga y confusa, porque dejaría abierta la pregunta: ¿y a donde se fue la puesta del sol? Pero al poner los detalles específicos sobre que hay un trecho de pradera marrón, que el cielo está cubierto de una sólida extensión de nubes, cuyo matiz es de un gris oxidado de manera que uno no puede ver la puesta del sol, hace convincente la frase ‘sin la herida de la puesta del sol’.

La oración que sigue tiene un carácter deprimido y crepuscular. Al decir “El tren iba al poniente”, connota la puesta del sol y el atardecer; “como si él, también, fuese jalado”, connota que no va por su propio poder; “para seguir al hundimiento de los rayos y calladamente desvanecerse de la tierra” connota la destrucción y desesperanza prevaleciente, esa sensación de que tus días están contados, que es el carácter emocional de este capítulo.

Rand pudo haber escrito la misma descripción sin referencia a nadie sentado al lado de la ventana, ya que describió como se ve el lugar y la puesta del sol, como lo habría hecho otro escritor, pero no lo hizo. Debido a la visión metafísica de Rand, ella ve un interés en la naturaleza sólo como material o escenario para el ser humano, y por eso la describe como fondo para el humano y nunca como un fin en sí misma, separada de los personajes que participan en la escena. La descripción de la naturaleza que hace Rand está escrita desde el punto de vista de Dagny, de como ella la ve sentada al lado de la ventana en el tren.

Continuará.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

El método literario de Ayn Rand, 20a parte

Warren Orbaugh
06 de noviembre, 2018

Hasta aquí hemos visto sobre el tema, la trama, y la caracterización en las novelas de Rand, es decir, hemos visto sobre el “que” de su literatura. Ahora veremos sobre el “como”, es decir, sobre el estilo. El estilo se divide en dos categorías amplias: la selección de contenido y la selección de palabras.

La selección de contenido se refiere a lo que el autor elige comunicar. La selección de palabras es lo que comúnmente se entiende como estilo y consiste en la elección de las palabras y el método de construcción de sus oraciones.

En el estilo, la forma sigue a la función. Mientras el tema, la trama y los caracteres se pueden establecer en una sinopsis, el estilo es la ejecución final y detallada de cada uno de estos, siguiendo un propósito que le da unidad al libro en cada parágrafo y oración. Es la forma o soporte para el contenido. Es el significante para el significado.

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En la siguiente descripción de la naturaleza en “la Rebelión de Atlas”, Rand muestra como combina la denotación con la connotación:

“Ella se sentó al lado de la ventana en el tren, su cabeza hacia atrás, sin moverse, deseando nunca tener que moverse otra vez.

Los postes de telégrafo pasaban acelerados por delante de la ventana, pero el tren parecía perdido en un vacío, entre un trecho de pradera marrón y una sólida extensión de oxidadas, entrecanas nubes. El crepúsculo estaba vaciando el cielo sin la herida de la puesta del sol; parecía más como el desvanecer de un cuerpo anémico en el proceso de agotar sus últimas gotas de sangre y luz. El tren iba al poniente, como si él, también, fuese jalado para seguir al hundimiento de los rayos y calladamente desvanecerse de la tierra. Ella estaba sentada quieta, sintiendo ningún deseo de resistirse.”

Aquí Ayn Rand describe un atardecer, visto desde la ventana de un tren. Un atardecer sombrío que refleja el deprimido estado de ánimo de Dagny en ese momento. Da al lector información precisa del panorama por medio de aquellos detalles que transmiten su esencia, y transmite el ambiente y humor por el tipo de palabras y metáforas que elige. Por ejemplo, en la frase “una sólida extensión de oxidadas, entrecanas nubes”, la palabra ‘oxidadas’ expresa, no sólo el color, sino algo sombrío, deprimente, desalentador. En la oración siguiente, la palabra ‘crepúsculo’ tiene una connotación de tristeza. Y la mejor parte de la descripción es: “El crepúsculo estaba vaciando el cielo sin la herida de la puesta del sol.” Como la puesta del sol se vería como una herida a través del cielo, la metáfora es apropiada visualmente ayudando al lector a visualizar la imagen de un atardecer, y al decir que el cielo estaba siendo vaciado sin la herida de la puesta del sol, expresa, por medio de una negación, la descripción exacta y el ambiente. La metáfora continua con “parecía más como el desvanecer de un cuerpo anémico en el proceso de agotar sus últimas gotas de sangre y luz,” y donde dice ‘y luz’, trae la metáfora de regreso a la realidad concreta de la puesta del sol y la tarde.

Comentando ese párrafo, Rand hizo la observación, durante un curso informal que impartió sobre cómo escribir, y de donde se derivan sus libros “El Manifiesto Romántico” y “El Arte de la ficción”, de que si lo hubiera escrito: “Era una tarde y ella se sentó al lado de la ventana del tren. El crepúsculo estaba vaciando el cielo sin la herida de la puesta del sol”, éste habría sido una abstracción flotante, sin detalles que hagan convincente la frase ‘sin la herida de la puesta del sol’. La metáfora habría sido vaga y confusa, porque dejaría abierta la pregunta: ¿y a donde se fue la puesta del sol? Pero al poner los detalles específicos sobre que hay un trecho de pradera marrón, que el cielo está cubierto de una sólida extensión de nubes, cuyo matiz es de un gris oxidado de manera que uno no puede ver la puesta del sol, hace convincente la frase ‘sin la herida de la puesta del sol’.

La oración que sigue tiene un carácter deprimido y crepuscular. Al decir “El tren iba al poniente”, connota la puesta del sol y el atardecer; “como si él, también, fuese jalado”, connota que no va por su propio poder; “para seguir al hundimiento de los rayos y calladamente desvanecerse de la tierra” connota la destrucción y desesperanza prevaleciente, esa sensación de que tus días están contados, que es el carácter emocional de este capítulo.

Rand pudo haber escrito la misma descripción sin referencia a nadie sentado al lado de la ventana, ya que describió como se ve el lugar y la puesta del sol, como lo habría hecho otro escritor, pero no lo hizo. Debido a la visión metafísica de Rand, ella ve un interés en la naturaleza sólo como material o escenario para el ser humano, y por eso la describe como fondo para el humano y nunca como un fin en sí misma, separada de los personajes que participan en la escena. La descripción de la naturaleza que hace Rand está escrita desde el punto de vista de Dagny, de como ella la ve sentada al lado de la ventana en el tren.

Continuará.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo