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San Francisco (Parte 1): Hacer posible lo imposible

Redacción
14 de noviembre, 2018

La semana del 5 de noviembre tuve la oportunidad de conocer San Francisco, California y sus alrededores. Como en mis viajes anteriores, me anima compartir -en texto, imágenes y video- lo que observé y el cómo, muy pronto, podríamos transformar nuestros países en pujantes ciudades, departamentos y municipios. Lo haré en tres entregas, aquí la primera de ellas:

Infraestructura y seguridad

Al llegar el impacto es abismal: el Aeropuerto Internacional de San Francisco como puerta de entrada y carta de presentación pone en evidencia lo precario de nuestros aeropuertos, en especial, el Aeropuerto Internacional La Aurora en Guatemala; el dinamismo, el tamaño y la funcionalidad son otro nivel. ¿Acaso nuestro aeropuerto (y muchos en América Latina), tiene el largo de pistas para el despegue de aviones de gran fuselaje? ¿Acaso nuestros aeropuertos internacionales -y el nuestro en particular- tiene una ubicación segura, un área de espera de pasajeros digna? Estas preguntas, entre muchas otras y por ahora, no se pueden responder y menos dar solución bajo un sistema de gobierno que no se enfoca en lo que por naturaleza le corresponde.

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Seguidamente: las carreteras. ¡Impresionantes! De cinco carriles, de alta velocidad, cero “hoyos”, huecos o baches. En nuestros países predomina la “cultura del bache”, propia de la visión corto-placista y esta a su vez, del sistema social-mercantilista. Bajo un régimen como este no puede emerger la visión de largo plazo porque ello supone predictibilidad, estabilidad y certeza.

Siempre en el ámbito de las obras públicas de calidad, como deben ser, San Francisco tiene una de esas emblemáticas construcciones que solo pudo ser resultado de un sistema de gobierno y economía sino del todo liberal para la época (1933) sí de uno que creía en el comercio. El Golden Gate Bridge, pero también el Bay Bridge (otra obra de arte), son obras donde converge la funcionalidad, la calidad y la belleza artística. “Hacer posible lo imposible” era una de las consignas de aquellos equipos de ingenieros liderados por el señor Strauss. Hoy San Francisco y sus alrededores están conectados y esos puentes no solo sirven para conectar el comercio sino también como fuente de ingresos de miles de turistas que los visitan diariamente.

 ¿Tráfico? Poco. En las carreteras que rodean el centro de San Francisco cuando las noticias anuncian el tráfico en realidad quieren decir que quienes manejamos (yo lo hice durante 3 días) sencillamente bajamos de velocidad: de 120 km/hora a 80 o 60. En las entradas a la ciudad lo hay poco más pero nada que se compare a las caóticas calles de nuestra América Latina. De hecho, a mis hijos les sorprendió que no hubiese policías de tránsito en la ciudad…en un solo lugar y un solo día les vimos “dirigiendo” el tránsito. ¿Acaso que los haya en todo lugar y siempre -como en Guatemala por ejemplo- es sinónimo de “buena gestión”? ¿No será mejor que los haya en menos cantidad, cuando se requieran y solo en puntos críticos? ¡Disculpen las preguntas incómodas! En San Francisco y sus alrededores abundan los medios de transporte (buses convencionales eléctricos, buses halados por cables, metro subterráneo, vehículos, barcos, aviones, motos, bicicletas y hasta monopatines controlados por bluetooth) y las vías de comunicación (calles y avenidas, freeways o vías rápidas, caminos “rurales” y vecinales), están en perfecto estado, bien señalizados y muchos bajo sistema de peaje. ¿Acaso no merecemos lo mismo o algo mejor?

Otro “detalle” de esos que me gusta resaltar es la ausencia de cables aéreos. En este caso los hay (pocos) porque el famoso sistema de Cable-Cars (buses operados con cables) requiere de ellos. Por lo demás, es interesante cómo funcionan estos medios de transporte y la cuasi-dictadura que tiene el peatón sobre cualquier medio de transporte: el peatón se da el lujo de irrespetar las señales de “permitido-cruzar-la-calle” y todo vehículo acepta tal comportamiento, deteniéndose y dándole la vía aún cuando no le corresponde…en lo particular eso me pareció extremo pero claro: la ciudad respira turismo y su funcionalidad se debe a él. Un aspecto que nos llamó la atención es la ausencia de presencia policial en las calles. Sencillamente no se ven policías ni patrullas a menudo. No obstante, la seguridad es perceptible. Todo mundo anda por las calles con sus dispositivos electrónicos a la vista, sus compras y hasta con su equipaje. No obstante, nos dijeron que debíamos tener cuidado, sobre todo en los parqueos públicos.

Mi conclusión: lograr altos niveles de seguridad e infraestructura de alta calidad es un objetivo alcanzable solo cuando existe un Sistema de gobierno que se limita a sus funciones propias; eso hizo Estados Unidos por muchas décadas y aún hoy se disfruta de esos resultados. El sistema federal o descentralizado invita a los Estados a competir y ello dinamiza las economías, crea riqueza y produce calidad en los servicios básicos.

Las 5 Reformas que proponemos para Guatemala y para nuestra América desde el Foro Liberal de América Latina son el camino para alcanzar ese nivel de obras públicas y seguridad. ¿Que si es factible? Claro, lo será en la medida que ciudadanos de gran coraje tienen el valor de intentarlo. ¡Te invito a conocernos aquí: www.ForoLiberalDeAmericaLatina.org y a seguirnos en redes sociales!

__________

Jorge David Chapas es empresario, académico, docente, político liberal clásico y padre homeschooler – @JDChapas

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

San Francisco (Parte 1): Hacer posible lo imposible

Redacción
14 de noviembre, 2018

La semana del 5 de noviembre tuve la oportunidad de conocer San Francisco, California y sus alrededores. Como en mis viajes anteriores, me anima compartir -en texto, imágenes y video- lo que observé y el cómo, muy pronto, podríamos transformar nuestros países en pujantes ciudades, departamentos y municipios. Lo haré en tres entregas, aquí la primera de ellas:

Infraestructura y seguridad

Al llegar el impacto es abismal: el Aeropuerto Internacional de San Francisco como puerta de entrada y carta de presentación pone en evidencia lo precario de nuestros aeropuertos, en especial, el Aeropuerto Internacional La Aurora en Guatemala; el dinamismo, el tamaño y la funcionalidad son otro nivel. ¿Acaso nuestro aeropuerto (y muchos en América Latina), tiene el largo de pistas para el despegue de aviones de gran fuselaje? ¿Acaso nuestros aeropuertos internacionales -y el nuestro en particular- tiene una ubicación segura, un área de espera de pasajeros digna? Estas preguntas, entre muchas otras y por ahora, no se pueden responder y menos dar solución bajo un sistema de gobierno que no se enfoca en lo que por naturaleza le corresponde.

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Siempre en el ámbito de las obras públicas de calidad, como deben ser, San Francisco tiene una de esas emblemáticas construcciones que solo pudo ser resultado de un sistema de gobierno y economía sino del todo liberal para la época (1933) sí de uno que creía en el comercio. El Golden Gate Bridge, pero también el Bay Bridge (otra obra de arte), son obras donde converge la funcionalidad, la calidad y la belleza artística. “Hacer posible lo imposible” era una de las consignas de aquellos equipos de ingenieros liderados por el señor Strauss. Hoy San Francisco y sus alrededores están conectados y esos puentes no solo sirven para conectar el comercio sino también como fuente de ingresos de miles de turistas que los visitan diariamente.

 ¿Tráfico? Poco. En las carreteras que rodean el centro de San Francisco cuando las noticias anuncian el tráfico en realidad quieren decir que quienes manejamos (yo lo hice durante 3 días) sencillamente bajamos de velocidad: de 120 km/hora a 80 o 60. En las entradas a la ciudad lo hay poco más pero nada que se compare a las caóticas calles de nuestra América Latina. De hecho, a mis hijos les sorprendió que no hubiese policías de tránsito en la ciudad…en un solo lugar y un solo día les vimos “dirigiendo” el tránsito. ¿Acaso que los haya en todo lugar y siempre -como en Guatemala por ejemplo- es sinónimo de “buena gestión”? ¿No será mejor que los haya en menos cantidad, cuando se requieran y solo en puntos críticos? ¡Disculpen las preguntas incómodas! En San Francisco y sus alrededores abundan los medios de transporte (buses convencionales eléctricos, buses halados por cables, metro subterráneo, vehículos, barcos, aviones, motos, bicicletas y hasta monopatines controlados por bluetooth) y las vías de comunicación (calles y avenidas, freeways o vías rápidas, caminos “rurales” y vecinales), están en perfecto estado, bien señalizados y muchos bajo sistema de peaje. ¿Acaso no merecemos lo mismo o algo mejor?

Otro “detalle” de esos que me gusta resaltar es la ausencia de cables aéreos. En este caso los hay (pocos) porque el famoso sistema de Cable-Cars (buses operados con cables) requiere de ellos. Por lo demás, es interesante cómo funcionan estos medios de transporte y la cuasi-dictadura que tiene el peatón sobre cualquier medio de transporte: el peatón se da el lujo de irrespetar las señales de “permitido-cruzar-la-calle” y todo vehículo acepta tal comportamiento, deteniéndose y dándole la vía aún cuando no le corresponde…en lo particular eso me pareció extremo pero claro: la ciudad respira turismo y su funcionalidad se debe a él. Un aspecto que nos llamó la atención es la ausencia de presencia policial en las calles. Sencillamente no se ven policías ni patrullas a menudo. No obstante, la seguridad es perceptible. Todo mundo anda por las calles con sus dispositivos electrónicos a la vista, sus compras y hasta con su equipaje. No obstante, nos dijeron que debíamos tener cuidado, sobre todo en los parqueos públicos.

Mi conclusión: lograr altos niveles de seguridad e infraestructura de alta calidad es un objetivo alcanzable solo cuando existe un Sistema de gobierno que se limita a sus funciones propias; eso hizo Estados Unidos por muchas décadas y aún hoy se disfruta de esos resultados. El sistema federal o descentralizado invita a los Estados a competir y ello dinamiza las economías, crea riqueza y produce calidad en los servicios básicos.

Las 5 Reformas que proponemos para Guatemala y para nuestra América desde el Foro Liberal de América Latina son el camino para alcanzar ese nivel de obras públicas y seguridad. ¿Que si es factible? Claro, lo será en la medida que ciudadanos de gran coraje tienen el valor de intentarlo. ¡Te invito a conocernos aquí: www.ForoLiberalDeAmericaLatina.org y a seguirnos en redes sociales!

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Jorge David Chapas es empresario, académico, docente, político liberal clásico y padre homeschooler – @JDChapas

República es ajena a la opinión expresada en este artículo