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El día de la no violencia contra la mujer

Antonio Melgar
27 de noviembre, 2018

Urge una sociedad más inclusiva

Recientemente se conmemoró el día de la No Violencia contra la Mujer y es precisamente ahora que surge diversidad de situaciones que urgen de solucionar sobre ese flagelo que se enraízo en el machismo y la desigualdad en contra de la mujer.

Por eso es que al hablar de esta fecha tan importante, por obligación se tiene que mencionar y hacer reflexión sobre lo que como sociedad estamos trabajando desde los diferentes frentes entre academia y política, pues es necesario hacer ese recuento de cómo se avanza para luchar contra  este grave problema que afecta a nuestra población.

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Las manifestaciones de violencia contra la mujer se pueden considerar  desde el aspecto físico, psicológico, sexual y económico, dando pie a generar condiciones verdaderamente lamentables para un país que pretende salir de situaciones sociales que históricamente han mantenido una desigualdad palpable desde varias esferas.

El llamado es que esta problemática no resulta en solo las instituciones públicas que claro tienen mucho  que trabajar en este tema para establecer lineamientos que den por finalizada estas relaciones desiguales y que fomenten desde sus diferentes instancias culturas de respeto, equidad e igualdad.

Las familias y el comportamiento inicial de los niños y niñas también deben establecer parámetros claros de actuación, es por eso que fomentar las condiciones para establecer una cultura de igual y equidad significa también una labor desde la familia y la educación pues es una necesidad de empezar a inculcar y cambiar de rostro en Guatemala la realidad de la violencia contra la mujer.

La realidad es que este flagelo no está disminuyendo y creo que la sociedad guatemalteca debe crear una constante de soluciones para que este mal no se convierta en una condición irreversible de mecanismos.

Este 25 de noviembre en el que vemos condiciones que preocupan sobre la violencia de género, es lamentable decir que las condiciones arraigadas siguen y se manifiestan en la violencia que a mi parecer en ningún caso representan una respuesta civilizada a las diferencias que puedan provocar condiciones de igual y equidad.

Ser optimista es una de mis pretensiones y por lo tanto, espero que podamos desarrollar una sociedad que se vincule a las condiciones de respeto, en donde como sociedad demos un paso al frente y rechacemos todas las formas de violencia que se puedan dar.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

El día de la no violencia contra la mujer

Antonio Melgar
27 de noviembre, 2018

Urge una sociedad más inclusiva

Recientemente se conmemoró el día de la No Violencia contra la Mujer y es precisamente ahora que surge diversidad de situaciones que urgen de solucionar sobre ese flagelo que se enraízo en el machismo y la desigualdad en contra de la mujer.

Por eso es que al hablar de esta fecha tan importante, por obligación se tiene que mencionar y hacer reflexión sobre lo que como sociedad estamos trabajando desde los diferentes frentes entre academia y política, pues es necesario hacer ese recuento de cómo se avanza para luchar contra  este grave problema que afecta a nuestra población.

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Las manifestaciones de violencia contra la mujer se pueden considerar  desde el aspecto físico, psicológico, sexual y económico, dando pie a generar condiciones verdaderamente lamentables para un país que pretende salir de situaciones sociales que históricamente han mantenido una desigualdad palpable desde varias esferas.

El llamado es que esta problemática no resulta en solo las instituciones públicas que claro tienen mucho  que trabajar en este tema para establecer lineamientos que den por finalizada estas relaciones desiguales y que fomenten desde sus diferentes instancias culturas de respeto, equidad e igualdad.

Las familias y el comportamiento inicial de los niños y niñas también deben establecer parámetros claros de actuación, es por eso que fomentar las condiciones para establecer una cultura de igual y equidad significa también una labor desde la familia y la educación pues es una necesidad de empezar a inculcar y cambiar de rostro en Guatemala la realidad de la violencia contra la mujer.

La realidad es que este flagelo no está disminuyendo y creo que la sociedad guatemalteca debe crear una constante de soluciones para que este mal no se convierta en una condición irreversible de mecanismos.

Este 25 de noviembre en el que vemos condiciones que preocupan sobre la violencia de género, es lamentable decir que las condiciones arraigadas siguen y se manifiestan en la violencia que a mi parecer en ningún caso representan una respuesta civilizada a las diferencias que puedan provocar condiciones de igual y equidad.

Ser optimista es una de mis pretensiones y por lo tanto, espero que podamos desarrollar una sociedad que se vincule a las condiciones de respeto, en donde como sociedad demos un paso al frente y rechacemos todas las formas de violencia que se puedan dar.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo