Los partidos políticos tienen la decisión de incluir o dejar fuera a las mujeres de sus listas de candidatos a cargos de elección popular.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), intentó que el Congreso agregara la obligatoriedad de postular a mujeres en la misma cantidad que a los hombres.
Sin embargo, las propuestas fueron rechazadas por le Legislativo luego de varios intentos del TSE por reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP).
La alternancia se refiere a la posibilidad pacífica de permitir la participación de hombres y mujeres, que junto a la paridad permiten la igualdad de espacios para selección popular.
El presidente del TSE, Mario Aguilar Elizardi, dijo que el sistema no mejorará y considera que no habrá “mucha” participación con alternancia.
Elizardi señaló que hay una brecha entre la diferencia que constitucionalmente establece la igualdad entre hombre y mujer, y la relación de participación que se dará.
Intento fallido
El primer intento del TSE fue durante la discusión y aprobación de la primera generación de reformas a la LEPP del 2016.
Los diputados dejaron fuera la propuesta planteada por los magistrados, donde se establecía la obligatoriedad de postular a la misma cantidad de hombres y mujeres a cargos públicos.
Para la segunda generación de reformas a la LEPP, que aún no ha sido aprobada por el Congreso, el TSE insistió en incluir la paridad y alternancia.
En la Comisión de Asuntos Electorales fue rechazado el planteamiento del Tribunal, y ni siquiera llegó a la Corte de Constitucionalidad a consulta.
El TSE había pedido establecer la paridad en la participación de mujeres y pueblos indígenas en los listados de candidatos a diputados y las corporaciones municipales.
También incluía garantizar que la participación de dichos listados se haga en forma escalonada de manera que se garantice la posibilidad de que los miembros de pueblos indígenas y mujeres participen con posibilidades reales de obtener los puestos.
Otro punto era que los mismos criterios se utilizaran al momento de elegir los órganos de dirección partidaria.
Que tengan voz
“Se proponía alternancia, hombre, mujer, hombre mujer”, explicó Elizardi, quien “tiene esperanza” en que las agrupaciones propongan a más mujeres para que participen en el proceso electoral.
“Pero que sea en puesto de decisión donde ellas puedan alcanzar un cargo público de decisión”, manifestó.
Hasta ahora han sido proclamadas ocho mujeres como candidatas a la Presidencia y Vicepresidencia del país.
Entre ellas está Betty Marroquín con FCN-Nación, Blanca Alfaro, por Prosperidad Ciudadana, Blanca Estela Colop, por URNG-Maíz, y Claudia Mariana Valiente, de Convergencia.
Además, Liliana Isabel Hernández, por el partido Winaq, Sandra Torres con la UNE, Yara Argueta con el partido Creo y Zury Ríos con partido Valor.
La región
En Latinoamérica la participación de mujeres en la política es del 52 por ciento de los integrantes de los partidos, y solo un 12 por ciento llega a ocupar un puesto principal, según la base de datos de Género y Partidos Políticos en América Latina (GEPPAL).
En la región, sólo Guatemala, Cuba y Venezuela no tienen cuotas para espacios a mujeres, en el resto de países es obligatorio un 30 por ciento.
Los partidos políticos tienen la decisión de incluir o dejar fuera a las mujeres de sus listas de candidatos a cargos de elección popular.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), intentó que el Congreso agregara la obligatoriedad de postular a mujeres en la misma cantidad que a los hombres.
Sin embargo, las propuestas fueron rechazadas por le Legislativo luego de varios intentos del TSE por reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP).
La alternancia se refiere a la posibilidad pacífica de permitir la participación de hombres y mujeres, que junto a la paridad permiten la igualdad de espacios para selección popular.
El presidente del TSE, Mario Aguilar Elizardi, dijo que el sistema no mejorará y considera que no habrá “mucha” participación con alternancia.
Elizardi señaló que hay una brecha entre la diferencia que constitucionalmente establece la igualdad entre hombre y mujer, y la relación de participación que se dará.
Intento fallido
El primer intento del TSE fue durante la discusión y aprobación de la primera generación de reformas a la LEPP del 2016.
Los diputados dejaron fuera la propuesta planteada por los magistrados, donde se establecía la obligatoriedad de postular a la misma cantidad de hombres y mujeres a cargos públicos.
Para la segunda generación de reformas a la LEPP, que aún no ha sido aprobada por el Congreso, el TSE insistió en incluir la paridad y alternancia.
En la Comisión de Asuntos Electorales fue rechazado el planteamiento del Tribunal, y ni siquiera llegó a la Corte de Constitucionalidad a consulta.
El TSE había pedido establecer la paridad en la participación de mujeres y pueblos indígenas en los listados de candidatos a diputados y las corporaciones municipales.
También incluía garantizar que la participación de dichos listados se haga en forma escalonada de manera que se garantice la posibilidad de que los miembros de pueblos indígenas y mujeres participen con posibilidades reales de obtener los puestos.
Otro punto era que los mismos criterios se utilizaran al momento de elegir los órganos de dirección partidaria.
Que tengan voz
“Se proponía alternancia, hombre, mujer, hombre mujer”, explicó Elizardi, quien “tiene esperanza” en que las agrupaciones propongan a más mujeres para que participen en el proceso electoral.
“Pero que sea en puesto de decisión donde ellas puedan alcanzar un cargo público de decisión”, manifestó.
Hasta ahora han sido proclamadas ocho mujeres como candidatas a la Presidencia y Vicepresidencia del país.
Entre ellas está Betty Marroquín con FCN-Nación, Blanca Alfaro, por Prosperidad Ciudadana, Blanca Estela Colop, por URNG-Maíz, y Claudia Mariana Valiente, de Convergencia.
Además, Liliana Isabel Hernández, por el partido Winaq, Sandra Torres con la UNE, Yara Argueta con el partido Creo y Zury Ríos con partido Valor.
La región
En Latinoamérica la participación de mujeres en la política es del 52 por ciento de los integrantes de los partidos, y solo un 12 por ciento llega a ocupar un puesto principal, según la base de datos de Género y Partidos Políticos en América Latina (GEPPAL).
En la región, sólo Guatemala, Cuba y Venezuela no tienen cuotas para espacios a mujeres, en el resto de países es obligatorio un 30 por ciento.