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Crecer endeudado

María Dolores Arias
12 de febrero, 2019

Desde finales del año pasado se hablaba de laurgencia de aprobar, por parte del Congreso, el préstamo de 100 millones dedólares para financiar el programa “Crecer sano”.

Según las “buenas intenciones” de los burócratasen el Ejecutivo el préstamo estaría destinado para combatir la desnutricióncrónica infantil, la muerte materna y de neonatos, vacunación, desparasitación,promoción de buenos hábitos de higiene, control prenatal en siete departamentoscon la población más pobre del país.

Por consiguiente, se necesitaría gastar elpréstamo en puestos de salud, letrinas, equipos de cloración y purificación deagua, así como la contratación de personal, todo esto dentro de la “EstrategiaNacional para la Prevención de la Desnutrición Crónica 2016-2022”.

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Las intenciones de utilizar el dinero delpréstamo para ayudar a los más necesitados es, en apariencia, un buen argumentopara solicitar a los diputados del Congreso que lo aprueben de urgencia ya que“se corre el riesgo” de perder dicho financiamiento.  Sin embargo, no todo es como parece, al menosen política y en especial con el gasto público.

Empecemos con el punto que estos $100millones serían ejecutados por los ministerios de Salud y el de DesarrolloSocial a través del Fondo de Desarrollo Social, FODES, dos ministeriosseñalados por su ineficiencia en la ejecución del gasto y en el caso delMinisterio de Desarrollo Social, señalado de utilizar de manera discrecional losrecursos en programas sociales sin mayor impacto.

Recordemos que en el Ministerio de Salud y elFodes fueron señalados por sospechas de compras sobrevaloradas durante elestado de calamidad por la emergencia del Volcán de Fuego, de sobrevaloraciónen los insumos. Por consiguiente, es muy probable que buena parte de estepréstamo se pierda en procesos ineficientes, despilfarro y corrupción.

También debemos recordemos que el retorno delgasto, es decir, la reducción real de la desnutrición infantil es muy poca ocasi nula. Es decir, mucho de este dinero no llega a los más necesitados comonos hacen creer que sí. El año electoral, y por consiguiente el último delactual gobierno, propicia para que le dinero se utilice con fines electorales opara asegurar un “fondo de retiro”.

Aprobar préstamos para salir de la pobreza noha funcionado y no va a funcionar porque el gobierno no está diseñado paraadministrar eficientemente los recursos, crea un sentido de indefensión eincapacidad en quienes reciben la “ayuda” del gobierno y crea el círculo viciosode la dependencia hacia el gobierno.

Actualmente los jefes de bancada no hanlogrado ponerse de acuerdo para aprobar dicho crédito, esto aunque parezcacruel es lo mejor para todos; porque aunque parezca cruel e inhumano larealidad es que no lo es; ya que evita endeudar a futuras generaciones.

Las buenas intenciones que utilizan comoargumento para aprobar préstamos como estos, no son suficientes; puesto que larealidad de lo que sucede una vez aprobados es que se reparten el botín entrelos allegados al poder, no hay rendición de cuentas y los problemas que dicenresolver continúan con el agravante que además de continuar el problema se leagrega el hecho de estar endeudados.

No se deje engañar que por no aprobar estepréstamo, los culpables de la desnutrición son quienes responsablemente seoponen a aprobar más préstamos.  Crecerendeudado no es ni será la solución de fondo a los problemas.

Si los diputados y demás burócratas realmenteestán preocupados por los más pobres deberían empezar por recortar gastossuperfluos del inflado presupuesto anual, eliminar plazas fantasmas, revisarlos abusivos pactos colectivos, eliminar las trabas a la inversión, garantizarla certeza jurídica y reducir el poder discrecional. Sin embargo de eso no sehabla. 

@Md30

Facebook.com/Mda30

Crecer endeudado

María Dolores Arias
12 de febrero, 2019

Desde finales del año pasado se hablaba de laurgencia de aprobar, por parte del Congreso, el préstamo de 100 millones dedólares para financiar el programa “Crecer sano”.

Según las “buenas intenciones” de los burócratasen el Ejecutivo el préstamo estaría destinado para combatir la desnutricióncrónica infantil, la muerte materna y de neonatos, vacunación, desparasitación,promoción de buenos hábitos de higiene, control prenatal en siete departamentoscon la población más pobre del país.

Por consiguiente, se necesitaría gastar elpréstamo en puestos de salud, letrinas, equipos de cloración y purificación deagua, así como la contratación de personal, todo esto dentro de la “EstrategiaNacional para la Prevención de la Desnutrición Crónica 2016-2022”.

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Las intenciones de utilizar el dinero delpréstamo para ayudar a los más necesitados es, en apariencia, un buen argumentopara solicitar a los diputados del Congreso que lo aprueben de urgencia ya que“se corre el riesgo” de perder dicho financiamiento.  Sin embargo, no todo es como parece, al menosen política y en especial con el gasto público.

Empecemos con el punto que estos $100millones serían ejecutados por los ministerios de Salud y el de DesarrolloSocial a través del Fondo de Desarrollo Social, FODES, dos ministeriosseñalados por su ineficiencia en la ejecución del gasto y en el caso delMinisterio de Desarrollo Social, señalado de utilizar de manera discrecional losrecursos en programas sociales sin mayor impacto.

Recordemos que en el Ministerio de Salud y elFodes fueron señalados por sospechas de compras sobrevaloradas durante elestado de calamidad por la emergencia del Volcán de Fuego, de sobrevaloraciónen los insumos. Por consiguiente, es muy probable que buena parte de estepréstamo se pierda en procesos ineficientes, despilfarro y corrupción.

También debemos recordemos que el retorno delgasto, es decir, la reducción real de la desnutrición infantil es muy poca ocasi nula. Es decir, mucho de este dinero no llega a los más necesitados comonos hacen creer que sí. El año electoral, y por consiguiente el último delactual gobierno, propicia para que le dinero se utilice con fines electorales opara asegurar un “fondo de retiro”.

Aprobar préstamos para salir de la pobreza noha funcionado y no va a funcionar porque el gobierno no está diseñado paraadministrar eficientemente los recursos, crea un sentido de indefensión eincapacidad en quienes reciben la “ayuda” del gobierno y crea el círculo viciosode la dependencia hacia el gobierno.

Actualmente los jefes de bancada no hanlogrado ponerse de acuerdo para aprobar dicho crédito, esto aunque parezcacruel es lo mejor para todos; porque aunque parezca cruel e inhumano larealidad es que no lo es; ya que evita endeudar a futuras generaciones.

Las buenas intenciones que utilizan comoargumento para aprobar préstamos como estos, no son suficientes; puesto que larealidad de lo que sucede una vez aprobados es que se reparten el botín entrelos allegados al poder, no hay rendición de cuentas y los problemas que dicenresolver continúan con el agravante que además de continuar el problema se leagrega el hecho de estar endeudados.

No se deje engañar que por no aprobar estepréstamo, los culpables de la desnutrición son quienes responsablemente seoponen a aprobar más préstamos.  Crecerendeudado no es ni será la solución de fondo a los problemas.

Si los diputados y demás burócratas realmenteestán preocupados por los más pobres deberían empezar por recortar gastossuperfluos del inflado presupuesto anual, eliminar plazas fantasmas, revisarlos abusivos pactos colectivos, eliminar las trabas a la inversión, garantizarla certeza jurídica y reducir el poder discrecional. Sin embargo de eso no sehabla. 

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