Guatemala se ha caracterizado por lograrmantener buenos indicadores a nivel macroeconómico (la tasa de inflación, lastasas de interés y los tipos de cambio). Esta estabilidad macroeconómica, engran medida, se ha logrado gracias a prudentes políticas monetarias, cambiariasy crediticias, que son implementadas por el Banco de Guatemala. Como resultado,nuestro país todavía mantiene una calificación positiva en materia de riesgopaís y, a su vez, todavía no está en una lista de países poco recomendablespara la inversión.
Sin embargo, la situación macroeconómicaestable, como lo señalan los expertos locales y extranjeros, se contrapone conel lento crecimiento económico que ha tenido Guatemala en los últimos años, elcual es un aspecto que hace que el país encuentre muchas dificultades parasacar a la mayoría de la población del subdesarrollo y convertirse en unasociedad próspera.
Ahora bien, que se identifique un escenariogeneral estable, nos lleva a cuestionarnos por qué entonces no se lograalcanzar un ritmo de crecimiento económico satisfactorio. La respuesta, en laque coinciden todas las calificadoras de riesgo, así como las instanciastécnicas internacionales que miden las condiciones para la inversión de losdiferentes estados y los expertos en la materia, es que Guatemala aún necesitatrabajar en los pilares fundamentales que sostienen a cualquier estadofuncional, es decir, sus instituciones más básicas, las que aquí se identificancomo débiles, ineficientes e incluso inoperantes. Esto quiere decir que laimportante estabilidad macroeconómica es insuficiente para impulsar el nivel dedesarrollo económico deseado, pues la debilidad institucional genera un marcoen el que no se encuentran garantizado el Estado de Derecho, que incluye laseguridad y la certeza jurídica, así como la capacidad de que la administraciónpública implemente las políticas públicas necesarias.
Por lo tanto, aunque existan buenasintenciones y entusiasmo por encontrar soluciones rápidas y atajos paraimpulsar la economía del país, estas serán insuficientes para lograr eldesarrollo en Guatemala. Por esto, es pertinente que en este año electoral,todos los guatemaltecos exijamos a nuestros futuros gobernantes y representantesque previo a implementar cualquier solución rápida o proyecto específico,principalmente trabajen, como mínimo, en una agenda que tenga como principalobjetivo fortalecer los pilares fundamentales sobre los que debe sostenersecualquier estado, como los son: el sistema de justicia, el sistema electoral,el sistema de servicio civil y el sistema de control de la calidad del gastopúblico.
En las próximas semanas espero podercompartir algunas reflexiones sobre qué aspectos fundamentales deberíanincluirse en esta serie de reformas y acciones, partiendo de que, sobre todosestos grandes sistemas ya existen mejores prácticas y principios generalesaceptados internacionalmente, que deberían servir de guía para llevar a caboesta urgente reforma en Guatemala.
Guatemala se ha caracterizado por lograrmantener buenos indicadores a nivel macroeconómico (la tasa de inflación, lastasas de interés y los tipos de cambio). Esta estabilidad macroeconómica, engran medida, se ha logrado gracias a prudentes políticas monetarias, cambiariasy crediticias, que son implementadas por el Banco de Guatemala. Como resultado,nuestro país todavía mantiene una calificación positiva en materia de riesgopaís y, a su vez, todavía no está en una lista de países poco recomendablespara la inversión.
Sin embargo, la situación macroeconómicaestable, como lo señalan los expertos locales y extranjeros, se contrapone conel lento crecimiento económico que ha tenido Guatemala en los últimos años, elcual es un aspecto que hace que el país encuentre muchas dificultades parasacar a la mayoría de la población del subdesarrollo y convertirse en unasociedad próspera.
Ahora bien, que se identifique un escenariogeneral estable, nos lleva a cuestionarnos por qué entonces no se lograalcanzar un ritmo de crecimiento económico satisfactorio. La respuesta, en laque coinciden todas las calificadoras de riesgo, así como las instanciastécnicas internacionales que miden las condiciones para la inversión de losdiferentes estados y los expertos en la materia, es que Guatemala aún necesitatrabajar en los pilares fundamentales que sostienen a cualquier estadofuncional, es decir, sus instituciones más básicas, las que aquí se identificancomo débiles, ineficientes e incluso inoperantes. Esto quiere decir que laimportante estabilidad macroeconómica es insuficiente para impulsar el nivel dedesarrollo económico deseado, pues la debilidad institucional genera un marcoen el que no se encuentran garantizado el Estado de Derecho, que incluye laseguridad y la certeza jurídica, así como la capacidad de que la administraciónpública implemente las políticas públicas necesarias.
Por lo tanto, aunque existan buenasintenciones y entusiasmo por encontrar soluciones rápidas y atajos paraimpulsar la economía del país, estas serán insuficientes para lograr eldesarrollo en Guatemala. Por esto, es pertinente que en este año electoral,todos los guatemaltecos exijamos a nuestros futuros gobernantes y representantesque previo a implementar cualquier solución rápida o proyecto específico,principalmente trabajen, como mínimo, en una agenda que tenga como principalobjetivo fortalecer los pilares fundamentales sobre los que debe sostenersecualquier estado, como los son: el sistema de justicia, el sistema electoral,el sistema de servicio civil y el sistema de control de la calidad del gastopúblico.
En las próximas semanas espero podercompartir algunas reflexiones sobre qué aspectos fundamentales deberíanincluirse en esta serie de reformas y acciones, partiendo de que, sobre todosestos grandes sistemas ya existen mejores prácticas y principios generalesaceptados internacionalmente, que deberían servir de guía para llevar a caboesta urgente reforma en Guatemala.