El Liverpool FC esperó 14 años y jugar su segunda final consecutiva de Champions League para ganar su sexta “Orejona”, luego de coronarse en 1977, 1978, 1981, 1984 y 2005. Los “diablos rojos” vencieron a Tottenham 0- 2 en Madrid y son campeones de Europa.
Los Reds se adelantaron en el minuto 2, gracias a Salah y un penalti que quedará en la historia como uno de los goles más rápidos en una final de la competición de clubes europeos más ambicionada.
Con el 0-1, la lentitud se apoderó del balón que se paseaba en el césped, pero había poca claridad. El primer tiempo paso sin grandes acciones y los equipos se fueron al descanso. El Tottenham salió en el segundo tiempo con fuerzas renovadas y las ganas empatar el marcador.
Los “Spurs” empezaban a crear peligro entre líneas, principalmente de Son. El coreano se movió fácil y grácil por la zona de medios de la defensa del Liverpool, y puso a prueba en un par de ocasiones al arquero de los “Reds”, Allison.
Gol de la tranquilidad
En el momento menos pensado, cuando el Tottenham mejor intentaba empatar, Origi pegó un zurdazo en el minuto 86 para encajar el balón en el vértice inferior derecho del guardameta Lloris para poner el 0-2 definitivo del partido.
Origi, el que dio la puntilla al FC Barcelona en semifinales, se encargó de poner la tranquilidad, o, todo lo contrario. Liverpool se sabía campeones. Porque, a falta de cinco minutos más el descuento, los de Jurgen Klopp, ya eran los reyes de Europa.
A pesar de las intentonas del club londinense para acortar distancias, con un Son y un Kane, que lo intentaron de todas las formas posibles, Alisson fue un muro impenetrable. Liverpool tiene ahora seis Champions en su vitrina. La última, la edición, 2019, ganada en el estadio Wanda Metropolitano, en Madrid, España.
El Liverpool FC esperó 14 años y jugar su segunda final consecutiva de Champions League para ganar su sexta “Orejona”, luego de coronarse en 1977, 1978, 1981, 1984 y 2005. Los “diablos rojos” vencieron a Tottenham 0- 2 en Madrid y son campeones de Europa.
Los Reds se adelantaron en el minuto 2, gracias a Salah y un penalti que quedará en la historia como uno de los goles más rápidos en una final de la competición de clubes europeos más ambicionada.
Con el 0-1, la lentitud se apoderó del balón que se paseaba en el césped, pero había poca claridad. El primer tiempo paso sin grandes acciones y los equipos se fueron al descanso. El Tottenham salió en el segundo tiempo con fuerzas renovadas y las ganas empatar el marcador.
Los “Spurs” empezaban a crear peligro entre líneas, principalmente de Son. El coreano se movió fácil y grácil por la zona de medios de la defensa del Liverpool, y puso a prueba en un par de ocasiones al arquero de los “Reds”, Allison.
Gol de la tranquilidad
En el momento menos pensado, cuando el Tottenham mejor intentaba empatar, Origi pegó un zurdazo en el minuto 86 para encajar el balón en el vértice inferior derecho del guardameta Lloris para poner el 0-2 definitivo del partido.
Origi, el que dio la puntilla al FC Barcelona en semifinales, se encargó de poner la tranquilidad, o, todo lo contrario. Liverpool se sabía campeones. Porque, a falta de cinco minutos más el descuento, los de Jurgen Klopp, ya eran los reyes de Europa.
A pesar de las intentonas del club londinense para acortar distancias, con un Son y un Kane, que lo intentaron de todas las formas posibles, Alisson fue un muro impenetrable. Liverpool tiene ahora seis Champions en su vitrina. La última, la edición, 2019, ganada en el estadio Wanda Metropolitano, en Madrid, España.