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Un nuevo gobierno

Carolina Castellanos
20 de septiembre, 2019

El principal deber de un gobierno es proteger a las personas, no manejar sus vidas.

Ronald Reagan

Importantes palabras de un gran estadista, como lo fue Ronald Reagan. Él gobernó pensando en el futuro de Estados Unidos y no en las  próximas elecciones.. Quisiéramos tener a un Presidente en Guatemala que gobernara así. No sé si Alejandro Giammattei lo hará. Empezaríamos a planificar para veinte años y no solo para cuatro. 

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Cada cambio de gobierno significa tirar por la borda prácticamente todo lo que hizo el anterior, sea porque estuvo mal hecho de acuerdo al criterio del nuevo funcionario, sea simplemente porque el otro lo hizo o porque cree tener mejores ideas. De  cualquier forma, es un nuevo comienzo. 

Nuestros gobernantes se pelean el primer puesto de la lista de “el peor de todos”. Creo que la mayoría de nosotros estaría de acuerdo en la necesidad de desechar lo actuado, o componerlo de alguna forma. Sin embargo, para Guatemala, no es suficiente. Sin la visión de largo plazo (veinte años o más), cualquier cambio que se haga será continuar poniendo parches. Mientras tanto, los problemas centenarios, como la pobreza extrema, continuarán. Esta es LA razón por la que el socialismo, verdadero o disfrazado, ha sido, y continuará siendo, una fuerte amenaza. Su retorcida retórica de “rescatar a los pobres,  todos debemos ser iguales y el ataque a los ricos” logra penetrar en aquellos que creen en estas falsas promesas pues ven pasar un gobierno tras otro y nada cambia. 

Hay demasiadas cosas que se tienen que hacer, la mayoría con urgencia. Sin embargo, solo algunas tienen solución en el corto plazo. Por ejemplo, reducir el tamaño del gobierno es prioritario. Regresando a la frase de Ronald Reagan, el gobierno resulta manejando nuestras vidas. Hay excesiva cantidad de trámites, permisos, licencias, registros, etc. a todo nivel y para  cualquier cosa. Un gobierno tras otro tienen una insaciable necesidad de controlar todo. Reducir y hasta eliminar un alto porcentaje de esto facilitaría muchísimo la gestión empresarial, generando así más empleos.

También se reduciría el excesivo gasto de gobierno en cosas que no le competen, para reorientar ese dinero en lo que sí tiene la obligación de hacer. Lo prioritario es un sistema de justicia eficiente, pronta y cumplida y con cobertura nacional; salud de calidad con servicios, medicamentos, médicos y enfermeros bien pagados, hasta en el último rincón del país; Educación con maestros de calidad, bien pagados (sin el nefasto personaje involucrado), con computadoras, escritorios, libros, etc. La lista es interminable. 

Reducir el tamaño del gobierno también contribuye significativamente a disminuir la corrupción. Este fue otro de los “caballos de batalla” de la izquierda, empezando por la prófuga y el non grato. Más allá de esto, es inmensurable lo que le cuesta al país. Se pierden excesivas cantidades de oportunidades para tantos que necesitan tener una vida más digna. 

Hay un factor adicional que ha contribuido significativamente al sub desarrollo, al caos, a la falta de solución de conflictos y problemas a todo nivel: la carencia de un estado de derecho. En corto, implica que cada persona está sujeta a la ley, incluidas las personas que son legisladores, encargados de hacer cumplir la ley y jueces. Pareciera obvio pero no lo es. No hay consecuencias legales para muchos funcionarios que infringen la ley y, cuando las hay, ha sido necesario mover cielo y tierra para lograrlo.  

Vuelvo aquí a mis comentarios sobre el sistema de justicia. El círculo pareciera cerrarse, pero no. Soluciones simples, pequeñas pero constantes, irán resolviendo el problema grande. Cuatro años son insuficientes pero, si se hace con visión de país, las acciones trascenderán el período de gobierno. Solo así tendremos esperanza de salir de este círculo vicioso que se repite cada cuatro años.  Ese círculo se llama “más de lo mismo”. 

Un nuevo gobierno

Carolina Castellanos
20 de septiembre, 2019

El principal deber de un gobierno es proteger a las personas, no manejar sus vidas.

Ronald Reagan

Importantes palabras de un gran estadista, como lo fue Ronald Reagan. Él gobernó pensando en el futuro de Estados Unidos y no en las  próximas elecciones.. Quisiéramos tener a un Presidente en Guatemala que gobernara así. No sé si Alejandro Giammattei lo hará. Empezaríamos a planificar para veinte años y no solo para cuatro. 

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Cada cambio de gobierno significa tirar por la borda prácticamente todo lo que hizo el anterior, sea porque estuvo mal hecho de acuerdo al criterio del nuevo funcionario, sea simplemente porque el otro lo hizo o porque cree tener mejores ideas. De  cualquier forma, es un nuevo comienzo. 

Nuestros gobernantes se pelean el primer puesto de la lista de “el peor de todos”. Creo que la mayoría de nosotros estaría de acuerdo en la necesidad de desechar lo actuado, o componerlo de alguna forma. Sin embargo, para Guatemala, no es suficiente. Sin la visión de largo plazo (veinte años o más), cualquier cambio que se haga será continuar poniendo parches. Mientras tanto, los problemas centenarios, como la pobreza extrema, continuarán. Esta es LA razón por la que el socialismo, verdadero o disfrazado, ha sido, y continuará siendo, una fuerte amenaza. Su retorcida retórica de “rescatar a los pobres,  todos debemos ser iguales y el ataque a los ricos” logra penetrar en aquellos que creen en estas falsas promesas pues ven pasar un gobierno tras otro y nada cambia. 

Hay demasiadas cosas que se tienen que hacer, la mayoría con urgencia. Sin embargo, solo algunas tienen solución en el corto plazo. Por ejemplo, reducir el tamaño del gobierno es prioritario. Regresando a la frase de Ronald Reagan, el gobierno resulta manejando nuestras vidas. Hay excesiva cantidad de trámites, permisos, licencias, registros, etc. a todo nivel y para  cualquier cosa. Un gobierno tras otro tienen una insaciable necesidad de controlar todo. Reducir y hasta eliminar un alto porcentaje de esto facilitaría muchísimo la gestión empresarial, generando así más empleos.

También se reduciría el excesivo gasto de gobierno en cosas que no le competen, para reorientar ese dinero en lo que sí tiene la obligación de hacer. Lo prioritario es un sistema de justicia eficiente, pronta y cumplida y con cobertura nacional; salud de calidad con servicios, medicamentos, médicos y enfermeros bien pagados, hasta en el último rincón del país; Educación con maestros de calidad, bien pagados (sin el nefasto personaje involucrado), con computadoras, escritorios, libros, etc. La lista es interminable. 

Reducir el tamaño del gobierno también contribuye significativamente a disminuir la corrupción. Este fue otro de los “caballos de batalla” de la izquierda, empezando por la prófuga y el non grato. Más allá de esto, es inmensurable lo que le cuesta al país. Se pierden excesivas cantidades de oportunidades para tantos que necesitan tener una vida más digna. 

Hay un factor adicional que ha contribuido significativamente al sub desarrollo, al caos, a la falta de solución de conflictos y problemas a todo nivel: la carencia de un estado de derecho. En corto, implica que cada persona está sujeta a la ley, incluidas las personas que son legisladores, encargados de hacer cumplir la ley y jueces. Pareciera obvio pero no lo es. No hay consecuencias legales para muchos funcionarios que infringen la ley y, cuando las hay, ha sido necesario mover cielo y tierra para lograrlo.  

Vuelvo aquí a mis comentarios sobre el sistema de justicia. El círculo pareciera cerrarse, pero no. Soluciones simples, pequeñas pero constantes, irán resolviendo el problema grande. Cuatro años son insuficientes pero, si se hace con visión de país, las acciones trascenderán el período de gobierno. Solo así tendremos esperanza de salir de este círculo vicioso que se repite cada cuatro años.  Ese círculo se llama “más de lo mismo”.