La decisión de los diputados de engavetar el proyecto de la Autopista Escuintla-Puerto Quetzal no fue una casualidad.
Existió un contubernio entre contratistas, diputados y el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), para anular el proyecto, según fuentes que conocen de cerca lo sucedido.
Además, todo apunta a que hubo dinero de por medio para que los 50 legisladores no apoyaran el proyecto cuya inversión se estima en US$80 millones.
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Cacif analiza “anomalías” en improbación de iniciativa de Autopista
El acuerdo
No solo el dinero frenó el proyecto. Se habla del acuerdo entre dos contratistas, diputados y autoridades del Ministerio de Comunicaciones.
Habrían acordado que la rehabilitación del tramo se declare de urgencia nacional para que no haya una licitación pública. De esta manera la obra quedaría en manos de dos constructoras.
Las imágenes de lo sucedido en el Legislativo dejan varias interrogantes y llevan a confirmar el contubernio para desechar el proyecto de 41 kilómetros.
Poco interés en la discusión
La sesión plenaria del martes incluía la aprobación en tercera lectura y redacción final.
Todo transcurría con normalidad. Estuardo Galdámez, secretario del Legislativo, leía el proyecto hasta que el diputado Oliverio García Rodas pidió revisar asistencia.
Hizo ver que solo había unos 75 diputados aunque el tablero marcaba 82.
Advirtió que hacer la votación era irresponsable y que el proyecto se perdería. Pero su advertencia fue ignorada.
La diputada Flor de María Chajón, quien en ese momento dirigía la sesión, no verificó y Galdámez siguió la lectura.
Al final solo se lograron 32 votos y con ello el proyecto fue sepultado.
¿Hubo dinero?
En pasillos parlamentarios se asegura que dos diputados oficialistas se encargaron de repartir dinero para que la obra, que sería ejecutada bajo la modalidad de alianza público-privada, fuera desechada.
Solo obtuvo 32 votos de los 80 que necesitaba. Ese número fue suficiente para que la iniciativa que planteaba la construcción de una autopista quedara en el olvido.
De esta manera la obra se perdió y para que pueda recuperarse se necesitará una nueva iniciativa de ley.
La decisión de los diputados de engavetar el proyecto de la Autopista Escuintla-Puerto Quetzal no fue una casualidad.
Existió un contubernio entre contratistas, diputados y el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), para anular el proyecto, según fuentes que conocen de cerca lo sucedido.
Además, todo apunta a que hubo dinero de por medio para que los 50 legisladores no apoyaran el proyecto cuya inversión se estima en US$80 millones.
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El acuerdo
No solo el dinero frenó el proyecto. Se habla del acuerdo entre dos contratistas, diputados y autoridades del Ministerio de Comunicaciones.
Habrían acordado que la rehabilitación del tramo se declare de urgencia nacional para que no haya una licitación pública. De esta manera la obra quedaría en manos de dos constructoras.
Las imágenes de lo sucedido en el Legislativo dejan varias interrogantes y llevan a confirmar el contubernio para desechar el proyecto de 41 kilómetros.
Poco interés en la discusión
La sesión plenaria del martes incluía la aprobación en tercera lectura y redacción final.
Todo transcurría con normalidad. Estuardo Galdámez, secretario del Legislativo, leía el proyecto hasta que el diputado Oliverio García Rodas pidió revisar asistencia.
Hizo ver que solo había unos 75 diputados aunque el tablero marcaba 82.
Advirtió que hacer la votación era irresponsable y que el proyecto se perdería. Pero su advertencia fue ignorada.
La diputada Flor de María Chajón, quien en ese momento dirigía la sesión, no verificó y Galdámez siguió la lectura.
Al final solo se lograron 32 votos y con ello el proyecto fue sepultado.
¿Hubo dinero?
En pasillos parlamentarios se asegura que dos diputados oficialistas se encargaron de repartir dinero para que la obra, que sería ejecutada bajo la modalidad de alianza público-privada, fuera desechada.
Solo obtuvo 32 votos de los 80 que necesitaba. Ese número fue suficiente para que la iniciativa que planteaba la construcción de una autopista quedara en el olvido.
De esta manera la obra se perdió y para que pueda recuperarse se necesitará una nueva iniciativa de ley.