Siempre he abordado el tema de la desigualdad y creo que todos la hemos visto en más de una ocasión ya sea en nuestro círculo familiar e incluso en otras personas, así que no está demas recordar a los jóvenes que salen ahora de sus estudios de nivel diversificado, porque son ellos los que no logran encontrar oportunidades de empleo y no ven oportunidades para salir adelante. 

Es evidente que estamos ante una sociedad que no parece encontrar la solución de nuestros problemas, y es que preocupa la condición de nuestros jóvenes quienes con esfuerzo y dedicación están ilusionados en salir adelante en un país que parece negarse a abrirles oportunidades. 

Son casi 160 mil estudiantes que salen del nivel medio, una cantidad tan elevada de estudiantes que pretenden una oportunidad laboral, con el afán de apoyar a sus  familias a alcanzar un mejor futuro y con esto establecer las bases para el desarrollo sustancial de los guatemaltecos.

Pero es evidente que no se han desarrollado tantos puestos de trabajo y con esto el desempleo es latente y mal  remunerado, así quela pregunta obligatoria sería ¿cuál puede ser el destino de estos jóvenes que no encuentran un empleo?

La respuesta es incierta en un modelo que al parecer siempre dejara afuera a los más necesitados y dando ventaja a los que si tienen una condición superior para poder desarrollarse en el contexto de una sociedad que Francisco I, ha llamado como “del descarte”, en la que se deja fuera a quienes no se acoplan a las condiciones de vida de los más privilegiados.

La problemática es tan grave que hablamos del futuro incierto de jóvenes que necesitan empezar a acumular experiencia para poder optar a mejores oportunidades de trabajo y sin este primer paso no se puede hablar de desarrollo en el ámbito de experiencia que se requiere para obtener mejor posiciones laborales.

Esta problemática cobra vigencia sobretodo  en estas fechas donde la alegría de las graduaciones y la algarabía familiar se da por que se están dando pasos en la superación personal de aquellos que se gradúan, pero para muchos el futuro es incierto. 

Llevamos una desventaja para el futuro, con nuestra juventud que al no encontrar una fuente estable de empleo sin lugar a dudas pasara a formar parte de la economía informal, y en los casos catastróficos a formar parte de la delincuencia organizada como una única salida y un camino  fácil para tomar.

O porque no recordar que muchos de ellos optan por migrar y se arriesgan a morir en el camino tan peligroso del éxodo guatemalteco. 

Guatemala merece tener oportunidades de trabajo y empleo, ya que sin duda tenemos gente que trabaja de sol a sol, y que desde temprano se dispone a hacer lo mejor para su familia y son ellos quienes piden a gritos oportunidades para salir adelante, son ellos los que necesitan salir a demostrar todas sus capacidades.

Sin importar las condiciones sociales en las que nos encontremos necesitamos establecer líneas de acción para pensar en oportunidades para el futuro de Guatemala, que son sus jóvenes, es urgente que se implementen estrategias claras para fomentar la inversión y con esto tener más fuentes de trabajo dignas.