Supongo que si en la empresa le piden autorice firmar cheques en blanco o le piden que usted firme los cheques en blanco, seguramente se negaría por la responsabilidad y consecuencias que esto conlleva. Ahora bien, si le piden que autorice gastos sin un respaldo real, tampoco lo autorizaría porque al igual que en el caso anterior implica asumir la responsabilidad de un posible fraude.
Sin embargo, esto no es lo que sucede en muchos casos en la administración gubernamental. Por ejemplo, el caso del pago de planillas del Estado es representativo de estos cheques o transferencias en blanco. El número de personas que laboran para el Estado es incierto, no así, el incremento que año con año se presupuesta para el pago de funcionamiento que incluye las planillas.
Los resultados preliminares del Censo Nacional del Recurso Humano, CNRH, el cual se realizó con una donación de la Unión Europea, que elaboró el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, acompañado por el Ministerio de Economía, Mineco, poco ayudan a esclarecer la información relacionada al número de burócratas.
Si recordamos que este fue uno de los principales ofrecimientos del gobierno de Jimmy Morales, entonces ¿por qué no dedicarle recursos en lugar de sólo una donación? ¿por qué no hacer el esfuerzo interinstitucional? ¿por qué no darle la seriedad del caso y solicitar la colaboración a los demás poderes del Estado para realizarlo? Es decir, que no fuera voluntario sino obligatorio.
La presentación de los resultados preliminares del censo que se ofreció desde 2016, se elaboró entre 2017 y 2018, deja una impresión de resultados pobres, poco concluyentes pero acordes al objetivo planteado: recabar datos con fines estadísticos y, de paso, alimentar el sistema informático de administración de recursos humanos, así como Guatenóminas.
Podríamos deducir entonces que el ofrecimiento del presidente Morales de hacer el censo nunca fue un tema anticorrupción. Tampoco lo fue establecer si existían plazas fantasmas, llevar un control de la plantilla laboral que pagan los tributarios y mucho menos transparentar el gasto en este rubro.
Da la impresión de que sólo lo hicieron para salir del paso, mostrar algo “preliminar” y decir que se “cumplió” con el ofrecimiento. Me queda la duda si nos beneficia tener esta información a medias y que de ésta se tomen decisiones públicas; o es mejor carecer de esta información.
Este censo fue tan sólo un mero ejercicio estadístico, como lo indicaron en su momento los representantes del INE, un ejercicio que al menos no pagamos en su totalidad los tributarios en Guatemala. Fue un despilfarro de recursos que pudieron ser aprovechados en un esfuerzo serio para la fiscalización del gasto en planillas estatales.
Si de verdad le quiere entrar el presidente electo Giammattei, ya que el actual demostró que no le importa, deberá empezar con un trabajo serio, profundo y técnico en la elaboración de las bases de datos, deberá empezar por el Ejecutivo haciendo cruces de información con Guatenóminas, Ministerio de Finanzas, IGSS y demás entidades públicas a cargo del Estado para consolidar la información y después, sólo entonces, validarla con el trabajo de campo.
Deberá hacer pública esta información, para que los ciudadanos y tributarios lo apoyemos en este esfuerzo exigiendo a las municipalidades, Legislativo, Judicial, entidades autónomas, descentralizadas y todas aquellas que tengan personal pagado con los impuestos, sean incluidos en esta base de datos.
Mientras no sepamos con certeza la información sobre el personal pagado con los impuestos, los tributarios seguiremos pagando cheques en blanco.
@Md30
Facebook.com/Mda30
Supongo que si en la empresa le piden autorice firmar cheques en blanco o le piden que usted firme los cheques en blanco, seguramente se negaría por la responsabilidad y consecuencias que esto conlleva. Ahora bien, si le piden que autorice gastos sin un respaldo real, tampoco lo autorizaría porque al igual que en el caso anterior implica asumir la responsabilidad de un posible fraude.
Sin embargo, esto no es lo que sucede en muchos casos en la administración gubernamental. Por ejemplo, el caso del pago de planillas del Estado es representativo de estos cheques o transferencias en blanco. El número de personas que laboran para el Estado es incierto, no así, el incremento que año con año se presupuesta para el pago de funcionamiento que incluye las planillas.
Los resultados preliminares del Censo Nacional del Recurso Humano, CNRH, el cual se realizó con una donación de la Unión Europea, que elaboró el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, acompañado por el Ministerio de Economía, Mineco, poco ayudan a esclarecer la información relacionada al número de burócratas.
Si recordamos que este fue uno de los principales ofrecimientos del gobierno de Jimmy Morales, entonces ¿por qué no dedicarle recursos en lugar de sólo una donación? ¿por qué no hacer el esfuerzo interinstitucional? ¿por qué no darle la seriedad del caso y solicitar la colaboración a los demás poderes del Estado para realizarlo? Es decir, que no fuera voluntario sino obligatorio.
La presentación de los resultados preliminares del censo que se ofreció desde 2016, se elaboró entre 2017 y 2018, deja una impresión de resultados pobres, poco concluyentes pero acordes al objetivo planteado: recabar datos con fines estadísticos y, de paso, alimentar el sistema informático de administración de recursos humanos, así como Guatenóminas.
Podríamos deducir entonces que el ofrecimiento del presidente Morales de hacer el censo nunca fue un tema anticorrupción. Tampoco lo fue establecer si existían plazas fantasmas, llevar un control de la plantilla laboral que pagan los tributarios y mucho menos transparentar el gasto en este rubro.
Da la impresión de que sólo lo hicieron para salir del paso, mostrar algo “preliminar” y decir que se “cumplió” con el ofrecimiento. Me queda la duda si nos beneficia tener esta información a medias y que de ésta se tomen decisiones públicas; o es mejor carecer de esta información.
Este censo fue tan sólo un mero ejercicio estadístico, como lo indicaron en su momento los representantes del INE, un ejercicio que al menos no pagamos en su totalidad los tributarios en Guatemala. Fue un despilfarro de recursos que pudieron ser aprovechados en un esfuerzo serio para la fiscalización del gasto en planillas estatales.
Si de verdad le quiere entrar el presidente electo Giammattei, ya que el actual demostró que no le importa, deberá empezar con un trabajo serio, profundo y técnico en la elaboración de las bases de datos, deberá empezar por el Ejecutivo haciendo cruces de información con Guatenóminas, Ministerio de Finanzas, IGSS y demás entidades públicas a cargo del Estado para consolidar la información y después, sólo entonces, validarla con el trabajo de campo.
Deberá hacer pública esta información, para que los ciudadanos y tributarios lo apoyemos en este esfuerzo exigiendo a las municipalidades, Legislativo, Judicial, entidades autónomas, descentralizadas y todas aquellas que tengan personal pagado con los impuestos, sean incluidos en esta base de datos.
Mientras no sepamos con certeza la información sobre el personal pagado con los impuestos, los tributarios seguiremos pagando cheques en blanco.
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