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¿Quién es Allan Rodríguez, el presidente del Congreso?

Ana González
08 de febrero, 2020

A finales de los años 90 Allan Estuardo Rodríguez Reyes estudiaba ingeniería mecánica eléctrica en la Universidad de San Carlos (Usac). Al igual que muchos estudiantes se sintió atraído por la Huelga de Dolores.

“Quise vivir esa experiencia”. Asegura que se subió a los buses para dar un mensaje y en varias ocasiones se ganó el aplauso de los pasajeros.

Sin embargo, un accidente donde una niña perdió un ojo lo hizo cambiar de opinión con respecto a la huelga. “Se ha desvirtuado”, dice al recordar que unos estudiantes lanzaron una piedra a un bus que pegó justo en el rostro de la pequeña.

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Ya no quiso participar. También le dijo adiós a la Usac y se inscribió en la Universidad Mariano Gálvez para estudiar ingeniería industrial, aún no ha logrado graduarse.

Esta fue una de las anécdotas que Rodríguez, de 38 años, compartió en su oficina luego de insistir por una entrevista para conocer detalles de su vida profesional y política.

El jueves 6 de febrero, al concluir la sesión plenaria, accedió a hablar con RepúblicaGT.

Su tono siempre fue amable, pero no deja dudas sobre las reservas que tiene con la prensa.

“El Congreso siempre ha sido la piñata”, dice. Los medios solo buscan la polémica para vender y los ha convertido en la “farándula”, agrega.

No suele negarse a brindar declaraciones cuando los reporteros lo abordan en los pasillos, pero obtener una entrevista exclusiva no es fácil. Esta es la primera vez que abre las puertas de su oficina a un medio de comunicación.

Su asesor y el equipo de Comunicación Social siguen de cerca cada palabra. Graban sus declaraciones. Se cuidan en caso sea necesario refutar cualquier declaración.

Su llegada al Congreso

Rodríguez conoce cómo funciona el Congreso. Fue asesor parlamentario durante el gobierno del Partido Patriota.

La planilla de aquel entonces confirma que asesoraba al ahora exdiputado Fernando García Gudiel, conocido como el Príncipe, quien el año pasado fue designado como representante del Legislativo en la Junta Monetaria, aunque existen dudas de su nombramiento.

Su función era formular iniciativas de ley y buscar acercamientos con la Sociedad Civil. Ganaba Q10 mil bajo el renglón 022. 

En el proceso electoral de 2015, Rodríguez decide que quiere ser diputado y logra encabezar la planilla de la alianza Creo-Unionista por Sololá, pero no gana. 

Decide formar un nuevo partido político. Coincide con Alejandro Giammattei, quien venía de varios intentos fallidos por ser presidente. “Soy de los fundadores del partido Vamos”. Se le pregunta si fue financista, pero evita usar la palabra y explica que fue de los “que aportó para el cafecito y la champurrada”.

Con el partido Vamos logra ganar una de las tres curules por Sololá. Obtiene más de 32 mil votos, ocho mil votos más que la Unidad Nacional de la Esperanza.

Pero Rodríguez no se conformó con la curul. Buscaba más. Quería respeto. Fue testigo de cómo algunos “caciques” miraban a los otros diputados como sus peones. Por eso su ambición lo hizo pensar en la presidencia. 

Antes del 14 cabildeó el apoyo. Incluso le ganó la postulación a Carlos Roberto Calderón, quien se perfilaba como el candidato oficialista, a quien se le consultó para conocer más detalles, pero no quiso responder. Solo dijo que hubo una votación y Rodríguez ganó. 

La Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) denunció dinero. No podían creer que la bancada oficialista, de apenas 17 integrantes, sumara 82 votos. Rodríguez dice que fue su acercamiento con cada diputado lo que lo hizo ganar. 

“Me acerqué a los diputados de distintas bancadas. Todos los diputados tenemos el mismo valor”, asegura.

Su victoria la compartió con varias bancadas que ahora lo acompañan en la Junta Directiva. Entre ellos Felipe Alejos, de TODOS, Luis Rosales, del partido Valor, y Sofía Hernández, de la Unión del Cambio Nacional, agrupación que promovía la candidatura de Mario Estrada, hoy detenido en Estados Unidos por narcotráfico.

“Nací en la ciudad, pero mi corazón está en Sololá”

Su certificado de nacimiento confirma que nació en la capital, específicamente en el Hospital Roosevelt, pero forjó su vínculo con San Lucas Tolimán, donde reside su familia. “Mi corazón es de Sololá”, asegura. 

Sobre si tiene negocios en el lugar, se limita a decir que durante la campaña surgieron varios comentarios que solo buscaban perjudicarlo. No tiene propiedades a su nombre.

Sobre empresas, el Registro Mercantil le reconoce tres, de las cuales dos están vigentes: Blote-K y Concha y Toro Sport Bar. 

El portal de Guatecompras señala que Blote-K le ha vendido al Estado Q413 mil, 714 del 2010 al 2013. La otra compañía no registra ningún contrato con el Estado.

El plan de trabajo de Rodríguez y la ¿reelección?

Rodríguez se propuso cambiar la imagen del Congreso. “Quiero que seamos un referente de transparencia y eficiencia legislativa y no un referente de corrupción”. Su ambición es alta tomando en cuenta que el Congreso es una de las instituciones más criticadas.

Solo esta semana, la indemnización que buscan los exdiputados, se convirtió en tema de discusión en las redes sociales. Y aunque Rodríguez no aprobó esa resolución, sí tiene en sus hombros la decisión de pagar o no. 

Sobre sus planes dice que quiere dar luz verde a todas las iniciativas que brinden certeza jurídica. Economía, educación y salud son temas prioritarios.

Sabiduría y que Dios lo ilumine son dos cosas que pide en cada reunión de jefes de bloque, donde inicia con un minuto de reflexión.

Y aunque solo lleva unas semanas en el cargo, la idea de la reelección no le es ajena. “¿Quién llega a la presidencia y no piensa en la reelección?”, dice.

Pese a ser un diputado nuevo, no dirige las sesiones como un novato, aunque queda por verse si logrará mantener una racha positiva en una legislatura que ya ha empezado a dar mucho de qué hablar. 

¿Quién es Allan Rodríguez, el presidente del Congreso?

Ana González
08 de febrero, 2020

A finales de los años 90 Allan Estuardo Rodríguez Reyes estudiaba ingeniería mecánica eléctrica en la Universidad de San Carlos (Usac). Al igual que muchos estudiantes se sintió atraído por la Huelga de Dolores.

“Quise vivir esa experiencia”. Asegura que se subió a los buses para dar un mensaje y en varias ocasiones se ganó el aplauso de los pasajeros.

Sin embargo, un accidente donde una niña perdió un ojo lo hizo cambiar de opinión con respecto a la huelga. “Se ha desvirtuado”, dice al recordar que unos estudiantes lanzaron una piedra a un bus que pegó justo en el rostro de la pequeña.

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Ya no quiso participar. También le dijo adiós a la Usac y se inscribió en la Universidad Mariano Gálvez para estudiar ingeniería industrial, aún no ha logrado graduarse.

Esta fue una de las anécdotas que Rodríguez, de 38 años, compartió en su oficina luego de insistir por una entrevista para conocer detalles de su vida profesional y política.

El jueves 6 de febrero, al concluir la sesión plenaria, accedió a hablar con RepúblicaGT.

Su tono siempre fue amable, pero no deja dudas sobre las reservas que tiene con la prensa.

“El Congreso siempre ha sido la piñata”, dice. Los medios solo buscan la polémica para vender y los ha convertido en la “farándula”, agrega.

No suele negarse a brindar declaraciones cuando los reporteros lo abordan en los pasillos, pero obtener una entrevista exclusiva no es fácil. Esta es la primera vez que abre las puertas de su oficina a un medio de comunicación.

Su asesor y el equipo de Comunicación Social siguen de cerca cada palabra. Graban sus declaraciones. Se cuidan en caso sea necesario refutar cualquier declaración.

Su llegada al Congreso

Rodríguez conoce cómo funciona el Congreso. Fue asesor parlamentario durante el gobierno del Partido Patriota.

La planilla de aquel entonces confirma que asesoraba al ahora exdiputado Fernando García Gudiel, conocido como el Príncipe, quien el año pasado fue designado como representante del Legislativo en la Junta Monetaria, aunque existen dudas de su nombramiento.

Su función era formular iniciativas de ley y buscar acercamientos con la Sociedad Civil. Ganaba Q10 mil bajo el renglón 022. 

En el proceso electoral de 2015, Rodríguez decide que quiere ser diputado y logra encabezar la planilla de la alianza Creo-Unionista por Sololá, pero no gana. 

Decide formar un nuevo partido político. Coincide con Alejandro Giammattei, quien venía de varios intentos fallidos por ser presidente. “Soy de los fundadores del partido Vamos”. Se le pregunta si fue financista, pero evita usar la palabra y explica que fue de los “que aportó para el cafecito y la champurrada”.

Con el partido Vamos logra ganar una de las tres curules por Sololá. Obtiene más de 32 mil votos, ocho mil votos más que la Unidad Nacional de la Esperanza.

Pero Rodríguez no se conformó con la curul. Buscaba más. Quería respeto. Fue testigo de cómo algunos “caciques” miraban a los otros diputados como sus peones. Por eso su ambición lo hizo pensar en la presidencia. 

Antes del 14 cabildeó el apoyo. Incluso le ganó la postulación a Carlos Roberto Calderón, quien se perfilaba como el candidato oficialista, a quien se le consultó para conocer más detalles, pero no quiso responder. Solo dijo que hubo una votación y Rodríguez ganó. 

La Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) denunció dinero. No podían creer que la bancada oficialista, de apenas 17 integrantes, sumara 82 votos. Rodríguez dice que fue su acercamiento con cada diputado lo que lo hizo ganar. 

“Me acerqué a los diputados de distintas bancadas. Todos los diputados tenemos el mismo valor”, asegura.

Su victoria la compartió con varias bancadas que ahora lo acompañan en la Junta Directiva. Entre ellos Felipe Alejos, de TODOS, Luis Rosales, del partido Valor, y Sofía Hernández, de la Unión del Cambio Nacional, agrupación que promovía la candidatura de Mario Estrada, hoy detenido en Estados Unidos por narcotráfico.

“Nací en la ciudad, pero mi corazón está en Sololá”

Su certificado de nacimiento confirma que nació en la capital, específicamente en el Hospital Roosevelt, pero forjó su vínculo con San Lucas Tolimán, donde reside su familia. “Mi corazón es de Sololá”, asegura. 

Sobre si tiene negocios en el lugar, se limita a decir que durante la campaña surgieron varios comentarios que solo buscaban perjudicarlo. No tiene propiedades a su nombre.

Sobre empresas, el Registro Mercantil le reconoce tres, de las cuales dos están vigentes: Blote-K y Concha y Toro Sport Bar. 

El portal de Guatecompras señala que Blote-K le ha vendido al Estado Q413 mil, 714 del 2010 al 2013. La otra compañía no registra ningún contrato con el Estado.

El plan de trabajo de Rodríguez y la ¿reelección?

Rodríguez se propuso cambiar la imagen del Congreso. “Quiero que seamos un referente de transparencia y eficiencia legislativa y no un referente de corrupción”. Su ambición es alta tomando en cuenta que el Congreso es una de las instituciones más criticadas.

Solo esta semana, la indemnización que buscan los exdiputados, se convirtió en tema de discusión en las redes sociales. Y aunque Rodríguez no aprobó esa resolución, sí tiene en sus hombros la decisión de pagar o no. 

Sobre sus planes dice que quiere dar luz verde a todas las iniciativas que brinden certeza jurídica. Economía, educación y salud son temas prioritarios.

Sabiduría y que Dios lo ilumine son dos cosas que pide en cada reunión de jefes de bloque, donde inicia con un minuto de reflexión.

Y aunque solo lleva unas semanas en el cargo, la idea de la reelección no le es ajena. “¿Quién llega a la presidencia y no piensa en la reelección?”, dice.

Pese a ser un diputado nuevo, no dirige las sesiones como un novato, aunque queda por verse si logrará mantener una racha positiva en una legislatura que ya ha empezado a dar mucho de qué hablar.