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Energías renovables pueden impulsar una recuperación post covid-19

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31 de julio, 2020

La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) señala que impulsar una transformación energética, basada en las renovables, es una oportunidad para cumplir con los objetivos climáticos internacionales. Al mismo tiempo, se favorece el crecimiento económico, se crean millones de empleos y se mejora el bienestar humano.

Niklas Hagelberg, experto en cambio climático del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), indica que la energía renovable brinda la oportunidad de “reconstruir mejor” (el mundo), crear empleos verdes, facilitar la transición a economías neutras en carbono y proteger de futuras amenazas globales, incluidas las pandemias. 

¿Pueden las energías renovables ser aliadas para la recuperación económica post covid-19? En el panorama actual, incluir en los planes recuperación económica a las energías renovables sirve también para desincentivar el uso de tecnologías ineficientes y contaminantes (combustibles fósiles).

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Las energías renovables son consideradas por expertos como una oportunidad para la recuperación de la economía. Foto: Renace

Palanca post covid-19

La generación de electricidad por medio de fuentes renovables no solo tiene una justificación medioambiental, también tiene un plus económico. La transformación energética puede crear muchos empleos directos e indirectos en energía renovables y eficiencia energética, con efectos en otros sectores económicos, según expertos.  

Francesco La Camera, director general de IRENA, señala que la energía renovable se ha vuelto la fuente más económica de electricidad nueva, posicionándose con un tremendo potencial para estimular la economía global y hacer que las personas vuelvan a trabajar. “La energía que se produce por medios renovables debe convertirse en una de las palancas post covid-19”.

Según el estudio Perspectivas Mundiales de las Energías Renovables de IRENA acelerar la transformación impulsada por la energía renovable en América Latina y el Caribe podría crear más de tres millones de empleos en toda la región para 2050. Además, presentar retornos económicos de entre US$3 y US$8 por cada US$1 invertido en la transformación energética.

La Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y la IRENA coinciden en que las energías renovables sean la plataforma para la recuperación económica de América Latina y el Caribe luego de la pandemia covid-19.

Alberto Levy, especialista líder de Energía del BID a cargo de Guatemala, señala que el servicio eléctrico es fundamental para el desarrollo de la actividad económica de cualquier país. “La continuidad del servicio es necesaria para atender la emergencia sanitaria y proveer alternativas a las limitaciones de movilidad impuestas a los ciudadanos y empresas”.

La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) en su Global Energy Review 2020 reconoce el impacto que ha sufrido en el sector energético las medidas de confinamiento y las restricciones económicas: es la mayor contracción en 70 años.”La reducción en la demanda de energía a nivel mundial en 2020 tendría un impacto siete veces mayor que la crisis de 2008″, señala.

¿Y en Guatemala?

El sector eléctrico en Guatemala no es ajeno a lo anterior. Según Levy, el distanciamiento social provoca una caída significativa por el cierre de industria y negocios. La única excepción a este fenómeno ha sido la demanda residencial. Si bien aumentó, porque gran parte de la población trabajó a distancia (teletrabajo), es inferior a la demanda de otros sectores.

Para entender cuánto ha caído la demanda en los últimos meses, es suficiente con leer un análisis del Administrador del Mercado Mayorista (AMM) en el que señala que la demanda máxima del Sistema Nacional Interconectado (SNI) en junio fue de 1,596.80 MW, ocurrida el 9 de junio a las 19:15 horas.

Efecto del Covid-19 en la demanda diaria de energía en Guatemala. Fuente: BID, con datos del Administrador del Mercado Mayorista (AMM).

Por su parte, la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE) dio a conocer que con medio año transcurrido la menor demanda máxima diaria nacional fue el 31 de mayo (1,328 MW), día en el que se conoció que los casos de covid-19 en Guatemala superaron los 5 mil. Esa demanda fue tan baja que está por debajo del registro del Año Nuevo 2020, con 1,336 MW.

En junio pasado, el consumo de energía fue de 829.18 GWh con una reducción de 5.9% respecto a junio de 2019. El consumo por parte de los Grandes Usuarios disminuyó en 62.1%, al igual que el de los Distribuidores y Comercializadores, con reducciones de 5% y 7.1% respectivamente.

También hubo un menor aporte de generación de la mayoría de los recursos utilizados. El mes cerró con 796.1 GWh y una reducción de 20.89%. Búnker y carbón sufrieron reducciones de 54.2% y 60.9%. La energía solar se redujo de 12.6% y la eólica se incrementó 10.60%. Sin embargo, la energía hidroeléctrica presentó un crecimiento de 39.3% “debido a la entrada del invierno al país”, según la AMM.

Con esto, las hidroeléctricas, se mantienen por segundo mes consecutivo (junio con 61% y mayo con 37%) como la principal fuente de energía en la matriz energética, por encima del carbón, carbón/petcoke, bunker, vapor o biomasa. Desde marzo, la energía hidráulica ha mantenido un promedio de participación cercano al 40% en la matriz energética.

Una salida sostenible de la crisis

El papel de la energía resulta primordial para las economías, pues un crecimiento sólido depende del suministro permanente de energía y con precios competitivos, de acuerdo con los costos de producción de los generadores. La evidencia de los efectos del consumo de energía en el cambio climático impone la necesidad cambios en las formas de generación y consumo energético.

Anayté Guardado, directora ejecutiva de la Asociación de Generadores con Energía Renovable (AGER), señala que las energías renovables son hoy más que nunca la principal vía para la reactivación económica post covid-19, ya que aseguran una salida sostenible a la crisis, por ser un sector clave de crecimiento y una flecha para la recuperación.

“Para Guatemala las energías renovables sin lugar a duda son un importante aliado debido a que la construcción de centrales renovables inyectan fuertes sumas de capital a la economía, tanto a nivel financiero como en el ámbito de fiscal. El trabajo que se genera en las cercanías de las comunidades donde se realizan los proyectos es de suma importancia y valor para la economía guatemalteca, así como las compras que se realizan a proveedores”, indica. 

AGER considera oportuno que las energías renovables tengan mayor participación para el año 2025 y que el 80% de la energía eléctrica producida en el país provenga de fuentes renovables, al mismo tiempo, contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), principalmente al Objetivo 7: “Energía Asequible y No Contaminante”.

“La participación de las energías renovables en la matriz energética nacional ha tenido un crecimiento importante que va encaminado a cumplir con los objetivos de la Política Energética 2013-2027”

Anayté Guardado, directora ejecutiva de la AGER.
Durante el covid-19 las energías renovables han tenido un repunte en la aportación dentro del mix eléctrico mundial.

Inversiones verdes

Las inversiones en capacidad de energía renovable mostraron una gran recuperación en la primera mitad de 2020, ante la conmoción económica sin precedentes causada por el coronavirus, según las últimas cifras de la empresa de investigación BloombergNEF (BNEF).

Angus McCrone, editor jefe de BNEF, dijo que una imagen más clara del impacto de covid-19 en la inversión en energía verde vendrá con las cifras de todo el año 2020. “Las energías renovables se han visto favorecidas por la gran mejora de la competitividad y por el apetito de los inversores por activos que ofrezcan flujos de caja seguros”, indica.

Un reciente informe de Goldman Sachs concluye que el próximo año y, por primera vez en la historia, las inversiones en energía solar y eólica superarán a aquellas realizadas en energía fósil. 

Para la directora ejecutiva de AGER, las energías renovables facilita la transición energética y el cumplimiento de los objetivos de descarbonización, además, “sigue siendo un destino de inversión seguro y rentable a largo plazo”.

Muchos ya hablan de este punto de inflexión como el comienzo de la era de las renovables y esa “columna vertebral” de la que hablaba el director general de IRENA, en un mercado con capacidad para crear 20 millones de puestos de trabajo en todo el mundo. 

El covid-19 ha supuesto un shock en todos los aspectos. Energéticamente hablando, la llamada transición energética de los combustibles fósiles a las renovables se aceleró. Las energías verdes se han revelado como una de las palancas para la recuperación económica y medioambiental en la “nueva normalidad” que nos espera en los próximos meses. 

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Niklas Hagelberg, experto en cambio climático del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), indica que la energía renovable brinda la oportunidad de “reconstruir mejor” (el mundo), crear empleos verdes, facilitar la transición a economías neutras en carbono y proteger de futuras amenazas globales, incluidas las pandemias. 

¿Pueden las energías renovables ser aliadas para la recuperación económica post covid-19? En el panorama actual, incluir en los planes recuperación económica a las energías renovables sirve también para desincentivar el uso de tecnologías ineficientes y contaminantes (combustibles fósiles).

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Las energías renovables son consideradas por expertos como una oportunidad para la recuperación de la economía. Foto: Renace

Palanca post covid-19

La generación de electricidad por medio de fuentes renovables no solo tiene una justificación medioambiental, también tiene un plus económico. La transformación energética puede crear muchos empleos directos e indirectos en energía renovables y eficiencia energética, con efectos en otros sectores económicos, según expertos.  

Francesco La Camera, director general de IRENA, señala que la energía renovable se ha vuelto la fuente más económica de electricidad nueva, posicionándose con un tremendo potencial para estimular la economía global y hacer que las personas vuelvan a trabajar. “La energía que se produce por medios renovables debe convertirse en una de las palancas post covid-19”.

Según el estudio Perspectivas Mundiales de las Energías Renovables de IRENA acelerar la transformación impulsada por la energía renovable en América Latina y el Caribe podría crear más de tres millones de empleos en toda la región para 2050. Además, presentar retornos económicos de entre US$3 y US$8 por cada US$1 invertido en la transformación energética.

La Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y la IRENA coinciden en que las energías renovables sean la plataforma para la recuperación económica de América Latina y el Caribe luego de la pandemia covid-19.

Alberto Levy, especialista líder de Energía del BID a cargo de Guatemala, señala que el servicio eléctrico es fundamental para el desarrollo de la actividad económica de cualquier país. “La continuidad del servicio es necesaria para atender la emergencia sanitaria y proveer alternativas a las limitaciones de movilidad impuestas a los ciudadanos y empresas”.

La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) en su Global Energy Review 2020 reconoce el impacto que ha sufrido en el sector energético las medidas de confinamiento y las restricciones económicas: es la mayor contracción en 70 años.”La reducción en la demanda de energía a nivel mundial en 2020 tendría un impacto siete veces mayor que la crisis de 2008″, señala.

¿Y en Guatemala?

El sector eléctrico en Guatemala no es ajeno a lo anterior. Según Levy, el distanciamiento social provoca una caída significativa por el cierre de industria y negocios. La única excepción a este fenómeno ha sido la demanda residencial. Si bien aumentó, porque gran parte de la población trabajó a distancia (teletrabajo), es inferior a la demanda de otros sectores.

Para entender cuánto ha caído la demanda en los últimos meses, es suficiente con leer un análisis del Administrador del Mercado Mayorista (AMM) en el que señala que la demanda máxima del Sistema Nacional Interconectado (SNI) en junio fue de 1,596.80 MW, ocurrida el 9 de junio a las 19:15 horas.

Efecto del Covid-19 en la demanda diaria de energía en Guatemala. Fuente: BID, con datos del Administrador del Mercado Mayorista (AMM).

Por su parte, la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE) dio a conocer que con medio año transcurrido la menor demanda máxima diaria nacional fue el 31 de mayo (1,328 MW), día en el que se conoció que los casos de covid-19 en Guatemala superaron los 5 mil. Esa demanda fue tan baja que está por debajo del registro del Año Nuevo 2020, con 1,336 MW.

En junio pasado, el consumo de energía fue de 829.18 GWh con una reducción de 5.9% respecto a junio de 2019. El consumo por parte de los Grandes Usuarios disminuyó en 62.1%, al igual que el de los Distribuidores y Comercializadores, con reducciones de 5% y 7.1% respectivamente.

También hubo un menor aporte de generación de la mayoría de los recursos utilizados. El mes cerró con 796.1 GWh y una reducción de 20.89%. Búnker y carbón sufrieron reducciones de 54.2% y 60.9%. La energía solar se redujo de 12.6% y la eólica se incrementó 10.60%. Sin embargo, la energía hidroeléctrica presentó un crecimiento de 39.3% “debido a la entrada del invierno al país”, según la AMM.

Con esto, las hidroeléctricas, se mantienen por segundo mes consecutivo (junio con 61% y mayo con 37%) como la principal fuente de energía en la matriz energética, por encima del carbón, carbón/petcoke, bunker, vapor o biomasa. Desde marzo, la energía hidráulica ha mantenido un promedio de participación cercano al 40% en la matriz energética.

Una salida sostenible de la crisis

El papel de la energía resulta primordial para las economías, pues un crecimiento sólido depende del suministro permanente de energía y con precios competitivos, de acuerdo con los costos de producción de los generadores. La evidencia de los efectos del consumo de energía en el cambio climático impone la necesidad cambios en las formas de generación y consumo energético.

Anayté Guardado, directora ejecutiva de la Asociación de Generadores con Energía Renovable (AGER), señala que las energías renovables son hoy más que nunca la principal vía para la reactivación económica post covid-19, ya que aseguran una salida sostenible a la crisis, por ser un sector clave de crecimiento y una flecha para la recuperación.

“Para Guatemala las energías renovables sin lugar a duda son un importante aliado debido a que la construcción de centrales renovables inyectan fuertes sumas de capital a la economía, tanto a nivel financiero como en el ámbito de fiscal. El trabajo que se genera en las cercanías de las comunidades donde se realizan los proyectos es de suma importancia y valor para la economía guatemalteca, así como las compras que se realizan a proveedores”, indica. 

AGER considera oportuno que las energías renovables tengan mayor participación para el año 2025 y que el 80% de la energía eléctrica producida en el país provenga de fuentes renovables, al mismo tiempo, contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), principalmente al Objetivo 7: “Energía Asequible y No Contaminante”.

“La participación de las energías renovables en la matriz energética nacional ha tenido un crecimiento importante que va encaminado a cumplir con los objetivos de la Política Energética 2013-2027”

Anayté Guardado, directora ejecutiva de la AGER.
Durante el covid-19 las energías renovables han tenido un repunte en la aportación dentro del mix eléctrico mundial.

Inversiones verdes

Las inversiones en capacidad de energía renovable mostraron una gran recuperación en la primera mitad de 2020, ante la conmoción económica sin precedentes causada por el coronavirus, según las últimas cifras de la empresa de investigación BloombergNEF (BNEF).

Angus McCrone, editor jefe de BNEF, dijo que una imagen más clara del impacto de covid-19 en la inversión en energía verde vendrá con las cifras de todo el año 2020. “Las energías renovables se han visto favorecidas por la gran mejora de la competitividad y por el apetito de los inversores por activos que ofrezcan flujos de caja seguros”, indica.

Un reciente informe de Goldman Sachs concluye que el próximo año y, por primera vez en la historia, las inversiones en energía solar y eólica superarán a aquellas realizadas en energía fósil. 

Para la directora ejecutiva de AGER, las energías renovables facilita la transición energética y el cumplimiento de los objetivos de descarbonización, además, “sigue siendo un destino de inversión seguro y rentable a largo plazo”.

Muchos ya hablan de este punto de inflexión como el comienzo de la era de las renovables y esa “columna vertebral” de la que hablaba el director general de IRENA, en un mercado con capacidad para crear 20 millones de puestos de trabajo en todo el mundo. 

El covid-19 ha supuesto un shock en todos los aspectos. Energéticamente hablando, la llamada transición energética de los combustibles fósiles a las renovables se aceleró. Las energías verdes se han revelado como una de las palancas para la recuperación económica y medioambiental en la “nueva normalidad” que nos espera en los próximos meses. 

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