Esta mañana el jugador argentino Leo Messi cumplió con no presentarse a las pruebas PCR que llevaron a cabo los jugadores de la primera plantilla del Barcelona antes del entrenamiento de este lunes, y en el que tampoco estará.
En cambio, Luis Suárez, a quien Ronald Koeman comunicó que no contaba con él, sí acudió a la cita.
Así se abre un capítulo más en el conflicto contractual que tiene el club por su salida. ¿Pero quién tiene la razón?
Hubiese sido contradictorio con su primer burofax que Messi se hubiese presentado a las pruebas PCR ya que sus asesores consideran que su contrato se ha extinguido. En este caso no debe ir a entrenar ni cobrar su salario.
Discrepancias entre el presidente José María Bartomeu y el jugador, que desde el primer momento ha contado con el apoyo incondicional de sus seguidores culés que día si y otro también, se manifiestan ante las puertas del club azulgrana pidiendo la renuncia del directivo.
El martes los abogados del jugador mandaron un burofax al club en el que se expresaba su deseo de irse acogiéndose a la cláusula liberatoria que le permite irse de forma libre al final de cada temporada.
Pero, en el contrato, se especifica el 10 de junio como la fecha límite para que Messi informe de su intención de irse y el burofax se envió el 25 de agosto. La argumentación de la parte del argentino es que esta es una temporada atípica a causa de la pandemia del coronavirus, la cual retrasó el final de curso hasta el 23 de agosto con la celebración de la final de la Liga de Campeones.
El FC Barcelona se agarra a la fecha límite del 10 de junio y le remite a la cláusula de rescisión de 700 millones de euros si quiere marcharse a otro club.
Es un hecho que la temporada ha sido atípica pero el club cuenta con que lo firmado es lo que vale.
Por otro lado, La Liga considera que el contrato se encuentra actualmente vigente y cuenta con una cláusula de rescisión aplicable al supuesto de que Leo Messi decidiera concluirlo unilateral y anticipadamente.
- Te puede interesar leer:
Esta mañana el jugador argentino Leo Messi cumplió con no presentarse a las pruebas PCR que llevaron a cabo los jugadores de la primera plantilla del Barcelona antes del entrenamiento de este lunes, y en el que tampoco estará.
En cambio, Luis Suárez, a quien Ronald Koeman comunicó que no contaba con él, sí acudió a la cita.
Así se abre un capítulo más en el conflicto contractual que tiene el club por su salida. ¿Pero quién tiene la razón?
Hubiese sido contradictorio con su primer burofax que Messi se hubiese presentado a las pruebas PCR ya que sus asesores consideran que su contrato se ha extinguido. En este caso no debe ir a entrenar ni cobrar su salario.
Discrepancias entre el presidente José María Bartomeu y el jugador, que desde el primer momento ha contado con el apoyo incondicional de sus seguidores culés que día si y otro también, se manifiestan ante las puertas del club azulgrana pidiendo la renuncia del directivo.
El martes los abogados del jugador mandaron un burofax al club en el que se expresaba su deseo de irse acogiéndose a la cláusula liberatoria que le permite irse de forma libre al final de cada temporada.
Pero, en el contrato, se especifica el 10 de junio como la fecha límite para que Messi informe de su intención de irse y el burofax se envió el 25 de agosto. La argumentación de la parte del argentino es que esta es una temporada atípica a causa de la pandemia del coronavirus, la cual retrasó el final de curso hasta el 23 de agosto con la celebración de la final de la Liga de Campeones.
El FC Barcelona se agarra a la fecha límite del 10 de junio y le remite a la cláusula de rescisión de 700 millones de euros si quiere marcharse a otro club.
Es un hecho que la temporada ha sido atípica pero el club cuenta con que lo firmado es lo que vale.
Por otro lado, La Liga considera que el contrato se encuentra actualmente vigente y cuenta con una cláusula de rescisión aplicable al supuesto de que Leo Messi decidiera concluirlo unilateral y anticipadamente.
- Te puede interesar leer: