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¿Por qué la privacidad es esencial para una recuperación equitativa?

Edgar Quiñónez
21 de octubre, 2020

Durante los últimos nueve meses, el covid-19 ha interrumpido casi cada aspecto de nuestras vidas, nuestro trabajo y nuestras interacciones sociales a un grado que la mayoría de nosotros nunca hubiéramos imaginado. El daño económico podría tomar años en repararse. En medio de toda esta disrupción, también hemos experimentado una increíble transformación digital.

Foto obtenida de https://pixabay.com/es/ utilizada con fines ilustrativos.

Pasos agigantados

En solo unos meses, hemos adelantado años en nuestro uso de herramientas digitales avanzadas para interactuar entre nosotros, llevar nuestros negocios, enviar a nuestros niños a la escuela y entender lo que sucede en el mundo.

Ahora, conforme comenzamos a movernos de responder a la crisis del coronavirus hacia la recuperación, los datos jugarán un papel importante.

Los datos son críticos no solo en la reconstrucción de nuestra economía, sino también en ayudarnos a entender las desigualdades sociales que han contribuido a unas importantes y altas tasas de enfermedad y muerte entre las comunidades de raza negra y otras comunidades de color debidas al covid-19.

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Los datos también pueden ayudarnos a enfocar recursos en reconstruir una economía más justa y equitativa que beneficie a todos.

Foto obtenida de https://pixabay.com/es/ utilizada con fines ilustrativos.

Poner la responsabilidad de la privacidad donde pertenece: en las empresas

Una legislación sólida de la privacidad es importante. Pero la verdad es que la responsabilidad de crear y mantener la confianza debe caer en las empresas que recolectan, procesan y almacenan datos personales.

No importa lo que diga la ley, si las empresas no son responsables y transparentes cuando usan información personal, sus clientes no confiarán en ellas y fracasarán.

Sin embargo, las prácticas prevalecientes en este país colocan una gran parte de responsabilidad de la protección de los datos en los individuos.

El gran número de sitios web, dispositivos y aplicaciones en los que la gente confía para mantenerse conectados e involucrados: un número que ha crecido aún más durante esta crisis de salud hace casi imposible para los individuos navegar por la sobrecarga de información de privacidad y tomar decisiones informadas sobre cómo son usados sus datos.

A menudo, entregamos esa información en avisos que son difíciles de entender para abogados e ingenieros, y mucho menos para los consumidores. En lugar de presionar al Congreso o a las legislaturas estatales para diluir o bloquear la legislación de privacidad, es momento para que los negocios defiendan leyes más sólidas de privacidad en este país.

Además de generar una mayor confianza con sus clientes, una sólida ley de privacidad brindará a las empresas barandillas claras sobre cómo pueden usar los datos con mayor seguridad para una innovación responsable.

Y si se aprueban nuevas leyes o no, es esencial que las empresas desarrollen sus propios estándares de privacidad sólidos, y asuman la responsabilidad de cómo usan los datos de sus clientes.

  • Crear un marco de confianza, tanto para la acción del congreso como para la rendición de cuentas corporativa, debe comenzar con estos principios:
  • Transparencia sobre cómo las empresas recolectan, usan y comparten información personal. Los consumidores claman por entender qué datos tienen las compañías y cómo van a interactuar con ellos.
  • Impulso al consumidor que garantice el derecho de los individuos a acceder, corregir, eliminar y mover su información personal.
  • Responsabilidad corporativa que requiera que las empresas sean buenos cuidadores de la información del consumidor.
Foto obtenida de https://pixabay.com/es/ utilizada con fines ilustrativos.

Estados Unidos como ejemplo de rezago en privacidad

La confianza es frágil, y los consumidores tienen muchas razones para ser cuidadosos en cómo son usados sus datos. Esto es en particular cierto en Estados Unidos, donde las empresas y el gobierno no hacen lo suficiente para proteger la privacidad de la información personal.

Hoy en día, es bastante difícil para las personas encontrar qué datos personales son recolectados sobre ellos y cómo estos serán utilizados. Y ha habido más que suficientes brechas de datos de alto perfil e historias sobre el mal uso de datos personales en los años recientes, para dar a la gente una pausa sobre si las empresas y el gobierno son buenos administradores de sus datos personales.

Un nuevo estudio realizado por la firma internacional de investigación YouGov, a nombre de Microsoft, pone en claro cuán tenue es la confianza en los Estados Unidos. En ese estudio, 90 por ciento de las personas encuestadas dijo que están preocupados por compartir su información.

Una razón por la que la confianza es tan tenue en los Estados Unidos es la falta de una sólida ley nacional de privacidad.

Desde que la Regulación General de Protección a los Datos (GDPR, por sus siglas en inglés) de la Unión Europea fue adoptada hace solo dos años, muchos países, incluidos Brasil, India, Japón, Kenia, Sudáfrica, Corea del Sur y Tailandia, han adoptado, revisado o propuesto, nuevos marcos para la protección de la privacidad, que reconocen que la gente es dueña de sus datos personales y que tienen el derecho de verlos, corregirlos o eliminarlos. En total, más de 130 países y jurisdicciones han promulgado leyes de privacidad.

La buena noticia es que los estados han comenzado a intervenir, a través de legislaciones como la Ley de Privacidad del Consumidor en California (CCPA, por sus siglas en inglés), que incluye disposiciones que reflejan algunos de los derechos individuales otorgados por la GDPR.

Otros estados han comenzado a considerar sus propias propuestas. También hay señales de interés real entre algunos miembros del Congreso, que han propuesto una nueva legislación de privacidad que podría restablecer el liderazgo americano en protección a la privacidad, y brindar el marco legal esencial para que los consumidores confíen que sus datos serán manejados de manera segura.

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¿Por qué la privacidad es esencial para una recuperación equitativa?

Edgar Quiñónez
21 de octubre, 2020

Durante los últimos nueve meses, el covid-19 ha interrumpido casi cada aspecto de nuestras vidas, nuestro trabajo y nuestras interacciones sociales a un grado que la mayoría de nosotros nunca hubiéramos imaginado. El daño económico podría tomar años en repararse. En medio de toda esta disrupción, también hemos experimentado una increíble transformación digital.

Foto obtenida de https://pixabay.com/es/ utilizada con fines ilustrativos.

Pasos agigantados

En solo unos meses, hemos adelantado años en nuestro uso de herramientas digitales avanzadas para interactuar entre nosotros, llevar nuestros negocios, enviar a nuestros niños a la escuela y entender lo que sucede en el mundo.

Ahora, conforme comenzamos a movernos de responder a la crisis del coronavirus hacia la recuperación, los datos jugarán un papel importante.

Los datos son críticos no solo en la reconstrucción de nuestra economía, sino también en ayudarnos a entender las desigualdades sociales que han contribuido a unas importantes y altas tasas de enfermedad y muerte entre las comunidades de raza negra y otras comunidades de color debidas al covid-19.

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Poner la responsabilidad de la privacidad donde pertenece: en las empresas

Una legislación sólida de la privacidad es importante. Pero la verdad es que la responsabilidad de crear y mantener la confianza debe caer en las empresas que recolectan, procesan y almacenan datos personales.

No importa lo que diga la ley, si las empresas no son responsables y transparentes cuando usan información personal, sus clientes no confiarán en ellas y fracasarán.

Sin embargo, las prácticas prevalecientes en este país colocan una gran parte de responsabilidad de la protección de los datos en los individuos.

El gran número de sitios web, dispositivos y aplicaciones en los que la gente confía para mantenerse conectados e involucrados: un número que ha crecido aún más durante esta crisis de salud hace casi imposible para los individuos navegar por la sobrecarga de información de privacidad y tomar decisiones informadas sobre cómo son usados sus datos.

A menudo, entregamos esa información en avisos que son difíciles de entender para abogados e ingenieros, y mucho menos para los consumidores. En lugar de presionar al Congreso o a las legislaturas estatales para diluir o bloquear la legislación de privacidad, es momento para que los negocios defiendan leyes más sólidas de privacidad en este país.

Además de generar una mayor confianza con sus clientes, una sólida ley de privacidad brindará a las empresas barandillas claras sobre cómo pueden usar los datos con mayor seguridad para una innovación responsable.

Y si se aprueban nuevas leyes o no, es esencial que las empresas desarrollen sus propios estándares de privacidad sólidos, y asuman la responsabilidad de cómo usan los datos de sus clientes.

  • Crear un marco de confianza, tanto para la acción del congreso como para la rendición de cuentas corporativa, debe comenzar con estos principios:
  • Transparencia sobre cómo las empresas recolectan, usan y comparten información personal. Los consumidores claman por entender qué datos tienen las compañías y cómo van a interactuar con ellos.
  • Impulso al consumidor que garantice el derecho de los individuos a acceder, corregir, eliminar y mover su información personal.
  • Responsabilidad corporativa que requiera que las empresas sean buenos cuidadores de la información del consumidor.
Foto obtenida de https://pixabay.com/es/ utilizada con fines ilustrativos.

Estados Unidos como ejemplo de rezago en privacidad

La confianza es frágil, y los consumidores tienen muchas razones para ser cuidadosos en cómo son usados sus datos. Esto es en particular cierto en Estados Unidos, donde las empresas y el gobierno no hacen lo suficiente para proteger la privacidad de la información personal.

Hoy en día, es bastante difícil para las personas encontrar qué datos personales son recolectados sobre ellos y cómo estos serán utilizados. Y ha habido más que suficientes brechas de datos de alto perfil e historias sobre el mal uso de datos personales en los años recientes, para dar a la gente una pausa sobre si las empresas y el gobierno son buenos administradores de sus datos personales.

Un nuevo estudio realizado por la firma internacional de investigación YouGov, a nombre de Microsoft, pone en claro cuán tenue es la confianza en los Estados Unidos. En ese estudio, 90 por ciento de las personas encuestadas dijo que están preocupados por compartir su información.

Una razón por la que la confianza es tan tenue en los Estados Unidos es la falta de una sólida ley nacional de privacidad.

Desde que la Regulación General de Protección a los Datos (GDPR, por sus siglas en inglés) de la Unión Europea fue adoptada hace solo dos años, muchos países, incluidos Brasil, India, Japón, Kenia, Sudáfrica, Corea del Sur y Tailandia, han adoptado, revisado o propuesto, nuevos marcos para la protección de la privacidad, que reconocen que la gente es dueña de sus datos personales y que tienen el derecho de verlos, corregirlos o eliminarlos. En total, más de 130 países y jurisdicciones han promulgado leyes de privacidad.

La buena noticia es que los estados han comenzado a intervenir, a través de legislaciones como la Ley de Privacidad del Consumidor en California (CCPA, por sus siglas en inglés), que incluye disposiciones que reflejan algunos de los derechos individuales otorgados por la GDPR.

Otros estados han comenzado a considerar sus propias propuestas. También hay señales de interés real entre algunos miembros del Congreso, que han propuesto una nueva legislación de privacidad que podría restablecer el liderazgo americano en protección a la privacidad, y brindar el marco legal esencial para que los consumidores confíen que sus datos serán manejados de manera segura.