Generoso, colaborador y servicial es como describen a Jaime Oswaldo Pacay, el contador y auditor público fallecido el domingo cuando la avioneta en la que viajaba con víveres para damnificados por Eta, cayó a tierra en la zona 9.
Mario Saúl de León, quien era amigo de Pacay desde hace más de una década, contuvo el llanto para describir la cercanía que mantenían.
En medio de la confusión de ese día, al no saber quién era la víctima mortal, De León lo reconoció por los zapatos que llevaba Pacay el día del accidente.
“Lo presentí desde que supe el nombre del piloto, porque era muy amigo de Jaime. Confirmé la tragedia cuando recibí la fotografía y vi sus zapatos”
Mario Saúl de León, amigo.
La última vez que lo vio con vida fue el jueves anterior a la tragedia.
“Todos los días almorzábamos juntos, exactamente desde el 21 de septiembre de 2020 cuando inicié a trabajar en una institución próxima a la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC)”, recordó De León.
Todavía intercambiaron llamadas un día antes de la tragedia y quedaron de compartir el domingo, pero Jaime ya no respondió.
“Ni que fuera su cumpleaños”, fue la última broma que Pacay le lanzó con risas, luego que De León le sugirió que pagara el próximo almuerzo.
Pacay, de 39 años, dejó a viuda y un hijo de tres años en la orfandad. Trabajó en el Inguat, en la Federación de Béisbol y a partir del 2017, en la DGAC.
Apenas en enero de 2020 obtuvo el título de contador y auditor público, “un gran esfuerzo que todos celebramos”, aseveró De León.
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Muere piloto de avioneta que trasladaba ayuda humanitaria
Ayudaba sin que se lo pidieran
De León hizo una breve pausa a su rutina para describir lo que significa perder a su amigo. “Extrañaré su apoyo y amistad sincera”, aseguró.
“Era de esperarse que estuviera ayudando con el transporte de víveres hacia Cobán, su lugar de origen”, agregó De León.
“Jaime siempre ofrecía su ayuda sin que se lo pidieran, así fuera para cargar una caja, cambiar una llanta, realizar algún trámite, recomendar a personas o compartir contactos”, explicó.
De León y otros amigos le harán un homenaje póstumo para agradecer por su vida y seguir con el ejemplo que les dejó: siempre dar sin esperar recibir.
Distintos sectores de la sociedad de Guatemala expresaron su pesar por la muerte del auditor que dio su vida por socorrer a sus paisanos.
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, políticos, gremiales y diferentes ciudadanos usuarios de redes sociales, lamentaron el trágico final de Jaime Pacay.
Generoso, colaborador y servicial es como describen a Jaime Oswaldo Pacay, el contador y auditor público fallecido el domingo cuando la avioneta en la que viajaba con víveres para damnificados por Eta, cayó a tierra en la zona 9.
Mario Saúl de León, quien era amigo de Pacay desde hace más de una década, contuvo el llanto para describir la cercanía que mantenían.
En medio de la confusión de ese día, al no saber quién era la víctima mortal, De León lo reconoció por los zapatos que llevaba Pacay el día del accidente.
“Lo presentí desde que supe el nombre del piloto, porque era muy amigo de Jaime. Confirmé la tragedia cuando recibí la fotografía y vi sus zapatos”
Mario Saúl de León, amigo.
La última vez que lo vio con vida fue el jueves anterior a la tragedia.
“Todos los días almorzábamos juntos, exactamente desde el 21 de septiembre de 2020 cuando inicié a trabajar en una institución próxima a la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC)”, recordó De León.
Todavía intercambiaron llamadas un día antes de la tragedia y quedaron de compartir el domingo, pero Jaime ya no respondió.
“Ni que fuera su cumpleaños”, fue la última broma que Pacay le lanzó con risas, luego que De León le sugirió que pagara el próximo almuerzo.
Pacay, de 39 años, dejó a viuda y un hijo de tres años en la orfandad. Trabajó en el Inguat, en la Federación de Béisbol y a partir del 2017, en la DGAC.
Apenas en enero de 2020 obtuvo el título de contador y auditor público, “un gran esfuerzo que todos celebramos”, aseveró De León.
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De León hizo una breve pausa a su rutina para describir lo que significa perder a su amigo. “Extrañaré su apoyo y amistad sincera”, aseguró.
“Era de esperarse que estuviera ayudando con el transporte de víveres hacia Cobán, su lugar de origen”, agregó De León.
“Jaime siempre ofrecía su ayuda sin que se lo pidieran, así fuera para cargar una caja, cambiar una llanta, realizar algún trámite, recomendar a personas o compartir contactos”, explicó.
De León y otros amigos le harán un homenaje póstumo para agradecer por su vida y seguir con el ejemplo que les dejó: siempre dar sin esperar recibir.
Distintos sectores de la sociedad de Guatemala expresaron su pesar por la muerte del auditor que dio su vida por socorrer a sus paisanos.
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, políticos, gremiales y diferentes ciudadanos usuarios de redes sociales, lamentaron el trágico final de Jaime Pacay.