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Una CC hecha y derecha

Salvador Paiz
28 de enero, 2021

Desde noviembre de 2019 he utilizado este espacio para alertar sobre las deficiencias en los procesos de elección a magistrados a nuestras más altas cortes. El capítulo del accidentado proceso de nombramiento del Juez Moto como magistrado a nuestra Corte de Constitucionalidad (CC) se escribe mientras redacto esta columna. Con cada elección deberíamos aspirar a mejorar la calidad de la corte. No pretendemos de manera inmediata pasar de la corte actual a la que nos merecemos los Guatemaltecos. Esto será un lento pero imperativo proceso que deberá ir mejorando desde cada ente nominador.  

¿Por qué la CC es tan importante en Guatemala? ¿Por qué debe ser liderada por profesionales de primera? La función principal de la CC es la defensa de la Constitución de la República, nuestro marco normativo como Estado y que recoge nuestros derechos fundamentales como ciudadanos. Por tanto, su defensa debe estar en manos de profesionales intachables e imparciales que velen por la consistente interpretación y correcta aplicación de la ley. Su interpretación y aplicación debe suceder divorciada de cualquier sesgo interpretativo que alguien pueda querer introducir a través de presiones o influencias. No es algo que pueda tomarse a la ligera, ni mucho menos una responsabilidad que se le pueda designar a cualquiera. 

El sistema de designación de magistrados es vulnerable por diferentes razones: sucede cada 5 años, se designa la totalidad de la corte de golpe, no incorpora contrapesos ni se basa en una carrera judicial. Seguramente quisiéramos reformar el proceso para robustecerlo pero hoy debemos actuar dentro del marco legal y tiempos que actualmente nos rigen. Aspiraramos a mejorar la CC, entendiendo el permanente riesgo de perderla a manos de las mafias. 

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Existen ciertas “mejoras” que pueden suceder sin una reforma legal, con el fin de “blindar la corte” de conocidos traficantes de influencias y crimen organizado. Primero, promover una mucho mayor participación de reconocidos abogados y juristas en el proceso. Hoy se perfilan pocas opciones y de pobre calidad, y se tiende a escoger al menos peor. Segundo, exhortar a las entidades designadoras para que, sin que la ley se los exija, definan un proceso abierto y transparente en sus procesos de designación. Eso fortalecería la gobernabilidad e incrementaría la aceptación ciudadana de la corte nombrada. Tercero, exhortar a la ciudadanía a que se haga una veeduría responsable del proceso. Busquemos esa idoneidad técnica según lo que define nuestra constitución. Rechacemos a reconocidos traficantes de influencias o actores del crimen organizado. Sobretodo, cuidemos la mano al descalificar caprichosamente, y en cambio, fomentemos que más candidatos probos se postulen.  

La certeza jurídica que nos de la corte se basa en la consistencia con que aplique su interpretación de la ley. En ese sentido, requerimos magistrados con la fortaleza y solvencia para fallar siempre apegados a su interpretación consistente de la ley. Lo que no se vale es que, porque unl amparo venga de determinada fundación o interponente,  se modifique el criterio interpretativo. En ese sentido, es mucho más importante su consistencia que su procedencia. Queremos cortes imparciales y justas. 

No podemos dejar pasar por alto los sucesos de esta semana. No más candidatos que incumplan los requerimientos mínimos de idoneidad. No más arbitrariedad en la interpretación dependiendo de quién sea el ponente o de donde vengan las presiones. No más nombramientos de magistrados cuestionables. No más cortes vendidas. No más magistrados que se comportan “bien”, solo porque tienen la cola machucada. Queremos magistrados rectos y probos. Que interpretarán la ley de manera consistente por principio y no por la supuesta efectividad de las presiones.

Hoy es momento de canalizar nuestra indignación hacia asegurar la designación de la mejor CC para el período de 2021 a 2026. Aún estamos a tiempo. Es momento de buscar un proceso transparente e independiente de presiones sectoriales para lograr una mejor Cc 2021-2026. Si quieren conocer más de la importancia de la CC y de sus funciones, los invito a sintonizar vía ZOOM el evento virtual “Procesos de Designación de la Corte de Constitucionalidad: Estándares y Responsabilidad”, foro organizado por Guatemala Visible, Movimiento Pro Justicia y Fundesa, hoy a las 10 horas. Ingresen al Facebook de Guatemala Visible para más información.  

www.salvadorpaiz.com 

Una CC hecha y derecha

Salvador Paiz
28 de enero, 2021

Desde noviembre de 2019 he utilizado este espacio para alertar sobre las deficiencias en los procesos de elección a magistrados a nuestras más altas cortes. El capítulo del accidentado proceso de nombramiento del Juez Moto como magistrado a nuestra Corte de Constitucionalidad (CC) se escribe mientras redacto esta columna. Con cada elección deberíamos aspirar a mejorar la calidad de la corte. No pretendemos de manera inmediata pasar de la corte actual a la que nos merecemos los Guatemaltecos. Esto será un lento pero imperativo proceso que deberá ir mejorando desde cada ente nominador.  

¿Por qué la CC es tan importante en Guatemala? ¿Por qué debe ser liderada por profesionales de primera? La función principal de la CC es la defensa de la Constitución de la República, nuestro marco normativo como Estado y que recoge nuestros derechos fundamentales como ciudadanos. Por tanto, su defensa debe estar en manos de profesionales intachables e imparciales que velen por la consistente interpretación y correcta aplicación de la ley. Su interpretación y aplicación debe suceder divorciada de cualquier sesgo interpretativo que alguien pueda querer introducir a través de presiones o influencias. No es algo que pueda tomarse a la ligera, ni mucho menos una responsabilidad que se le pueda designar a cualquiera. 

El sistema de designación de magistrados es vulnerable por diferentes razones: sucede cada 5 años, se designa la totalidad de la corte de golpe, no incorpora contrapesos ni se basa en una carrera judicial. Seguramente quisiéramos reformar el proceso para robustecerlo pero hoy debemos actuar dentro del marco legal y tiempos que actualmente nos rigen. Aspiraramos a mejorar la CC, entendiendo el permanente riesgo de perderla a manos de las mafias. 

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Existen ciertas “mejoras” que pueden suceder sin una reforma legal, con el fin de “blindar la corte” de conocidos traficantes de influencias y crimen organizado. Primero, promover una mucho mayor participación de reconocidos abogados y juristas en el proceso. Hoy se perfilan pocas opciones y de pobre calidad, y se tiende a escoger al menos peor. Segundo, exhortar a las entidades designadoras para que, sin que la ley se los exija, definan un proceso abierto y transparente en sus procesos de designación. Eso fortalecería la gobernabilidad e incrementaría la aceptación ciudadana de la corte nombrada. Tercero, exhortar a la ciudadanía a que se haga una veeduría responsable del proceso. Busquemos esa idoneidad técnica según lo que define nuestra constitución. Rechacemos a reconocidos traficantes de influencias o actores del crimen organizado. Sobretodo, cuidemos la mano al descalificar caprichosamente, y en cambio, fomentemos que más candidatos probos se postulen.  

La certeza jurídica que nos de la corte se basa en la consistencia con que aplique su interpretación de la ley. En ese sentido, requerimos magistrados con la fortaleza y solvencia para fallar siempre apegados a su interpretación consistente de la ley. Lo que no se vale es que, porque unl amparo venga de determinada fundación o interponente,  se modifique el criterio interpretativo. En ese sentido, es mucho más importante su consistencia que su procedencia. Queremos cortes imparciales y justas. 

No podemos dejar pasar por alto los sucesos de esta semana. No más candidatos que incumplan los requerimientos mínimos de idoneidad. No más arbitrariedad en la interpretación dependiendo de quién sea el ponente o de donde vengan las presiones. No más nombramientos de magistrados cuestionables. No más cortes vendidas. No más magistrados que se comportan “bien”, solo porque tienen la cola machucada. Queremos magistrados rectos y probos. Que interpretarán la ley de manera consistente por principio y no por la supuesta efectividad de las presiones.

Hoy es momento de canalizar nuestra indignación hacia asegurar la designación de la mejor CC para el período de 2021 a 2026. Aún estamos a tiempo. Es momento de buscar un proceso transparente e independiente de presiones sectoriales para lograr una mejor Cc 2021-2026. Si quieren conocer más de la importancia de la CC y de sus funciones, los invito a sintonizar vía ZOOM el evento virtual “Procesos de Designación de la Corte de Constitucionalidad: Estándares y Responsabilidad”, foro organizado por Guatemala Visible, Movimiento Pro Justicia y Fundesa, hoy a las 10 horas. Ingresen al Facebook de Guatemala Visible para más información.  

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