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Urge celeridad en la vacunación contra la Covid-19 en Guatemala

Antonio Melgar
25 de febrero, 2021

Parece que la espera por la vacuna para la Covid-19, por fin ha terminado y eso es algo positivo, aunque no deja de causar recelo ver como nuestros vecinos en El Salvador y Costa Rica lo gestionaron antes y por supuesto con mayores cantidades con las que iniciará Guatemala. 

A casi un año desde que se registró el primer contagio en el país, el personal de primera línea espera con ansías la llegada de la vacuna, que podría mitigar los contagios del personal de salud que al final son quienes han sufrido más en la era de la pandemia 

En ese contexto, vale la pena destacar, que Guatemala va muy atrasado y esto por supuesto, ha generado un descontento casi generalizado desde muchos sectores y no digamos a la población y no es para menos, porque después de escuchar tanto préstamo del país, es inconcebible que cuando redactaba esta columna, no se tenía certeza de como ingresaría el resto de dosis.  

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Aquí me quiero detener y mencionar que hace unos pocos días el Gobierno habló del lema de que el país no se detiene, por supuesto que no se trata de detenernos porque nuestra economía es frágil y muchos solo dependen de un negocio para subsistir, pero eso sí, para que el país no pare es necesario otorgar herramientas y ahí es donde la vacunación se debe agilizar. 

Es verdaderamente lamentable, que días antes que la vacuna llegue a Guatemala, el fantasma de la corrupción, tan presente en todas las esferas, aparezca esta vez por una denuncia sobre la compra de pruebas  que presuntamente son falsas y eso es demasiado, lucrar con la salud de las personas en tiempos de pandemia es todavía más vergonzoso y reprochable. 

Y por supuesto que todo esto causa pena, porque mientras los guatemaltecos salen a trabajar arriesgando sus vidas, otros solo buscan aprovecharse utilizando el temor por la pandemia para hacer su día. 

La vacunación es necesaria y nuestras autoridades deben pensar en el bien común y en consecuencia hacer todos los esfuerzos para que la vacunación masiva se de en un plazo corto, la inversión en salud en cualquier país es la necesidad primaria.

Ahora vemos el deterioro de ese sistema de salud, que siempre ha existido pero la pandemia la desnudo por completo y ahora el COVID 19 nos muestra lo peor de este sistema.

La condición de nuestra Guatemala en este momento sobre la vacunación se convierte en un tema que todavía está en pañales y algo preocupante es que no existe celeridad como debería ser para velar por el bien común de todos los guatemaltecos y guatemaltecas.

Es el Estado, según la Constitución quien debe velar por el bien de todos y todas, la vacunación es esencial y sobre todo de urgencia ya que seguimos expuestos y con las medidas de apertura que vivimos seguimos en alto riesgo y, por otro lado, es necesario volver a una nueva normalidad y que nos lleve a un regreso sin miedo y con las condiciones mínimas de seguridad de salud.

La ciudadanía ve con mucha preocupación la adquisición de las vacunas, ya que la primera línea está necesitada de la misma para realizar mejor su trabajo y claro después, pero en corto plazo esperamos que las dosis lleguen al resto de grupos que se consideren vulnerables y a todo el país. 

Urge celeridad en la vacunación contra la Covid-19 en Guatemala

Antonio Melgar
25 de febrero, 2021

Parece que la espera por la vacuna para la Covid-19, por fin ha terminado y eso es algo positivo, aunque no deja de causar recelo ver como nuestros vecinos en El Salvador y Costa Rica lo gestionaron antes y por supuesto con mayores cantidades con las que iniciará Guatemala. 

A casi un año desde que se registró el primer contagio en el país, el personal de primera línea espera con ansías la llegada de la vacuna, que podría mitigar los contagios del personal de salud que al final son quienes han sufrido más en la era de la pandemia 

En ese contexto, vale la pena destacar, que Guatemala va muy atrasado y esto por supuesto, ha generado un descontento casi generalizado desde muchos sectores y no digamos a la población y no es para menos, porque después de escuchar tanto préstamo del país, es inconcebible que cuando redactaba esta columna, no se tenía certeza de como ingresaría el resto de dosis.  

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Aquí me quiero detener y mencionar que hace unos pocos días el Gobierno habló del lema de que el país no se detiene, por supuesto que no se trata de detenernos porque nuestra economía es frágil y muchos solo dependen de un negocio para subsistir, pero eso sí, para que el país no pare es necesario otorgar herramientas y ahí es donde la vacunación se debe agilizar. 

Es verdaderamente lamentable, que días antes que la vacuna llegue a Guatemala, el fantasma de la corrupción, tan presente en todas las esferas, aparezca esta vez por una denuncia sobre la compra de pruebas  que presuntamente son falsas y eso es demasiado, lucrar con la salud de las personas en tiempos de pandemia es todavía más vergonzoso y reprochable. 

Y por supuesto que todo esto causa pena, porque mientras los guatemaltecos salen a trabajar arriesgando sus vidas, otros solo buscan aprovecharse utilizando el temor por la pandemia para hacer su día. 

La vacunación es necesaria y nuestras autoridades deben pensar en el bien común y en consecuencia hacer todos los esfuerzos para que la vacunación masiva se de en un plazo corto, la inversión en salud en cualquier país es la necesidad primaria.

Ahora vemos el deterioro de ese sistema de salud, que siempre ha existido pero la pandemia la desnudo por completo y ahora el COVID 19 nos muestra lo peor de este sistema.

La condición de nuestra Guatemala en este momento sobre la vacunación se convierte en un tema que todavía está en pañales y algo preocupante es que no existe celeridad como debería ser para velar por el bien común de todos los guatemaltecos y guatemaltecas.

Es el Estado, según la Constitución quien debe velar por el bien de todos y todas, la vacunación es esencial y sobre todo de urgencia ya que seguimos expuestos y con las medidas de apertura que vivimos seguimos en alto riesgo y, por otro lado, es necesario volver a una nueva normalidad y que nos lleve a un regreso sin miedo y con las condiciones mínimas de seguridad de salud.

La ciudadanía ve con mucha preocupación la adquisición de las vacunas, ya que la primera línea está necesitada de la misma para realizar mejor su trabajo y claro después, pero en corto plazo esperamos que las dosis lleguen al resto de grupos que se consideren vulnerables y a todo el país.