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La Serigrafía de la Gringa, todos merecemos una nueva oportunidad

Edgar Quiñónez
17 de marzo, 2021

La Serigrafía de la Gringa, es un proyecto que da a los privados de libertad una nueva oportunidad. Cuando Ashley Williams estaba en décimo grado y vivía en Tennessee, compartió con una chica que había estado en la cárcel. A esta joven le costaba estudiar y no dudó en ayudarla. En ese momento despertó su interés por los temas de rehabilitación social.


“Esto me hizo conocer mejor de dónde venía y el proceso por el que estaba pasando. Al terminar el año, mi nueva amiga llegó a ser de los primeros lugares. Por una oportunidad ella logró salir adelante y  aquí fue cuando me interesé en los temas de justicia y de rehabilitación social”.

Contó Ashley durante una reunión con República

¿Cómo llegó a Guatemala?


Tiempo después, Ashley tuvo la idea de apadrinar a un niño. Comenzó a averiguar el procedimiento y al momento de elegir el lugar del que sería su ahijado, escogió Guatemala.


“Al principio creí que mi ahijado sería de África porque muchos tienen esa idea. Sin embargo, al abrir el paquete leí que el niño era de Guatemala y lo primero que pensé fue: ¿en qué parte de África esta Guatemala?”.

Comentó “La Gringa”.

Ashley quería conocer a su ahijado, ahorró y viajó a Guatemala. Sin embargo, a su llegada se dio cuenta de la situación real de la niñez de nuestro país y decidió no volver a los Estados Unidos.

Mientras se encontraba haciendo voluntariado conoció a una menor que había sido abusada. La niña vivía en La Limonada. Ashley recuerda que la primera vez que visitó ese lugar supo que su vida ya no sería igual, entonces comenzó a ir más seguido hasta que se quedó viviendo ahí.


Su nueva vida


Durante su primera visita a la Limonada se le acercó un hombre con muchos tatuajes y una escopeta. “Me dijo: hey gringa, ¿te gustan los tatuajes?, comenzamos a hablar. Mientras iba por las calles acompañada de este hombre la gente me saludaba y eso me gustó”, narró Ashley.

“Se hacía tarde y quise despedirme de él y justo cuando iba a irme me dijo que debía tatuarme. Aunque dije que no varias veces él insistió y fue así como me tatuaron con la misma aguja que a ellos, definitivamente ese fue mi bautizo en La Limonada”, comentó.


En La Limonada, Ashley conoció a una de sus mejores amigas, Leslie, quien fue arrestada, según ella de manera injusta. “Después de cierto tiempo me llegó una carta de Leslie pidiendo que la fuera a visitar a la cárcel. Al llegar, varias reclusas me dijeron que querían trabajar”, relató.


Ashley pensó en la serigrafía, llamó a su familia en Estados Unidos para que pudieran ayudarla económicamente. Consiguió el equipo necesario y actualmente trabaja con cuatro centros carcelarios de Guatemala en la elaboración de prendas de vestir mediante un taller de corte y confección, para finalmente comercializar las piezas. Sin duda, Ashley Williams es una mujer excepcional.


Serigrafía en la cárcel

No sabía nada acerca de las serigrafías así que tanto ellas como yo, aprendimos viendo videos en youtube. Y aquí es cuando decidí dedicarme completamente a la rehabilitación en las cárceles.

“Mi serigrafía comenzaba a tener ganancias y con el tiempo me llamaron de una de las cárceles de hombres más peligrosas. Creí que me querían matar. Recuerdo que llegué y estaba temblando. El líder de la cárcel me dijo que varios reclusos querían trabajar como lo estaban haciendo las mujeres. Y hasta ese momento, no había reparado en el impacto que tenía en la vida de las personas, me di cuenta que yo era un puente para su rehabilitación”, dijo Ashley.


Ashley Williams es una joven norteamericana estudiante de derecho. Su interés por las personas menos afortunadas, inició desde los 16 años y ahora impulsa “La Serigrafía de la Gringa”, un proyecto de apoyo a los demás.


¿Quieres conocer más de Ashley Williams? Damos inicio a nuestro quinto podcast de República.VIVE

Puedes escucharlo por YouTube o Spotify. Recuerda es gratuito.

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La Serigrafía de la Gringa, todos merecemos una nueva oportunidad

Edgar Quiñónez
17 de marzo, 2021

La Serigrafía de la Gringa, es un proyecto que da a los privados de libertad una nueva oportunidad. Cuando Ashley Williams estaba en décimo grado y vivía en Tennessee, compartió con una chica que había estado en la cárcel. A esta joven le costaba estudiar y no dudó en ayudarla. En ese momento despertó su interés por los temas de rehabilitación social.


“Esto me hizo conocer mejor de dónde venía y el proceso por el que estaba pasando. Al terminar el año, mi nueva amiga llegó a ser de los primeros lugares. Por una oportunidad ella logró salir adelante y  aquí fue cuando me interesé en los temas de justicia y de rehabilitación social”.

Contó Ashley durante una reunión con República

¿Cómo llegó a Guatemala?


Tiempo después, Ashley tuvo la idea de apadrinar a un niño. Comenzó a averiguar el procedimiento y al momento de elegir el lugar del que sería su ahijado, escogió Guatemala.


“Al principio creí que mi ahijado sería de África porque muchos tienen esa idea. Sin embargo, al abrir el paquete leí que el niño era de Guatemala y lo primero que pensé fue: ¿en qué parte de África esta Guatemala?”.

Comentó “La Gringa”.

Ashley quería conocer a su ahijado, ahorró y viajó a Guatemala. Sin embargo, a su llegada se dio cuenta de la situación real de la niñez de nuestro país y decidió no volver a los Estados Unidos.

Mientras se encontraba haciendo voluntariado conoció a una menor que había sido abusada. La niña vivía en La Limonada. Ashley recuerda que la primera vez que visitó ese lugar supo que su vida ya no sería igual, entonces comenzó a ir más seguido hasta que se quedó viviendo ahí.


Su nueva vida


Durante su primera visita a la Limonada se le acercó un hombre con muchos tatuajes y una escopeta. “Me dijo: hey gringa, ¿te gustan los tatuajes?, comenzamos a hablar. Mientras iba por las calles acompañada de este hombre la gente me saludaba y eso me gustó”, narró Ashley.

“Se hacía tarde y quise despedirme de él y justo cuando iba a irme me dijo que debía tatuarme. Aunque dije que no varias veces él insistió y fue así como me tatuaron con la misma aguja que a ellos, definitivamente ese fue mi bautizo en La Limonada”, comentó.


En La Limonada, Ashley conoció a una de sus mejores amigas, Leslie, quien fue arrestada, según ella de manera injusta. “Después de cierto tiempo me llegó una carta de Leslie pidiendo que la fuera a visitar a la cárcel. Al llegar, varias reclusas me dijeron que querían trabajar”, relató.


Ashley pensó en la serigrafía, llamó a su familia en Estados Unidos para que pudieran ayudarla económicamente. Consiguió el equipo necesario y actualmente trabaja con cuatro centros carcelarios de Guatemala en la elaboración de prendas de vestir mediante un taller de corte y confección, para finalmente comercializar las piezas. Sin duda, Ashley Williams es una mujer excepcional.


Serigrafía en la cárcel

No sabía nada acerca de las serigrafías así que tanto ellas como yo, aprendimos viendo videos en youtube. Y aquí es cuando decidí dedicarme completamente a la rehabilitación en las cárceles.

“Mi serigrafía comenzaba a tener ganancias y con el tiempo me llamaron de una de las cárceles de hombres más peligrosas. Creí que me querían matar. Recuerdo que llegué y estaba temblando. El líder de la cárcel me dijo que varios reclusos querían trabajar como lo estaban haciendo las mujeres. Y hasta ese momento, no había reparado en el impacto que tenía en la vida de las personas, me di cuenta que yo era un puente para su rehabilitación”, dijo Ashley.


Ashley Williams es una joven norteamericana estudiante de derecho. Su interés por las personas menos afortunadas, inició desde los 16 años y ahora impulsa “La Serigrafía de la Gringa”, un proyecto de apoyo a los demás.


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