La risa espontánea, es decir, aquella que no es forzada es la que más beneficios tiene para nuestra salud. Esto es debido a que una buena carcajada es capaz de estimular el sistema inmune.

Reír es algo más que una respuesta biológica generada por nuestro organismo. Cuando reímos nuestro cerebro libera hormonas que contribuyen al bienestar físico: endorfinas, dopamina, serotonina y adrenalina. La risa proporciona efectos positivos, tanto físicos como psicológicos.

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La risa como terapia

El célebre psicoanalista Sigmund Freud demostró científicamente que las risas y las carcajadas tienen el poder de liberar al organismo de energía negativa.

Ello es debido a que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos de manera inmediata, luego de comenzar a reír.

En virtud de esta afirmación científica, se ha determinado que la risa utilizada con fines terapéuticos estimula la producción de hormonas que ayuda a liberar tensiones, bloqueos mentales y mejora la percepción de situaciones en las personas.

Otros beneficios

• Reírse mueve el corazón, relaja el tono vascular y mejora la presión sanguínea.

• Sonreír a la vida aleja los riesgos de padecer un ictus.

• El buen humor ayuda a las personas temerosas a superar sus miedos.

• La risa mejora el aspecto de la piel.

• Reírse limpia los ojos y despeja la nariz.

• Sonreír mejora la memoria y la imaginación.

• Al reírnos también mejoramos la digestión, ya que se aumentan las contracciones de los músculos abdominales.

Como dato curioso, los científicos han descubierto que las mujeres ríen más y disfrutan más del humor que los varones, y cada vez que se carcajean, en ellas se activan las áreas del lenguaje y de la memoria a corto plazo.