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Caminando por la Ciudad | Los dancers del Gallito

Invitado
06 de junio, 2021

Los dancers del Gallito. Caminando por la Ciudad es el blog de Ángel Álvarez, quien narra historias y situaciones de los habitantes de la capital y otras ciudades.

«Un flip flap invertido y un mortal hacia atrás», le piden al Topo, el líder de los bailarines del Gallito. Sale todas las tardes con su pedazo de cartón bajo el brazo junto al Piter, el Negro, Chepe Miel y el Flaco, adolescentes de la cuadra más profunda del barrio. Todas las personas los ven por las zonas 3 y 1. Recorren todo el centro histórico, van a los retos que les hacen en colonias de la zona 7, incluso viajan a competencias regionales en los municipios cercanos.

Se hacen acompañar de una radiograbadora tamaño gigante, acompañada de casetes de cinta magnética con los éxitos rap, hip hop, disco, trans y música electrónica de poca difusión.

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Cualquier esquina es suficiente para poner sus cartones que les servirán de pista y subirle el volumen a su discoteca móvil. Buscan demostrar los pasos de baile más difíciles y peligrosos que aprendieron al observar videos internacionales. Y otros que sus amigos les comentan que se pueden realizar, pero que solo ellos se atreven a hacerlo.

Dueños de los aires del Gallito

Se sabe muy bien que ya se rompieron brazos, piernas y costillas, también sufrieron torceduras y esquinces de muñeca y tobillo. Es el pan para cada uno, pero eso no los detendrá, comenta el Topo.

Necesitan ganar más competencias, ya que eso les abrirá la oportunidad de competir contra otros bailarines de mayor nivel, irse a una competencia al país del tío Sam, donde según dicen están los mejores bailarines de break dance del mundo. Su meta es llegar ahí y competir con una gran bandera de su barrio y el himno nacional de fondo.

Ellos afirman ser los dueños de los aires. Las pistas de baile clandestinas, parqueos viejos, parques y banquetas, sus escenarios. Llama la atención de todos los espectadores con sus piruetas mortales y la gallardía de enfrentar las vueltas voladoras.

También los invitan a todos los quince años, bautizos y cumpleaños para que lleguen a deleitar a los asistentes. Solo piden una pista lisa, seca y buenas bocinas. Ellos llevan sus paquetes de casetes y discos compactos. Ya a tienen coreografiada cada canción. Muchos los admiran y tratan de imitarlos.

No falta la vecina que los acusa de consumir drogas, ser mala influencia para los más pequeños del sector. Asegura que andan metidos en cosas malas y por eso no buscan trabajo, bailando y armando relajo en las esquinas. Cada vez que se la encuentran, el Tpo y sus amigos, cambian de cuadra y la fiesta sigue, con sus demostraciones de buen baile.

La hermana de Chepe Miel les confecciona los pantalones pachucos, pero bien amplios del tiro, que lucen en cada presentación. Se colocan una cadena que va desde los pasadores frontales hacia la bolsa trasera.

Usan tenis blancos altos con la lengüeta de fuera, también aceptan los chapulines playeras de futbol americano y gorros con los logos de los Yanquis de Nueva York. O los Dodgers de Los Ángeles.

Corte de pelo y atuendo

El pelo se lo recortan al frente y rapan a los lados y se lo dejan crecer por atrás al estilo colita de tenedor. Lucen en la oreja izquierda un arete de cruz y las muñecas se revisten con muchas pulseras de cuero, empaques de piezas mecánicas de automóvil de puro hule junto con el relojón marca Watch.

Nunca falta su cartón bien lustroso para dar vueltas de espaldas, en círculos interminables y a una velocidad  exagerada. Otros más atrevidos hacen el giro con la cabeza, terminando con una peligrosa pirueta para terminar acostado en el piso.

Siempre tienen la actitud de sentirse los mejores bailarines, retando a la gravedad y al riesgo de morir desnucados.

Mientras uno baila los demás hacen rueda, esperando su turno para pasar al centro, y decenas de espectadores los aclaman, aplauden y gritan porras.

Ésos son los bailarines de el Gallito, los vagos, los breiqueros y los artistas de todas formas como les dicen sus admiradores y sus detractores. No se meten con nadie, solo desean bailar y bailar para demostrar a los demás qué tan buenos son y pueden llegar a ser.

Se sabe que la fiebre del break dance se extendió a varias zonas de la capital y sobran los retos cada fin de semana.

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  • baile

Caminando por la Ciudad | Los dancers del Gallito

Invitado
06 de junio, 2021

Los dancers del Gallito. Caminando por la Ciudad es el blog de Ángel Álvarez, quien narra historias y situaciones de los habitantes de la capital y otras ciudades.

«Un flip flap invertido y un mortal hacia atrás», le piden al Topo, el líder de los bailarines del Gallito. Sale todas las tardes con su pedazo de cartón bajo el brazo junto al Piter, el Negro, Chepe Miel y el Flaco, adolescentes de la cuadra más profunda del barrio. Todas las personas los ven por las zonas 3 y 1. Recorren todo el centro histórico, van a los retos que les hacen en colonias de la zona 7, incluso viajan a competencias regionales en los municipios cercanos.

Se hacen acompañar de una radiograbadora tamaño gigante, acompañada de casetes de cinta magnética con los éxitos rap, hip hop, disco, trans y música electrónica de poca difusión.

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Dueños de los aires del Gallito

Se sabe muy bien que ya se rompieron brazos, piernas y costillas, también sufrieron torceduras y esquinces de muñeca y tobillo. Es el pan para cada uno, pero eso no los detendrá, comenta el Topo.

Necesitan ganar más competencias, ya que eso les abrirá la oportunidad de competir contra otros bailarines de mayor nivel, irse a una competencia al país del tío Sam, donde según dicen están los mejores bailarines de break dance del mundo. Su meta es llegar ahí y competir con una gran bandera de su barrio y el himno nacional de fondo.

Ellos afirman ser los dueños de los aires. Las pistas de baile clandestinas, parqueos viejos, parques y banquetas, sus escenarios. Llama la atención de todos los espectadores con sus piruetas mortales y la gallardía de enfrentar las vueltas voladoras.

También los invitan a todos los quince años, bautizos y cumpleaños para que lleguen a deleitar a los asistentes. Solo piden una pista lisa, seca y buenas bocinas. Ellos llevan sus paquetes de casetes y discos compactos. Ya a tienen coreografiada cada canción. Muchos los admiran y tratan de imitarlos.

No falta la vecina que los acusa de consumir drogas, ser mala influencia para los más pequeños del sector. Asegura que andan metidos en cosas malas y por eso no buscan trabajo, bailando y armando relajo en las esquinas. Cada vez que se la encuentran, el Tpo y sus amigos, cambian de cuadra y la fiesta sigue, con sus demostraciones de buen baile.

La hermana de Chepe Miel les confecciona los pantalones pachucos, pero bien amplios del tiro, que lucen en cada presentación. Se colocan una cadena que va desde los pasadores frontales hacia la bolsa trasera.

Usan tenis blancos altos con la lengüeta de fuera, también aceptan los chapulines playeras de futbol americano y gorros con los logos de los Yanquis de Nueva York. O los Dodgers de Los Ángeles.

Corte de pelo y atuendo

El pelo se lo recortan al frente y rapan a los lados y se lo dejan crecer por atrás al estilo colita de tenedor. Lucen en la oreja izquierda un arete de cruz y las muñecas se revisten con muchas pulseras de cuero, empaques de piezas mecánicas de automóvil de puro hule junto con el relojón marca Watch.

Nunca falta su cartón bien lustroso para dar vueltas de espaldas, en círculos interminables y a una velocidad  exagerada. Otros más atrevidos hacen el giro con la cabeza, terminando con una peligrosa pirueta para terminar acostado en el piso.

Siempre tienen la actitud de sentirse los mejores bailarines, retando a la gravedad y al riesgo de morir desnucados.

Mientras uno baila los demás hacen rueda, esperando su turno para pasar al centro, y decenas de espectadores los aclaman, aplauden y gritan porras.

Ésos son los bailarines de el Gallito, los vagos, los breiqueros y los artistas de todas formas como les dicen sus admiradores y sus detractores. No se meten con nadie, solo desean bailar y bailar para demostrar a los demás qué tan buenos son y pueden llegar a ser.

Se sabe que la fiebre del break dance se extendió a varias zonas de la capital y sobran los retos cada fin de semana.

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