Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Video | Ser optimista te puede cambiar la vida, consejos y recomendaciones

Edgar Quiñónez
14 de junio, 2021

Ser optimista te puede cambiar la vida, consejos y recomendaciones. Se conoce como optimismo a la actitud o tendencia de ver y juzgar las cosas en su aspecto positivo, o más favorable

El optimismo, al igual que la esperanza, es la doctrina y la disposición de espíritu que aguarda lo mejor y lo más positivo de todo. “Las personas que cultivan la esperanza en tiempos del covid-19 tienen mucho ganado”; afirmó Natalia Martín, coordinadora del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).


Esta nota también te puede interesar: Video | Claves y consejos para superar la depresión


La diferencia entre esperanza y optimismo

Queda claro que la esperanza se relaciona con estados de ánimo agradables y deseables, algo que también ocurre con el optimismo.

Son dos conceptos que, en ocasiones, se confunden ya que confluyen en algunos aspectos. “El optimismo es una actitud positiva, un hábito mental, un modo de pensar que nos sale de manera espontánea“, comentó Natalia Martín.

“Tiene su origen en las experiencias positivas y la actitud de nuestros modelos de referencia que siempre ven el vaso medio lleno. El optimismo es una perspectiva de vida“.

Explicó la experta.
Infografía realizada por Jeant Gómez, utilizada con fines ilustrativos.

En otra línea se sitúa la esperanza, ya que es una tendencia a ver las cosas deseables como posibles. “Una persona esperanzada es aquella que cree que el futuro puede cambiar, que está convencida de que siempre hay soluciones; que espera cosas positivas del futuro”, indicó Martín.

“Además, confía en sí misma y en sus capacidades, lo que la hace afrontar diversos problemas y aprovechar cada circunstancia para aumentar su crecimiento personal”, argumentó.


Consejos y recomendaciones

1- Plantearse objetivos realistas

La esperanza se sustenta sobre una meta futura, por lo que plantearse objetivos está ligado a ella de forma inherente. “Piensa que puedes decidir sobre lo que está por llegar y realizar todos aquellos cambios que te propongas”, comparte Martín.

Lograrlo implica confiar en la capacidad personal de transformación, pero teniendo en cuenta que en el camino aparecerán obstáculos y se producirán errores. 

2- Tomar el control (de lo que se pueda)

Aunque la pandemia ha demostrado que existen numerosos aspectos de la realidad que escapan del control personal, ejercerlo sobre aquellas cuestiones que sí se pueden gestionar, (como las emociones) aumenta el bienestar emocional.

Martín recomienda observar honestamente qué ámbitos de la vida están bajo el control personal y cuáles no. “Focaliza la atención únicamente en aquello que depende de ti”.

“Uno tiene esperanza cuando ve que puede controlar la situación. Después de un año de pandemia hemos aprendido mucho”, aseguró Natalia Martín. Fotografía de https://pixabay.com/es/ utilizada con fines ilustrativos.

3- Agradecer para fomentar el optimismo

El optimismo en su justa medida es deseable y necesario para fomentar la esperanza. Natalia Martín utiliza una técnica basada en el primero que ayuda a conseguir la segunda. Se trata de llevar un diario y escribir, cada día, tres cosas que hayan ocurrido y por las que estar agradecido

“Este ejercicio, practicado cada día, nos permite aprender a vivir con más optimismo. Pero, para ello, hay que ser constante. Ese es el primer paso para llegar a la esperanza”.

Aconsejó Martín.

4- Gestionar la atención

Las personas optimistas son expertas en dirigir la atención hacia aquello que les reporta sensaciones positivas. Los que sienten esperanza no lo hacen tanto en esa dirección, aunque sí dedican menos tiempo a información que consideran triste o amenazante, según indica el estudio Optimismo, esperanza y atención para estímulos emocionales.

Por ello, y ante un entorno mediático altamente diversificado, para desarrollar la esperanza no es necesario consumir únicamente información positiva, sino evitar los mensajes más negativos.


SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER DE VIVE

Video | Ser optimista te puede cambiar la vida, consejos y recomendaciones

Edgar Quiñónez
14 de junio, 2021

Ser optimista te puede cambiar la vida, consejos y recomendaciones. Se conoce como optimismo a la actitud o tendencia de ver y juzgar las cosas en su aspecto positivo, o más favorable

El optimismo, al igual que la esperanza, es la doctrina y la disposición de espíritu que aguarda lo mejor y lo más positivo de todo. “Las personas que cultivan la esperanza en tiempos del covid-19 tienen mucho ganado”; afirmó Natalia Martín, coordinadora del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).


Esta nota también te puede interesar: Video | Claves y consejos para superar la depresión


La diferencia entre esperanza y optimismo

Queda claro que la esperanza se relaciona con estados de ánimo agradables y deseables, algo que también ocurre con el optimismo.

Son dos conceptos que, en ocasiones, se confunden ya que confluyen en algunos aspectos. “El optimismo es una actitud positiva, un hábito mental, un modo de pensar que nos sale de manera espontánea“, comentó Natalia Martín.

“Tiene su origen en las experiencias positivas y la actitud de nuestros modelos de referencia que siempre ven el vaso medio lleno. El optimismo es una perspectiva de vida“.

Explicó la experta.
Infografía realizada por Jeant Gómez, utilizada con fines ilustrativos.

En otra línea se sitúa la esperanza, ya que es una tendencia a ver las cosas deseables como posibles. “Una persona esperanzada es aquella que cree que el futuro puede cambiar, que está convencida de que siempre hay soluciones; que espera cosas positivas del futuro”, indicó Martín.

“Además, confía en sí misma y en sus capacidades, lo que la hace afrontar diversos problemas y aprovechar cada circunstancia para aumentar su crecimiento personal”, argumentó.


Consejos y recomendaciones

1- Plantearse objetivos realistas

La esperanza se sustenta sobre una meta futura, por lo que plantearse objetivos está ligado a ella de forma inherente. “Piensa que puedes decidir sobre lo que está por llegar y realizar todos aquellos cambios que te propongas”, comparte Martín.

Lograrlo implica confiar en la capacidad personal de transformación, pero teniendo en cuenta que en el camino aparecerán obstáculos y se producirán errores. 

2- Tomar el control (de lo que se pueda)

Aunque la pandemia ha demostrado que existen numerosos aspectos de la realidad que escapan del control personal, ejercerlo sobre aquellas cuestiones que sí se pueden gestionar, (como las emociones) aumenta el bienestar emocional.

Martín recomienda observar honestamente qué ámbitos de la vida están bajo el control personal y cuáles no. “Focaliza la atención únicamente en aquello que depende de ti”.

“Uno tiene esperanza cuando ve que puede controlar la situación. Después de un año de pandemia hemos aprendido mucho”, aseguró Natalia Martín. Fotografía de https://pixabay.com/es/ utilizada con fines ilustrativos.

3- Agradecer para fomentar el optimismo

El optimismo en su justa medida es deseable y necesario para fomentar la esperanza. Natalia Martín utiliza una técnica basada en el primero que ayuda a conseguir la segunda. Se trata de llevar un diario y escribir, cada día, tres cosas que hayan ocurrido y por las que estar agradecido

“Este ejercicio, practicado cada día, nos permite aprender a vivir con más optimismo. Pero, para ello, hay que ser constante. Ese es el primer paso para llegar a la esperanza”.

Aconsejó Martín.

4- Gestionar la atención

Las personas optimistas son expertas en dirigir la atención hacia aquello que les reporta sensaciones positivas. Los que sienten esperanza no lo hacen tanto en esa dirección, aunque sí dedican menos tiempo a información que consideran triste o amenazante, según indica el estudio Optimismo, esperanza y atención para estímulos emocionales.

Por ello, y ante un entorno mediático altamente diversificado, para desarrollar la esperanza no es necesario consumir únicamente información positiva, sino evitar los mensajes más negativos.