¿Tienes callos en los pies? Los callos y las callosidades son capas duras y gruesas de piel que aparecen cuando hay fricción y presión. Casi siempre se forman en los dedos de las manos o de los pies. Los callos y las callosidades pueden ser desagradables.
Si eres una persona sana, únicamente necesitas tratamiento para los callos y las callosidades si te generan incomodidad. Para la mayoría de las personas, el simple hecho de eliminar la fuente de fricción o de presión hace que los callos desaparezcan.
Ahora bien, según Mayo Clinic, si tienes diabetes, tienes un mayor riesgo de tener complicaciones a causa de los callos y las callosidades.
Esta nota también te puede interesar: Remedios caseros para combatir el hipo
Síntomas de los callos en los pies
Podrías tener un callo o una callosidad si observas:
- Un área de piel gruesa y dura
- Una protuberancia dura y elevada
- Sensibilidad o dolor debajo de la piel
- Piel cerosa, seca o escamosa
Los callos y las callosidades no son lo mismo:
Los callos son más pequeños que las callosidades y tienen un centro duro rodeado de piel inflamada. Los callos suelen desarrollarse en la parte de los pies que no soporta peso, como las puntas y los costados de los dedos. También pueden encontrarse en puntos que soportan peso. Los callos pueden ser dolorosos cuando se ejerce presión sobre ellos.
Las callosidades rara vez son dolorosas. En general, se forman en las plantas de los pies, especialmente debajo de los talones. Las callosidades varían de tamaño y forma, y con frecuencia son más grandes que los callos.
Causas
La presión y la fricción causadas por acciones repetitivas hacen que los callos y las callosidades aparezcan y crezcan. Las siguientes son algunas fuentes de presión y de fricción:
- Usar zapatos que no calzan bien. Los zapatos ajustados y de taco alto pueden comprimir algunas zonas del pie. Cuando el calzado queda flojo, el pie puede resbalarse varias veces y frotarse contra el zapato. El pie también puede frotarse contra una costura o una puntada que esté dentro del zapato.
- No usar calcetines. Usar zapatos y sandalias sin calcetines puede producir fricción en los pies. Los calcetines que no se ajustan adecuadamente también pueden ser un problema.
- Tocar instrumentos musicales o utilizar herramientas manuales. Las callosidades en las manos pueden aparecer a causa de la presión reiterada que se ejerce al tocar un instrumento musical o al utilizar herramientas manuales.
Prevención
Utiliza zapatos que tengan amplio espacio para los dedos. Si no puedes mover los dedos, los zapatos están muy ajustados. Pídele a un zapatero que te los estire en la parte que te aprietan o te pinchan.
Utiliza recubrimientos de protección. Utiliza plantillas de fieltro, plantillas para callos no medicinales o vendas en los lugares en los que el calzado te apriete. También puedes probar separadores de dedos o colocarte alguna lana de oveja entre los dedos del pie.
Utiliza guantes acolchados cuando uses herramientas manuales. O bien, intenta recubrir tus herramientas manuales con cinta de tela o con algún revestimiento.
Cuándo debes consultar a un médico
Si una callosidad o un callo se vuelve muy doloroso o se inflama, consulta a tu médico. Si tienes diabetes o un flujo sanguíneo deficiente, llama a tu médico antes de tratar por tu cuenta un callo o una callosidad, ya que incluso una pequeña lesión en el pie podría provocar una herida abierta infectada (úlcera).
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Si eres una persona sana, únicamente necesitas tratamiento para los callos y las callosidades si te generan incomodidad. Para la mayoría de las personas, el simple hecho de eliminar la fuente de fricción o de presión hace que los callos desaparezcan.
Ahora bien, según Mayo Clinic, si tienes diabetes, tienes un mayor riesgo de tener complicaciones a causa de los callos y las callosidades.
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Síntomas de los callos en los pies
Podrías tener un callo o una callosidad si observas:
- Un área de piel gruesa y dura
- Una protuberancia dura y elevada
- Sensibilidad o dolor debajo de la piel
- Piel cerosa, seca o escamosa
Los callos y las callosidades no son lo mismo:
Los callos son más pequeños que las callosidades y tienen un centro duro rodeado de piel inflamada. Los callos suelen desarrollarse en la parte de los pies que no soporta peso, como las puntas y los costados de los dedos. También pueden encontrarse en puntos que soportan peso. Los callos pueden ser dolorosos cuando se ejerce presión sobre ellos.
Las callosidades rara vez son dolorosas. En general, se forman en las plantas de los pies, especialmente debajo de los talones. Las callosidades varían de tamaño y forma, y con frecuencia son más grandes que los callos.
Causas
La presión y la fricción causadas por acciones repetitivas hacen que los callos y las callosidades aparezcan y crezcan. Las siguientes son algunas fuentes de presión y de fricción:
- Usar zapatos que no calzan bien. Los zapatos ajustados y de taco alto pueden comprimir algunas zonas del pie. Cuando el calzado queda flojo, el pie puede resbalarse varias veces y frotarse contra el zapato. El pie también puede frotarse contra una costura o una puntada que esté dentro del zapato.
- No usar calcetines. Usar zapatos y sandalias sin calcetines puede producir fricción en los pies. Los calcetines que no se ajustan adecuadamente también pueden ser un problema.
- Tocar instrumentos musicales o utilizar herramientas manuales. Las callosidades en las manos pueden aparecer a causa de la presión reiterada que se ejerce al tocar un instrumento musical o al utilizar herramientas manuales.
Prevención
Utiliza zapatos que tengan amplio espacio para los dedos. Si no puedes mover los dedos, los zapatos están muy ajustados. Pídele a un zapatero que te los estire en la parte que te aprietan o te pinchan.
Utiliza recubrimientos de protección. Utiliza plantillas de fieltro, plantillas para callos no medicinales o vendas en los lugares en los que el calzado te apriete. También puedes probar separadores de dedos o colocarte alguna lana de oveja entre los dedos del pie.
Utiliza guantes acolchados cuando uses herramientas manuales. O bien, intenta recubrir tus herramientas manuales con cinta de tela o con algún revestimiento.
Cuándo debes consultar a un médico
Si una callosidad o un callo se vuelve muy doloroso o se inflama, consulta a tu médico. Si tienes diabetes o un flujo sanguíneo deficiente, llama a tu médico antes de tratar por tu cuenta un callo o una callosidad, ya que incluso una pequeña lesión en el pie podría provocar una herida abierta infectada (úlcera).
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