Hasta el alma. Este artículo fue tomado del blog Pluma Joven de la Universidad Francisco Marroquín. Un espacio donde los estudiantes exponen sus
Que si me arrancas la vida
con tus ojos sería.
Qué digo la vida,
el alma, más bien.
Con los sentimientos a flor de piel,
como dos volcanes de fuego.
Vehementes, sin riel;
por tus lares yo navego.
Eres todo lo que quiero,
cuando menos, eso eras.
Ternura abnegada para mi consuelo,
y desmesura aferrada a mis caderas.
Más en tu interior me esperas,
pintando hermosas fantasías
que volveré, como si no dolieras.
Aunque nunca lo admitirías.
Yo te amé todos los días.
Lo sabe Dios, lo sabe mi corazón.
Pero también saben que sufría,
pues para quedarme, ya no había razón.
T.A. León
Ingeniería Empresarial
Alumni
Te sugerimos leer:
Otro artículo del blog Pluma Joven
Sueños de verano
Caminaba por las tardes
atravesando horizontes.
Soñaba con atardeceres de luna,
y mañanas estrelladas.
El canto de los cardenales,
el petricor de la lluvia al caer.
El húmedo calor de la tierra libre,
la senda de luz que entra por el ventanal.
Todo era perfecto.
No, realmente no,
faltaba una pieza clave.
La piedra angular de esa
magnanimidad perpetua.
La parte que completaba el todo,
y sin la cual, el todo carecía de coherencia.
Llegué a una conclusión,
me faltabas tú.
Y es que al final necesito mil tardes
para reponer las que no he estado contigo.
Con ese que alguna vez fue
solo el extraño del libro y el café.
Hasta el alma. Este artículo fue tomado del blog Pluma Joven de la Universidad Francisco Marroquín. Un espacio donde los estudiantes exponen sus
Que si me arrancas la vida
con tus ojos sería.
Qué digo la vida,
el alma, más bien.
Con los sentimientos a flor de piel,
como dos volcanes de fuego.
Vehementes, sin riel;
por tus lares yo navego.
Eres todo lo que quiero,
cuando menos, eso eras.
Ternura abnegada para mi consuelo,
y desmesura aferrada a mis caderas.
Más en tu interior me esperas,
pintando hermosas fantasías
que volveré, como si no dolieras.
Aunque nunca lo admitirías.
Yo te amé todos los días.
Lo sabe Dios, lo sabe mi corazón.
Pero también saben que sufría,
pues para quedarme, ya no había razón.
T.A. León
Ingeniería Empresarial
Alumni
Te sugerimos leer:
Otro artículo del blog Pluma Joven
Sueños de verano
Caminaba por las tardes
atravesando horizontes.
Soñaba con atardeceres de luna,
y mañanas estrelladas.
El canto de los cardenales,
el petricor de la lluvia al caer.
El húmedo calor de la tierra libre,
la senda de luz que entra por el ventanal.
Todo era perfecto.
No, realmente no,
faltaba una pieza clave.
La piedra angular de esa
magnanimidad perpetua.
La parte que completaba el todo,
y sin la cual, el todo carecía de coherencia.
Llegué a una conclusión,
me faltabas tú.
Y es que al final necesito mil tardes
para reponer las que no he estado contigo.
Con ese que alguna vez fue
solo el extraño del libro y el café.