La ciudad de Río de Janeiro ha decidido permitir una multitud de hasta 7.800 personas, el 10% de la capacidad total del estadio Maracaná de 78.000 plazas. Esto lo convertiría en el primer partido de la Copa América 2021, el torneo internacional de fútbol más grande de Sudamérica, con aficionados en las gradas.
La decisión se basó en que los organizadores presentaron protocolos “de operación y acreditación que adoptan medidas para proteger la salud de los involucrados, utilizando herramientas adecuadas para prevenir el contagio y la propagación del Covid-19”, decía un comunicado en el Diario Oficial el viernes.
Aquellos que deseen asistir a la final deben llegar con una prueba de coronavirus negativa tomada no más de 48 horas antes. Una vez dentro, se les pedirá que observen el distanciamiento social.
El torneo, organizado por la CONMEBOL, la federación sudamericana de fútbol, comenzó el 13 de junio en Brasilia en medio de críticas generalizadas a la decisión de otorgar el evento a Brasil, el país con el segundo mayor número de muertos por Covid-19 después de Estados Unidos.
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La ciudad de Río de Janeiro ha decidido permitir una multitud de hasta 7.800 personas, el 10% de la capacidad total del estadio Maracaná de 78.000 plazas. Esto lo convertiría en el primer partido de la Copa América 2021, el torneo internacional de fútbol más grande de Sudamérica, con aficionados en las gradas.
La decisión se basó en que los organizadores presentaron protocolos “de operación y acreditación que adoptan medidas para proteger la salud de los involucrados, utilizando herramientas adecuadas para prevenir el contagio y la propagación del Covid-19”, decía un comunicado en el Diario Oficial el viernes.
Aquellos que deseen asistir a la final deben llegar con una prueba de coronavirus negativa tomada no más de 48 horas antes. Una vez dentro, se les pedirá que observen el distanciamiento social.
El torneo, organizado por la CONMEBOL, la federación sudamericana de fútbol, comenzó el 13 de junio en Brasilia en medio de críticas generalizadas a la decisión de otorgar el evento a Brasil, el país con el segundo mayor número de muertos por Covid-19 después de Estados Unidos.
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